viernes, 30 de mayo de 2025

Querido profesor Ballena, de Megumi Iwasa

 



Querido profesor Ballena
de Megumi Iwasa
 
Quienes hayan leído mi comentario del libro Jirafa africana (la puedes leer aquí), de la escritora japonesa Megumi Iwasa, sabrán que es una obra que me encanta, y quienes hayan leído el libro, muy probablemente sabrán también que es una maravilla. Pues les tengo buenas noticias, Querido profesor Ballena es una especie de continuación de ese libro, y es también una pequeña maravilla. No es estrictamente necesario haber leído Jirafa africana para entender Querido profesor Ballena, pues, aunque es una suerte de continuación, se trata en realidad de obras autónomas y este segundo librito se comprende perfectamente sin haber leído el primero, pero yo les recomiendo leerlos ambos pues así el placer es doble. Y les aseguro que con estas dos obras se van a reír mucho y las van a gozar a tope.
 
En esta ocasión, el profesor Ballena, que fue maestro de Pingüino, ya está jubilado. Sigue viviendo en el Cabo de Ballenas, lugar que alguna vez estuvo lleno de ballenas, como su nombre parece indicar, pero tantas de ellas se mudaron para encontrar otros sitios con más alimento, que ahora el viejo profesor, que es soltero y ya no trabaja, se ha quedado solo. Y siente nostalgia por los tiempos pasados.
 
Un día, Pelícano, el cartero de correo vía aérea, le entrega una carta que resulta ser de su exalumno, Pingüino, que ahora es también profesor en la Isla de los Pingüinos, y se la envía para saludarlo.
 
Otro día, llega a verlo Foca, la foca cartera, la encargada del correo vía marítima, que había estado muy ocupada entregando la correspondencia que había enviado el profesor Ballena con la esperanza de hacer amigos en distintas partes del mundo. La carta es de Baly, una ballena aún pequeña que vive cerca de la Isla de las Focas, y le dice que su abuelo, que ya falleció, vivió mucho tiempo en el Cabo de las Ballenas. Así que el profesor de inmediato le responde a Baly pidiéndole información sobre su abuelo, pues es probable que lo hubiera conocido.
 
Las cartas que envió el profesor Ballena tuvieron un efecto sorprendente: un día llegaron varias ballenas que habían sido amigas suyas en su juventud, llegaron de vacaciones para saludarlo. Y en pleno reencuentro, se les ocurre una idea estupenda: volver a organizar la Olimpiada del Cabo de las Ballenas. Y aquí es donde empieza lo verdaderamente divertido. Pero eso tendrán que descubrirlo ustedes mismos, al leer este librito maravilloso.
 
Las ilustraciones, del artista japonés Jun Takabatake (quien también ilustró Jirafa africana) son sencillas, como caricaturas, pero tremendamente eficaces y muy divertidas.
 
Megumi Iwasa nació en Tokio, Japón, en 1958. Estudió diseño gráfico en la Universidad de Arte de Tama. Sus historias cuentan con gran popularidad en Japón y en otros países, pues están llenas de humor y personajes inolvidables.
 
Jun Takabatake nació en Aichi, Japón, en 1948 y se graduó en diseño gráfico por la Universidad de Tama. Sus ilustraciones han sido exhibidas alrededor del mundo y galardonadas con múltiples distinciones.
 
Mi recomendación es que lean los dos libros que tenemos en español de esta autora, sin importar en realidad cuál consigan primero, pues les aseguro que los van a disfrutar enormemente. Además, estos libros son, en el fondo, una gran reflexión sobre la amistad.
 
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Querido profesor Ballena. Megumi Iwasa. Ilustraciones de Jun Takabatake. Traducción de Kazuko Nagao. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento. Clasificación: Para los que empiezan a leer. 1a. ed. en Japón: 2003; 1a. ed. en español (México), 2022; 1a. reimpresión, 2023. 110 págs.
 
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viernes, 16 de mayo de 2025

La casa en el confín de la Tierra, de William Hope Hodgson

 



La casa en el confín de la Tierra
de William Hope Hodgson
 
Jesús Guerra
 
Al inicio del libro, en una “Introducción al manuscrito”, firmada por el propio William Hope Hodgson, nos dice, entre otras cosas, que el texto que a continuación leeremos llegó a sus manos tal y como lo leemos, y que antes de darlo a conocer tuvo la tentación de mejorarlo en términos literarios pero que luego se dio cuenta de que sería más interesante para el lector leerlo tal y como está (es decir, es el clásico truco de la literatura gótica, y otros géneros, según el cual el narrador se deshace de la responsabilidad acerca de la veracidad de la historia que nos cuenta puesto que a él así se la contaron, o la leyó en un viejo libro misterioso, o se encontró el manuscrito en alguna parte; truco que, debo decirlo, me agrada pues le agrega misterio al misterio). Sin embargo, aunque no se menciona, en realidad se trata de dos manuscritos, el primero de ellos está compuesto por sólo dos capítulos que abren y cierran el verdadero manuscrito, el viejo, el misterioso, pero que son los que le dan el contexto necesario. El capítulo 1, “El hallazgo del manuscrito”, está narrado en primera persona por un irlandés de apellido Berreggnog, y ahí él cuenta que su amigo Tonnison y él fueron en el verano de 1877 hasta una lejana aldea del oeste de Irlanda, para de ahí, en carreta, ir hasta un paraje que Tonnison conocía, para pasarse dos semanas de vacaciones pescando, paseando y explorando la zona.

 
Una edición en inglés



Y eso hicieron por unos días, y encontraron a algunos pocos pobladores de esa área, los cuales ni siquiera hablaban inglés así que no pudieron comunicarse con ellos. Un día sus exploraciones los llevaron a cruzar un bosque que les pareció siniestro y les provocó miedo, aunque no sabían el motivo, y más allá llegaron a lo que parecían ser las ruinas de una gran construcción. Y ahí encontraron, debajo de las piedras, un viejísimo cuaderno, obviamente escrito a mano, y se lo llevaron. Regresaron al sitio de su campamento, a varias horas de distancia, y después de la cena Berreggnog leyó en voz alta el contenido del cuaderno.

 
Una edición en francés



Lo que Berreggnog lee es, ahora sí, el famoso manuscrito, que empieza a partir del capítulo 2. Quien lo escribe no se identifica con nombre, ni apellido ni título alguno, sólo dice que es un anciano, que ha vivido por años en esa casona en la compañía de su hermana, Mary, que es también su ama de llaves, y de un perro llamado Pepper. Declara que no tiene criados y que no tiene contacto con los pobladores de los alrededores, motivo por el cual los aldeanos piensan que él está loco. Explica que la enorme casa en la que vive estuvo deshabitada por muchos años, y que las leyendas locales dicen que fue construida por el diablo. Pero que precisamente porque tenía muchos años abandonada y esa fama siniestra, él la pudo comprar muy barata. Y como a él le gusta la soledad y la lectura, le pareció perfecta.

 
Edición reciente, de Cátedra,
con el nuevo título



A pesar de haber vivido ahí mucho tiempo, no fue sino hasta hace poco que comenzó a tener experiencias extrañas en esa casa, y ese es el motivo por el que comenzó a redactar ese diario. Y lo que cuenta es primero inquietante y luego aterrador. Y sus experiencias llegan a ser extrañísimas. Por supuesto, no les cuento nada más para no echarles a perder el placer de descubrir esta trama alucinante.
 
Esta novela se publicó por primera vez en Inglaterra en 1908, cuando William Hope Hodgson (1877-1918) tenía 31 años, y tuvo una cierta importancia en su momento, pero después tuvo un resurgimiento, sobre todo en los Estados Unidos, cuando en los años 30 su obra fue leída por H. P. Lovecraft, e influyó tremendamente en la obra del escritor norteamericano, pues encontró precisamente en La casa en el confín de la Tierra la misma idea, el mismo tema central en el que Lovecraft estaba trabajando y que luego se llamaría horror cósmico. Se ha dicho que esta narración es la que cruzó el límite de la novela gótica tradicional y comenzó con la novela de terror moderna. Fue a partir de esa época cuando la obra de William Hope Hodgson empezó a ser reconocida como importante. En español sus obras empezar a publicarse hasta los años 70, si no me equivoco.

 
Esta es la vieja edición
que yo leí



Esta novela, que en inglés se llama The House on the Borderland, se ha publicado varias veces en español con el título que he usado aquí, La casa en el confín de la Tierra, que me gusta, y que es equivalente al título usado en la traducción al francés, La maison au bord du monde, pero también hay traducciones nuevas que usan el título La casa en el límite.
 
La edición que yo leí, cuya ficha es la que apunto más adelante, es vieja y probablemente inconseguible, pero como ya señalé, hay ediciones nuevas. Yo, de plano, les aconsejo que la lean en e-Book, pues hay varias ediciones que son mucho más sencillas de conseguir y bastante más baratas. Les recomiendo la lectura de este libro a todos, pero en particular a los lectores de terror y especialmente a quienes gustan del terror gótico y de las obras de H. P. Lovecraft y escritores cercanos, la cual les hará descubrir a un autor interesantísimo, quien, lamentablemente, murió en combate, a los 40 años de edad, en la Primera Guerra Mundial.
 
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La casa en el confín de la Tierra. William Hope Hodgson. (La edición no apunta el nombre del traductor.) Bolsilibro, colección Amigo Libro. México, 1986. 188 págs.
 
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