domingo, 28 de abril de 2019

Alguien en la ventana, de M.B. Brozon





Alguien en la ventana
de M.B. Brozon

Jesús Guerra

Alguien en la ventana es un libro para niños, y niños-jóvenes, a partir de los 10 años, más o menos, que me ha parecido sumamente interesante y divertido, porque tiene mucho suspenso, pero principalmente porque es una novela corta de terror. Su autora es la mexicana Mónica Beltrán Brozon, quien firma sus libros como M.B. Brozon.

Les platico de qué trata: Alejandro tiene 11 años, y vive con sus papás en una casa moderna, en uno de esos fraccionamientos alejados de la ciudad. Las personas que viven en ese lugar ni siquiera van a la ciudad, pues tienen todo lo que necesitan ahí cerca, y además la ciudad tiene fama de caótica y poco segura. Pero un día los papás de Alejandro le comunican que se van a cambiar a un departamento de un edificio de la ciudad. A Alejandro, por supuesto, no le hace ninguna gracia la noticia. Eso significa que va a tener que entrar a una nueva escuela a medio curso, en donde será el chavo nuevo, que no conocerá a nadie, y que va a dejar de ver a sus amigos. Así que les aplica la Ley del Hielo a sus papás.

¿Y cuál es el motivo de la mudanza? Pues que la mamá de Alejandro heredó ese edificio de un pariente muy lejano. Desde el punto de vista de los papás de Alejandro, eso es, más o menos, como haberse sacado la lotería.

El departamento al que se cambian es muy amplio, y la recámara de Alejandro es más grande que la que tenía antes, pero el edificio es muy viejo y tiene muchos años desocupado. El edificio tiene cuatro pisos y dos departamentos por piso. Alejandro y sus papás se cambian a uno de los dos departamentos del cuarto piso y tienen planes para juntar los dos departamentos para convertirlo en uno muy amplio y súper cómodo, quieren arreglar y rentar los otros departamentos y hasta de poner algún negocio en el espacio comercial que está en la planta baja, que en ese momento no es más que una lavandería abandonada.

Alejandro sigue sin hablarles. Para contentarlo, los papás le regalan un perrito. Eso, por supuesto, lo pone feliz pero sólo en parte, pues sigue sintiéndose solo sin sus amigos. Pero por lo menos, la Ley del Hielo deja de ponerse en práctica.

La ventana de la recámara de Alejandro da a un patio interior, y enfrente se ve la ventana que corresponde a una recámara del otro departamento de ese mismo piso. Alejandro se asoma varias veces y siempre ve un cuarto vacío al otro lado. Claro, es lógico, pues sus papás le han repetido que en ese edificio no ha vivido nadie durante años y años.

Pero a la siguiente vez que Alejandro se asoma a su ventana, ve a un niño en la otra ventana. «¿Pues no que no había nadie?», piensa él. El niño le hace señas de que se mantenga en silencio y luego, también con señas, le dice que vaya a su departamento. Alejandro piensa que, tal vez, por algún motivo extraño, ahí vive un niño sin que nadie lo sepa, pero lo que lo entusiasma es la posibilidad de tener un nuevo amigo.

Alejandro, entonces, aprovechando que sus papás están ocupados arreglando los muebles y sacando cosas de las cajas de la mudanza, toma el enorme llavero que tiene todas las llaves del edificio, sale de su departamento, camina por el pasillo y llega a la puerta del departamento vecino. Alejandro toca a la puerta, pero no escucha nada del otro lado de la puerta. No puede tocar más fuerte pues sus papás podrían escucharlo, así que se pone a probar llaves, hasta que una abre la puerta. Entra. El lugar huele a humedad y a encierro, y tiene algunos muebles cubiertos con sábanas llenas de polvo. Alejandro saluda, pero nadie le responde. Entonces escucha una música, de las que salen de las cajas musicales antiguas, que proviene del último cuarto al final del pasillo...

Es en ese momento que a Alejandro le da miedo. Se da cuenta que no puede ser que alguien viva ahí, en ese departamento abandonado y lleno de polvo. Quiere irse, pero la puerta está cerrada con llave, y él está seguro de no haberla cerrado. Entonces escucha una voz que, aunque es de un niño, suena «como si viniera de una caverna muy profunda», que le dice: «Veeeen».

Alejandro, con todo y el miedo que siente, camina hasta la última puerta, que está abierta, y ve que ahí está el niño que vio por la ventana, sentado en una mecedora, que, al igual que los juguetes y el resto de los muebles del cuarto, se nota que son de otra época... Y el niño de la mecedora tiene claramente un aspecto... fantasmal...

Bueno, esta historia apenas comienza, de verdad. Lo que les he platicado sucede en los dos primeros capítulos de la novela, la cual tiene 17 capítulos y un epílogo. Así que si quieren saber qué es lo que le sucede y lo que hace Alejandro en ese edificio al que se acaba de mudar —el cual, y de esto se entera hasta días después, tiene muy mala fama en la colonia, pues todos dicen que en ese edificio espantan—, tendrás que conseguir y leer esta novela corta, macabra, siniestra, y muy, muy emocionante. Yo, la verdad, te aconsejo que no la leas estando solo, y mucho menos de noche.

La primera edición de esta novela es de 2006, y ha seguido teniendo reimpresiones. El ejemplar que yo leí era de la reimpresión número 11, del año 2017, lo cual demuestra que es un libro muy leído y gustado. Las ilustraciones, muy siniestras también, son de Juan Pablo Gázquez.

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Alguien en la ventana. M.B. Brozon. Ilustraciones de Juan Pablo Gázquez. Fondo de Cultura Económica, col. A la Orilla del Viento. 128 págs.





domingo, 7 de abril de 2019

Erik Vogler y los crímenes del rey blanco, de Beatriz Osés





Erik Vogler y los crímenes del rey blanco
(Serie Erik Vogler 1)
de Beatriz Osés

Jesús Guerra

Desde hace ya un buen tiempo que tenía ganas de leer los libros de la saga de Erik Vogler y, por fin, la semana pasada, conseguí y leí, rapidísimo, el primer volumen: Erik Vogler y los crímenes del rey blanco. Fue una sorpresa: el libro me pareció estupendo y aunque no tiene demasiadas páginas, me lo leí con mucha rapidez porque es una obra emocionante y, al mismo tiempo, muy divertida. Así que pueden tener la seguridad de que iré comentando aquí el resto de los volúmenes de la saga.

Pero no fue la única sorpresa con estos libros. La verdad, yo pensaba que la colección constaba de unos tres libros, pero resulta que ya van siete, y que ése era el número que la autora tenía pensado escribir. Pero investigando un poco más, encontré que este año aparecerá el octavo, y ahora sí, el último libro de la serie, aunque la autora dice que tal vez, en el futuro, escriba otros libros más de Erik Vogler y compañía.

La autora, Beatriz Osés, es española, y nació en 1972. Y ya tiene más de una década de escribir cuentos y poemas para niños, y poco después empezó a escribir también libros para jóvenes, como esta serie de Erik Vogler, que es más o menos, para chavos de los 14 años en adelante. Lo primero que uno se pregunta, lógicamente, es ¿por qué su personaje es alemán si ella es española? La respuesta la encontré en una entrevista con la autora en el blog El aventurero de papel. Ella dice: «Por la sonoridad del nombre y porque no me lo imaginaba español. Lo escogí alemán porque quería un personaje europeo y porque en aquella época tenía una amiga alemana y me familiaricé con algunos nombres de los que me hablaba.» Pero para que entiendan esta respuesta, hay que saber cómo es Erik Vogler y por qué su autora no se lo podía imaginar como español. En la misma entrevista, Beatriz Osés lo describe así: «Un adolescente bastante maniático, perfeccionista, obsesionado con la limpieza, el orden, pijo, cobarde y con una capacidad sorprendente para meterse en casos policíacos en los que su vida pende de un hilo.»

Y si se están preguntando qué es eso de que Erik Vogler es un adolescente pijo, la respuesta nos la da de inmediato el Diccionario de la Real Academia Española: Es un «adjetivo despectivo, coloquial, de uso en España» que al decirse acerca de una persona significa «Que, en su vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta afectadamente gustos propios de una clase social adinerada».

Les platico de qué trata ésta, la primera novela de la saga: Erik, que tiene 15 años, vive con su padre, Frank Vogler, en Bremen, Alemania. Como ya vimos, es un chavo fresísima y con la compulsión del orden y la limpieza, que calza zapatos italianos carísimos, camisas de seda y cosas por el estilo. Su propia abuela paterna, llamada Berta, que es medio hippie y vive en un pueblito muy cerca de Bremen, no lo soporta mucho, y Erik tampoco a ella. No es que no se quieran, pero se irritan mutuamente porque son radicalmente opuestos.




Al inicio de este libro, Erik está haciendo su maleta súper metódicamente, porque se va con su padre a Nueva York a pasar la Semana Santa. Y ya lleva todo preparado, incluido un mapa con todos los lugares que quiere visitar en el viaje... pero su papá le tiene una mala noticia: su papá se equivocó de fechas al comprar por internet los boletos de avión dos meses atrás, y se dio cuenta al imprimirlos. Y al querer comprar otros, debido a la inminencia de las vacaciones, ya no hay. Sólo consiguió uno y lo compró para él (es decir el papá), así que lleva a Erik a la casa de su mamá (la abuela de Erik) para que se quede ahí esa semana. No es algo divertido para Erik. Hace el peor coraje de su vida y hasta se desmaya. Así es Erik. Por cierto, la noticia no divertida tampoco para su abuela Berta.

Mientras van al pueblo a la casa de la abuela Berta, Erik y su papá escuchan en la radio las más recientes noticias acerca de la joven desaparecida hace unos cuantos días en Bremen y resulta que la noche anterior descubrieron su cadáver en un parque, así como semanas antes habían descubierto los cadáveres de dos muchachos desaparecidos días atrás. El asunto es preocupante. Erik no hace mucho caso porque va enojado por su propio drama.

Al llegar, su abuela le asigna una recámara que a Erik le parece sencillamente asquerosa, así que se pasa el primer medio día de sus vacaciones limpiando y desinfectando el cuarto en el que va a dormir por una larguísima semana que, a él, le parece desde ya como una tortura. Por supuesto, a Erik no le gusta la comida que prepara su abuela y, el colmo: su abuela no tiene internet. Lo dicho: una tortura. Así que se va a acostar temprano, pero a media noche sufre un susto tremendo —el peor de su vida—, porque ve al fantasma de la chica cuyo cadáver fue descubierto un día antes. Cuando medio se repone del ataque de pánico, reflexiona y piensa que no tiene sentido que se le aparezca ese fantasma a él, en un pueblo que no tiene nada que ver con el asesinato. ¿Por qué?

Desde esa noche, Erik apenas duerme por las noches, pero no le dice nada a su abuela por miedo a que vaya a creer que su nieto está loco de remate. Pero no solo vuelve a ver al fantasma de nuevo, sino que le suceden otras cosas aterradoras, así que Erik se pone a investigar... Si quieren saber cuál es la relación de Erik con los asesinatos de adolescentes en Bremen, y todo lo que sucede después, tienen que conseguir y leer esta novela corta, divertidísima pero también misteriosa, emocionante y, sí, un tanto aterradora. Y es que esta serie es una mezcla de literatura policiaca con elementos paranormales.

Como ya señalé, este libro, llamado Erik Vogler y los crímenes del rey blanco, se publicó originalmente en 2014, y es el primero de la serie. Los otros libros que la componen son:

2. Erik Vogler en muerte en el balneario (de 2014 también)
3. Erik Vogler y la maldición de Misty Abbey-Castle (de 2015)
4. Erik Vogler y la chica equivocada (2016)
5. Erik Vogler sin corazón (2017)
6. Erik Vogler: El secreto de Albert Zimmer (2017 también)
7. Erik Vogler: Jaque Mate (2018)

Y, hasta donde sabemos, el octavo libro, que se publicará este año, se llama: Erik Vogler: La venganza.

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Erik Vogler y los crímenes del rey blanco. Beatriz Osés. Ilustraciones de Iban Barrenetxea. Edebé. 144 págs.

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