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domingo, 26 de octubre de 2014

El galáctico, pirático y alienígena viaje de mi padre, de Neil Gaiman



Edición mexicana


[Literatura Infantil]

El galáctico, pirático y alienígena viaje de mi padre
de Neil Gaiman
Ilustraciones de Skottie Young

Jesús Guerra
 
Edición española
La mamá de los niños tenía que salir de viaje por cuestiones de su trabajo, así que los dejó al cuidado de su marido, y al irse le dijo a éste todas las cosas de las que se tendría que ocupar mientras ella no estuviera. Les dejó cenas congeladas para los días en que estaría ausente pero su marido tendría que encargarse de comprar leche. A la mañana siguiente, cuando los niños estaban a punto de desayunar su cereal, descubrieron que no había leche en el refrigerador. Su papé se acordó que su mujer se lo había dicho, así que salió a la tienda a comprar leche. Los niños se sirvieron su cereal en sus platos y esperaron a su papá. Y esperaron un buen rato. Y esperaron más todavía, hasta que su papá regresó. Sus hijos le preguntaron por qué había tardado tanto, y su papá les contó lo que le había sucedido.

Al salir de la tienda escuchó un ruido raro y se dio cuenta que provenía de un platillo volador del cual salió un rayo de luz que lo transportó al interior del platillo... Y ése es el principio del viaje extrañísimo del padre de estos niños, un viaje que lo llevó por el cosmos y por el tiempo, un viaje en el que conoció a muy variadas criaturas y en el que le pasaron muchas, pero muchas cosas.

Edición norteamericana
Y si el viaje es divertido, la manera en que estas aventuras son contadas lo es mucho más. Además del sentido del humor del autor de este libro, el inglés Neil Gaiman (autor, entre otros muchos libros para adultos, jóvenes y niños, de tres que ya hemos comentado aquí: Coraline, El libro del cementerio y El cementerio sin lápidas y otras historias negras), humor que se manifiesta incluso en la tipografía del libro (es decir en los tipos de letras, en el tamaño de esas letras y en la forma en que están dispuestas algunas palabras en las páginas), además de eso, digo, están las estupendas ilustraciones del dibujante Skottie Young (y no son unas pocas ilustraciones, no, al contrario, están por todo el libro como un complemento perfecto al relato del autor).

Edición inglesa
En inglés el libro se llama Fortunately, the Milk (‘Afortunadamente, la leche’), una frase que en inglés tiene mucho sentido pero en español se vería y se escucharía rara como título de un libro, de aquí que los editores del libro en español le cambiaron el nombre. En inglés existen dos ediciones diferentes, la de Inglaterra (país en el que nació el autor) y la de los Estados Unidos (país en el que ahora vive el autor), y aunque el texto es el mismo, curiosamente cada edición está ilustrada por un artista diferente: Skottie Young hizo las ilustraciones para la edición norteamericana y Chris Riddell las de la edición inglesa. La edición en español de Roca Editorial está hecha igual que la edición norteamericana. Curiosamente, también, aunque tienen el mismo dibujo la edición de España y la de México, cambia la tipografía, así que son ligeramente diferentes. Comparen las cuatro portadas y verán que interesantes diferencias tienen.

En todo caso, lo importante es que lean este libro. De verdad van a disfrutar muchísimo con él, es más, se van a reír a carcajadas, y se van a divertir como si fueran enanos con una maceta en la cabeza.

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El galáctico, pirático y alienígena viaje de mi padre. Neil Gaiman. Ilustraciones de Skottie Young. Traducción de Mónica Faerna. Roca Editorial. México, 2014. 118 págs.

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Te puede interesar leer los comentarios de estos libros de Neil Gaiman:







domingo, 1 de junio de 2014

El cementerio sin lápidas y otras historias negras, de Neil Gaiman





[Libros para jóvenes]

El cementerio sin lápidas y otras historias negras
de Neil Gaiman

Jesús Guerra

En el título eso de «y otras historias negras» podría inducir a pensar que se trata de historias de personas de color, que podrían ser afroamericanas, o afroeuropeas, o africanas, o negras de América Latina... Pero eso es un asunto de la versión castellana, pues en realidad en inglés el libro no se llama así, se llama M is for magic, o sea «M es para magia».

El libro comienza con una introducción del propio autor, realmente buena, en la cual nos da su punto de vista acerca de la lecturas y de los géneros literarios que le gustan y que forman parte de este libro. Nos dice, por ejemplo: «Hay historias que, si las lees a la edad apropiada, te acompañarán el resto de tu vida». Nos habla de la literatura de terror, de la fantasía, de la ciencia-ficción, y de los cuentos, los cuales, apunta, «...son como ventanas diminutas que nos permiten asomarnos a otros mundos, a otras formas de pensamiento, a otros sueños. Son vehículos que nos transportan hasta los confines del universo y nos traen de vuelta a casa a tiempo para cenar».

El libro está compuesto por diez relatos y un poema. Comienzo, pues, por los relatos. El primero es «El caso de los veinticuatro mirlos». Este cuento es un ejercicio de estilo delicioso. Se trata de un cuento policiaco, escrito a la manera de la novela policiaca norteamericana de los años 30 y 40, pero los personajes y algunas de las situaciones son muy particulares porque han sido tomados de las canciones infantiles tradicionales inglesas. Esto, claro está, es un problema para los lectores de otras culturas, así que la traductora se vio en la necesidad de agregar notas para irnos guiando, a los lectores de lengua castellana, a través de este cuento. Una vez entendido el juego queda claro el trabajo interesantísimo que desarrolló el autor en este relato singular y divertido. Esto, por supuesto, se ha hecho otras veces, piensen en el argumento de la primera película de Shreck, por ejemplo, en cuanto a la utilización de personajes de cuentos y canciones tradicionales, o piensen en la cinta de Roger Rabbit, en cuanto al juego del estilo policiaco. Muy divertido.

El segundo cuento es «El puente del trol». El narrador es un niño que vive con su familia en un pueblo de la campiña inglesa cercana a Londres. Son los años 60. Le encanta pasear y explorar los alrededores de la casa victoriana familiar. Un día se aleja más de lo normal y llega hasta un puente de ladrillos que nunca había visto. Explora debajo del puente y ahí encuentra a un trol. El monstruo, un poco triste, le dice que se va a comer su vida. El niño lo convence de que no lo haga aún, pues todavía le faltan muchas experiencias, muchos libros qué leer. El trol lo deja ir luego de que el niño le promete que unos años después regresará. Y esto vuelve a suceder cuando el narrador es un adolescente de 15 años. Y el narrador regresa siendo un hombre adulto... El cuento es una verdadera maravilla, pues explora, desde una perspectiva muy particular y muy rica, lo que quiere decir crecer.

El tercero es «No le preguntes a Jack»; se trata de un relato inquietante en el cual no sucede nada malo, pero nos deja con la impresión de que en algún momento, inevitablemente, sucederá. Y está relacionado con uno de esos muñecos que saltan, por medio de un resorte, de unas cajas al abrirlas. Como un regalo de broma. A esos muñecos en caja se les llama en inglés «Jack in the box», Jack en la caja. A uno de esos Jack se refiere este relato, más bien ambiental.

Luego viene «Cómo vender el puente de Ponti». Hay una historia real que está detrás de este relato: la famosa venta de la torre Eiffel durante los años 20 del siglo pasado. Este relato, en el que un grupo de estafadores pertenecientes a un Club de Granujas interplanetario platican sobre sus trabajos, cuenta la historia de la venta de un puente construido con magia y piedras preciosas, una venta fraudulenta, al igual que la de la torre Eiffel. Lo interesante es que está contado desde la perspectiva del estafador.

Después tenemos «La presidencia de Octubre». Los meses están reunidos alrededor de una hoguera. Es el turno de Octubre de ser el presidente de la junta. Todos los meses pueden contar la historia que quieran, pero el presidente es el último, y quien debe de contar el mejor. Octubre cuenta el relato de un niño que se escapa de su casa. Es un cuento sobre la soledad, la incomprensión y las fantasías infantiles, pero es también un cuento de fantasmas, a la vez escalofriante, de una gran ternura, y con un final abierto de muchas posibilidades.




Viene después «Caballería», un cuento verdaderamente delicioso. Una viuda pensionada inglesa que acostumbra comprar libros y objetos usados en una tienda del barrio, encuentra el Santo Grial en la tienda y lo compra. Tanto quien lo vende como ella creen que se trata sólo de una copa que se ve bien. Sir Galahad, con armadura y caballo, llega a su puerta unos días después tratando de que la buena señora le permita llevarse el Grial. Las situaciones y los diálogos son maravillosos. Y el final sorprendente y tierno. Sin duda alguna, uno de mis cuentos preferidos de este libro.

El séptimo cuento es «El precio», en el cual el narrador es un escritor, un alter ego del propio autor, quizá. Este escritor vive en una casa en el campo, con su familia, a las afueras de los suburbios de una gran ciudad. Muchos gatos abandonados por habitantes de la ciudad llegan a su casa, y él y su familia los recogen y se hacen cargo de ellos por un tiempo, algunos se quedan, otros mueren, otros simplemente se van. Pero hay un caso particular, un gato negro, muy bonito, que prefiere dormir sobre un colchón en la cochera, y casi todas las mañanas amanece herido. Al escritor esto le llama la atención así que lo mete durante unos días al sótano y no lo deja salir, para que se reponga. Pero entonces se da cuenta que durante esos días les va muy mal a él y a su familia. Cuando el gato está ya muy inquieto, el escritor lo vuelve a sacar a su lugar preferido, y vuelve a amanecer herido. Así que el escritor decide vigilar en la noche, con unos lentes de visión nocturna. Y lo que ve lo aterroriza...

El octavo es «Cómo hablar con las chicas en las fiestas». Está ubicado en los años 70. El narrador y su amigo son dos jóvenes ingleses de 15 años de edad, y una noche el amigo del narrador casi lo obliga a acompañarlo a una fiesta. El narrador es tímido y no sabe cómo ni de qué hablar con las muchachas. Su amigo es un joven mucho más seguro. A la fiesta ni siquiera los han invitado, simplemente saben que alguien dará una fiesta y saben más o menos cómo llegar. Cuando llegan les abre la puerta una jovencita guapísima y el amigo del narrador logra que los dejen pasar. Las chicas de la fiesta son muy amables, aunque raras, y los dos amigos logran platicar con algunas de ellas. Pero esa no era la fiesta que ellos buscaban. Y las chicas no son lo que parecen...

Viene después «El pájaro del sol». Trata de la búsqueda especial de cinco personajes extraños, miembros del Club Epicúreo. Cuatro hombres y una mujer, ya todos adultos maduros, acostumbrados a los grandes y más sofisticados placeres, especialmente la gastronomía. En una junta casi todos están de acuerdo en que ya lo han probado todo. Pero uno de ellos está en desacuerdo. Dice que les falta probar el pájaro del sol de la Ciudad del Sol, lugar que se encuentra, ahora, en un barrio del moderno Cairo, en Egipto. El cuento incluye el acuerdo para el viaje, el viaje, los preparativos para cazar al animal, la receta para prepararlo y una escena alucinante de lo que ocurre cuando los miembros del club se comen al deseado animal. El cuento es particularmente divertido, entre otras cosas, porque tiene un humor similar al del escritor francés Boris Vian. Un cuento fantástico narrado con un negro sentido del humor. Éste es, sin duda, otro de mis cuentos preferidos del libro. 

El último relato se llama «La lápida de la bruja», y es un cuento que pasó luego a formar parte del siguiente libro de Neil Gaiman, la novela El libro del cementerio, que ya comentamos en este blog (si quieres leer la reseña haz clic aquí).

El libro cierra con el poema, llamado «Instrucciones», realmente bellísimo. Se trata, en efecto, de las instrucciones para un pequeño viaje de exploración por un bosque que comienza detrás de una casa... pero si tenemos en cuenta que todo viaje es una metáfora de la vida, este poema parece decirnos cómo vivir, y nos lo dice de una manera mágica. El autor dice en la introducción que el poema es sobre «cómo debes de comportarte si de pronto te encuentras metido en un cuento de hadas».

La verdad, El cementerio sin lápidas y otras historias negras es un libro imprescindible.

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El cementerio sin lápidas y otras historias negras. Neil Gaiman. Traducción de Mónica Faerna. Roca Editorial. 224 págs.




miércoles, 27 de noviembre de 2013

Coraline, de Neil Gaiman




Coraline
de Neil Gaiman

Jesús Guerra

Hace poco comenté, en este espacio, El libro del cementerio del autor inglés Neil Gaiman, un libro estupendo de un autor muy leído, aunque apunté pocas cosas sobre él: nació en 1960, en Inglaterra, aunque ahora vive en los Estados Unidos, y ha escrito un buen número de novelas, cuentos y cómics que gustan tanto a niños, jóvenes y adultos. Y ha escrito también guiones para capítulos de series de televisión, como Doctor Who. Entre sus libros, sobre todo para jóvenes y adultos, podemos mencionar los siguientes:
* Buenos presagios (escrito en colaboración con Terry Prtachett, 1990)
* Neverwhere (1996)
* Sandman: El libro de los sueños (1996)
* Humo y espejos (1998)
* Stardust (1999)
* American Gods (que quiere decir «Dioses americanos», pero incluso en la versión española el libro conserva su título en inglés)
* Coraline (libro para niños y para jóvenes, publicado en el año 2002, que es el que comentamos hoy)
* Los hijos de Anansi (2005)
* Objetos frágiles (2006), entre otros.
 
Edición en pasta dura
«Coraline» es una novela corta para niños que tuvo y ha seguido teniendo mucho éxito. Luego se hizo una adaptación a cómic, y también a cine. La versión fílmica es muy bonita y contó con la colaboración de actores de primer nivel para las voces, y de gente muy talentosa en todos los rubros. Y también tuvo una gran aceptación, tanto entre el público como entre los críticos de cine. Sin embargo la película tiene algunos cambios y agregados con respecto a la novela original. Así que es importante leer el libro, que es muy eficaz y logra momentos de un ambiente verdaderamente siniestro.

Déjenme decirles, a grandes rasgos, de qué trata esta historia: Coraline es una niña de alrededor de 10 años de edad, y junto con sus papás —el señor y la señora Jones—, se acaba de cambiar a una casa en las afueras de un pueblito. La casa en donde ahora viven es una mansión antigua, tan grande que ha sido dividida en departamentos. En el piso inferior viven dos señoras grandes, las señoritas Spink y Forcible, que en su juventud fueron actrices de teatro.
 
Edición en francés
En el piso de en medio vive Coraline con sus papás, y en el piso superior vive el señor Bobo, que es un señor ya grande también (es decir algo viejo, pero no demasiado viejo), que en sus tiempos trabajó en un circo, y según él está entrenando a unos ratones para que toquen instrumentos musicales minúsculos. Pero casi siempre que se refieren a él le dicen «el viejo loco de arriba». Hay también un gato negro, que siempre anda vagando por ahí, y entra y sale de la casa de los Jones. Coraline es una niña inquieta y le encanta explorar. Así que sale a conocer el pequeño bosque que rodea la casa en donde viven. Pero los días de lluvia se aburre dentro de la casa, y su papá la pone a que revise toda la casa para ver cuántas ventanas y puertas hay. Así es como Coraline se da cuenta que hay una puerta que no va a ninguna parte. Lo que sucede es que al mismo nivel del departamento de los Jones hay otro departamento, el cual está vacío. Obviamente tiene la entrada por otra parte. Y esta puerta está tapada por una pared de ladrillos. Así que ya de entrada es una puerta bastante extraña.
 
Edición en inglés
Coraline, como todos los niños de su edad, a veces tiene problemas con sus papás, los cuales, aunque ambos trabajan en casa —cada uno en un cuarto que utiliza como oficina, y cada uno sentado frente a una computadora, y Coraline no termina de entender qué hacen—, no tienen todo el tiempo disponible para atender a su hija. Así que Coraline algunas veces quisiera tener otros papás, o que sus papás fueran diferentes... Esto es normal, pero como se dice por ahí, hay que tener cuidado con lo que se desea. El asunto es que Coraline, una rara tarde que está sola en casa (pues su papá fue a la ciudad y su mamá salió a comprar comida), decide investigar la puerta que no conduce a ninguna parte, y se encuentra con que ya no está la pared de ladrillos sino un pasillo oscuro. Y Coraline se aventura a través de la oscuridad. Y encuentra del otro lado una casa idéntica a la suya, o casi idéntica pues luego se da cuenta que hay algunas diferencias... y en la cocina encuentra a una mujer que parece la gemela de su mamá, pero con una diferencia francamente aterradora: en lugar de ojos tiene dos botones cocidos a la cara. Y ésta que se dice «su otra madre» quiere que Coraline se quede a vivir ahí con ella y con su marido, el «otro padre» de la niña (que es idéntico a su papá pero también con esos horrorosos botones cocidos a la cara).
 
«Coraline» en novela
gráfica, en inglés
Y de momento todo parece ser mejor ahí, en esta otra casa, con sus otros padres: los colores son más vivos, los sabores más ricos... pero claro, las cosas no son lo que parecen, y al poco tiempo Coraline se da cuenta que está como prisionera en esta especie de copia del mundo real. Y el problema, entonces, es cómo regresar a su verdadera casa, con sus verdaderos padres.

«Coraline» es una novela corta muy entretenida, por momentos muy divertida, por momentos misteriosa, y en otros algo aterradora, envuelta en atmósferas extrañas y poéticas... y obviamente de eso se trata, pues es una especie de cuento de terror para niños. Los personajes son una maravilla.

Es un libro muy recomendable para niños de unos ocho años en adelante. A mí me gustó mucho (y yo tengo bastantes más que ocho... es más, bastantes más que veinte).

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Coraline. Neil Gaiman. Traducción de Raquel Vázquez Ramil. Ilustraciones de Dave McKean. Ediciones Salamandra. 160 págs.



lunes, 7 de octubre de 2013

El libro del cementerio, de Neil Gaiman




El libro del cementerio
de Neil Gaiman

Jesús Guerra

Todo comienza, de manera bastante espeluznante, con tres asesinatos. Iban a ser cuatro, pero una de las víctimas logró escapar. Un hombre misterioso entra en una casa que se encuentra frente a un viejo cementerio, en Londres, y asesina en medio de la noche al señor de la casa, a su esposa, y a su hijita. El último en morir iba a ser el miembro más joven de la familia, un niño que apenas podía caminar. Sucede que el niño estaba despierto y decidió bajar de su camita a explorar la casa, bajó la escalera a sentones y se encontró con la puerta de la calle abierta. En ese momento los miembros de su familia estaban siendo asesinados, pero eso él no podía saberlo, ni siquiera hubiera podido entenderlo. Nada más tentador que una puerta abierta para un niño. Salió de la casa y se dirigió al cementerio que estaba enfrente, y pasó por entre los barrotes de la cerca... y encontró gente ahí. Personas que lo vieron con curiosidad y con ternura. Claro que el niño no podía saber, tampoco, que esas personas estaban muertas.

Otra edición en español
con ilustraciones de
Dave McKean


De inmediato se enteraron, porque incluso en los cementerios las noticias vuelan, que ese niño acababa de quedar huérfano. Fue así como una pareja, habitante de ese panteón, decidió quedarse con el niño. Claro que tuvieron que hacer una reunión con una buena parte de los habitantes del cementerio, y al final todos estuvieron de acuerdo. Y ese niño se quedó a vivir ahí. Sus nuevos padres eran los Owen. Y como ninguno de los presentes sabía el nombre del niño, terminaron por ponerle Nadie. Nadie Owen fue su nuevo nombre. Pero terminaron por llamarlo Nad.

Además de los Owen, otro habitante del cementerio, un personaje bastante misterioso llamado Silas, que por no estar ni vivo ni muerto, por encontrarse en esa zona fronteriza de la existencia, se hizo cargo de Nad en calidad de tutor. Silas era, de todos los habitantes del cementerio, el único que podía salir de los límites del panteón, y por lo tanto él fue el encargado de conseguir los alimentos necesarios para la subsistencia del niño vivo.

Una de las ediciones
en inglés


Una de las características más interesantes de la existencia de Nad en ese cementerio es que, mientras fuera «habitante honorario» de ese lugar, podía realizar muchas de las cosas que hacen los muertos, como atravesar paredes, ver en la oscuridad, por supuesto ver y hablar con los muertos, e incluso desaparecer, es decir, volverse invisible a los ojos de los vivos, aunque esto último le costó algo de trabajo.

Como todo niño sano, Nad exploraba y jugaba en su medio ambiente, y lo conocía a la perfección. Hablaba con todos los habitantes del lugar y era querido por todos. Y por supuesto había ahí otros niños... muertos, que eran sus compañeros de juego. Pero también Nad llegó a ser amigo de una niña viva, una que iba al cementerio a jugar mientras su madre leía en una banca. Y es que este cementerio tenía ciertas zonas tan bonitas que las personas de los alrededores iban a pasear ahí, durante el día, y utilizaban el panteón como si fuera un parque. Claro que la mamá de la niña viva que se hizo amiga de Nad nunca lo vio, y pensaba que «Nad» era un amigo imaginario de su hija.

Edición en francés. El título
allá es "La extraña vida
de Nobody Owens".


A Nad en su infancia no le faltó diversión, ni enseñanzas, ni aventuras, ni siquiera experiencias peligrosas con seres sobrenaturales, como los ghouls, sin embargo Nad crecía, y llegó el momento que Silas, su tutor, temía: Nad quiso ir a la escuela y convivir con otras personas vivas, y si Silas temía ese momento era porque él sabía que la persona que había matado a la familia de Nad también lo había querido matar a él, a Nad, y sabía (porque Silas sabía muchas cosas), que el asesino quería aún matar a ese niño que se le había escapado, y no sólo eso, Silas sabía el motivo por el cual ese hombre quería asesinar a Nad. Así que Silas era conciente que si bien no debía mantener a Nad como un prisionero del cementerio, tampoco podía dejarlo salir antes de que el chico estuviera preparado exactamente para lo mismo que deben de prepararse todos los adolescentes: para enfrentar al mundo... a su debido tiempo.

Edición de bolsillo
en francés


El libro del cementerio, que le debe mucho a El libro de la selva, de Rudyard Kipling (1865-1936), y Neil Gaiman es el primero en reconocerlo en una nota al final de su libro (y de hecho nos recomienda a todos sus lectores que aunque hayamos visto la película de Disney, leamos el libro de Kipling, y yo aquí paso el consejo), es una novela que pueden leer tanto niños como adolescentes. Si bien algunos de sus momentos pueden parecer infantiles, creo que los temas fundamentales resuenan mejor en lectores de entre los 11 y los 14 años, más o menos, pero en realidad es una obra que disfrutan lectores de todas las edades, así de bueno es. Yo tengo bastantes más años que 14 y la verdad es que El libro del cementerio me encantó.

No se trata de un libro de terror, en el sentido de que pretenda provocar miedo en el lector, sino de un libro cuya historia se ubica en los ambientes clásicos de la literatura de terror sobrenatural... y natural. Es un libro bellísimo, la verdad, lleno de aventuras, de personajes fantásticos, de situaciones extrañas y de una enorme comprensión de la vida... y de la muerte. Y tiene un espléndido sentido del humor.

Neil Gaiman es un escritor inglés nacido en 1960. Ha escrito muchas historietas y novelas gráficas, la más famosa es la serie de The Sandman. Ha escrito libros para niños, como el famosísimo Coraline, capítulos de series reconocidas de televisión, como Doctor Who, y muchas novelas para lectores adultos.

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El libro del cementerio. Neil Gaiman. Traducción: Mónica Faerna. Ilustraciones de Chris Riddell. Roca Editorial. 1a edición, 2009. 294 págs.