Alguien en la ventana
de M.B. Brozon
Jesús Guerra
Alguien en la ventana es un libro para niños, y niños-jóvenes, a partir de los
10 años, más o menos, que me ha parecido sumamente interesante y divertido,
porque tiene mucho suspenso, pero principalmente porque es una novela corta de
terror. Su autora es la mexicana Mónica Beltrán Brozon, quien firma sus libros
como M.B. Brozon.
Les platico de qué trata: Alejandro tiene 11 años, y vive
con sus papás en una casa moderna, en uno de esos fraccionamientos alejados de
la ciudad. Las personas que viven en ese lugar ni siquiera van a la ciudad,
pues tienen todo lo que necesitan ahí cerca, y además la ciudad tiene fama de
caótica y poco segura. Pero un día los papás de Alejandro le comunican que se
van a cambiar a un departamento de un edificio de la ciudad. A Alejandro, por
supuesto, no le hace ninguna gracia la noticia. Eso significa que va a tener que
entrar a una nueva escuela a medio curso, en donde será el chavo nuevo, que no
conocerá a nadie, y que va a dejar de ver a sus amigos. Así que les aplica la
Ley del Hielo a sus papás.
¿Y cuál es el motivo de la mudanza? Pues que la mamá de
Alejandro heredó ese edificio de un pariente muy lejano. Desde el punto de
vista de los papás de Alejandro, eso es, más o menos, como haberse sacado la
lotería.
El departamento al que se cambian es muy amplio, y la
recámara de Alejandro es más grande que la que tenía antes, pero el edificio es
muy viejo y tiene muchos años desocupado. El edificio tiene cuatro pisos y dos
departamentos por piso. Alejandro y sus papás se cambian a uno de los dos
departamentos del cuarto piso y tienen planes para juntar los dos departamentos
para convertirlo en uno muy amplio y súper cómodo, quieren arreglar y rentar
los otros departamentos y hasta de poner algún negocio en el espacio comercial
que está en la planta baja, que en ese momento no es más que una lavandería
abandonada.
Alejandro sigue sin hablarles. Para contentarlo, los papás
le regalan un perrito. Eso, por supuesto, lo pone feliz pero sólo en parte,
pues sigue sintiéndose solo sin sus amigos. Pero por lo menos, la Ley del Hielo
deja de ponerse en práctica.
La ventana de la recámara de Alejandro da a un patio
interior, y enfrente se ve la ventana que corresponde a una recámara del otro
departamento de ese mismo piso. Alejandro se asoma varias veces y siempre ve un
cuarto vacío al otro lado. Claro, es lógico, pues sus papás le han repetido que
en ese edificio no ha vivido nadie durante años y años.
Pero a la siguiente vez que Alejandro se asoma a su
ventana, ve a un niño en la otra ventana. «¿Pues no que no había nadie?»,
piensa él. El niño le hace señas de que se mantenga en silencio y luego,
también con señas, le dice que vaya a su departamento. Alejandro piensa que,
tal vez, por algún motivo extraño, ahí vive un niño sin que nadie lo sepa, pero
lo que lo entusiasma es la posibilidad de tener un nuevo amigo.
Alejandro, entonces, aprovechando que sus papás están
ocupados arreglando los muebles y sacando cosas de las cajas de la mudanza,
toma el enorme llavero que tiene todas las llaves del edificio, sale de su
departamento, camina por el pasillo y llega a la puerta del departamento
vecino. Alejandro toca a la puerta, pero no escucha nada del otro lado de la
puerta. No puede tocar más fuerte pues sus papás podrían escucharlo, así que se
pone a probar llaves, hasta que una abre la puerta. Entra. El lugar huele a
humedad y a encierro, y tiene algunos muebles cubiertos con sábanas llenas de
polvo. Alejandro saluda, pero nadie le responde. Entonces escucha una música,
de las que salen de las cajas musicales antiguas, que proviene del último
cuarto al final del pasillo...
Es en ese momento que a Alejandro le da miedo. Se da
cuenta que no puede ser que alguien viva ahí, en ese departamento abandonado y
lleno de polvo. Quiere irse, pero la puerta está cerrada con llave, y él está
seguro de no haberla cerrado. Entonces escucha una voz que, aunque es de un
niño, suena «como si viniera de una caverna muy profunda», que le dice:
«Veeeen».
Alejandro, con todo y el miedo que siente, camina hasta la
última puerta, que está abierta, y ve que ahí está el niño que vio por la
ventana, sentado en una mecedora, que, al igual que los juguetes y el resto de
los muebles del cuarto, se nota que son de otra época... Y el niño de la
mecedora tiene claramente un aspecto... fantasmal...
Bueno, esta historia apenas comienza, de verdad. Lo que
les he platicado sucede en los dos primeros capítulos de la novela, la cual
tiene 17 capítulos y un epílogo. Así que si quieren saber qué es lo que le
sucede y lo que hace Alejandro en ese edificio al que se acaba de mudar —el
cual, y de esto se entera hasta días después, tiene muy mala fama en la
colonia, pues todos dicen que en ese edificio espantan—, tendrás que conseguir
y leer esta novela corta, macabra, siniestra, y muy, muy emocionante. Yo, la
verdad, te aconsejo que no la leas estando solo, y mucho menos de noche.
La primera edición de esta novela es de 2006, y ha seguido
teniendo reimpresiones. El ejemplar que yo leí era de la reimpresión número 11,
del año 2017, lo cual demuestra que es un libro muy leído y gustado. Las
ilustraciones, muy siniestras también, son de Juan Pablo Gázquez.
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Alguien en la ventana. M.B. Brozon. Ilustraciones de Juan
Pablo Gázquez. Fondo de Cultura Económica, col. A la Orilla del Viento. 128
págs.
no hay lidros y en la escuela de mi hijo lom piden
ResponderEliminarYo busco este libro por hobbie recuerdo que me lo leyeron en la primaria. Busque lo y compre lo en ghandi yo llevo buscándolo por mucho tiempo saludos
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