viernes, 31 de enero de 2020

Cuando los gigantes aman y otros cuentos, de Folke Tagetthoff





Cuando los gigantes aman
y otros cuentos
de Folke Tagetthoff

Jesús Guerra

El libro infantil Cuando los gigantes aman y otros cuentos, del escritor austriaco Folke Tagetthoff, está clasificado «Para los que leen bien» y está compuesto por tres estupendos relatos: «Cuando los gigantes aman», «Cuando dos brujas de cuento hacen brujerías» y «Cuando una elfina se convirtió en elfo».

En el primer cuento, Arnold es un gigante que vive junto a un pueblo de humanos de tamaño normal. Arnold es realmente enorme, mide un poco más de 30 metros de altura, y como su tamaño le impide realizar la gran mayoría de los empleos comunes, la gente del pueblo lo alimenta, a diario, y le confecciona ropa y zapatos, dos veces al año, como pago por el trabajo que él hace para ellos, ayudarlos en las tareas del campo ya que puede arar con sólo pasar un dedo por la tierra y puede sembrar semillas mucho más rápido que cualquiera.

La gente del pueblo utiliza viejas carpas de circo y banderas antiguas para fabricarle sus ropas, y lanchas viejas para hacerle sus zapatos.

Un día, debido a que Arnold ha estado faltando a trabajar, mandan a una niña, que es su amiga, a que averigüe qué sucede. Lo que pasa, descubre la niña, es que el gigante está triste porque se siente solo. Hay ya muy pocos gigantes en el mundo y Arnold no conoce a ninguna giganta. Nadie en el pueblo sabe qué hacer. Uno de esos días, la niña visita a Arnold y para que se entretenga le lleva un libro muy grande llamado «Gigantes del mundo». Arni, como ella le dice de cariño, hojea el libro y de repente ve la foto de una preciosa giganta pelirroja y se enamora de inmediato. Quiere saber cómo se llama y dónde vive. Pero nadie en el pueblo tiene esa información.

Pasan los días y llega al pueblo un contador de historias, y lo llevan a donde está Arni para que lo entretenga. Al llegar el contador de historias, el gigante está viendo embelesado la foto de la giganta, el contador de historias ve la foto y la reconoce. Se llama Jane y vive en Hawái, o sea, al otro lado del mundo (pues Arni y todos ellos se encuentran en Austria). Y no sólo vive al otro lado del mundo, sino que hay dos océanos de por medio. Eso a Arni no le importa, está dispuesto a comenzar su viaje de inmediato. Sin embargo, a la niña amiga del gigante se le ocurre que no tendría sentido viajar medio planeta para que al final a Jane no le guste Arni, y dice que lo más conveniente es que el gigante le mande una carta y una foto a la giganta a ver si ella está interesada en conocerlo.

A todos les parece una excelente idea, así que mandan traer un fotógrafo desde otro pueblo, lo que lleva varios días, y mientras tanto la gente del pueblo le confecciona un traje nuevo, además consiguen a un escribano capaz de escribir la enorme carta que Arni le va a dictar. En cuanto al envío, el contador de historias les dice que él se encargará de arreglar eso pues les pedirá el favor a unas hadas que conoce.

Cando terminan con la carta y la foto, el contador de historias habla con las hadas, las cuales acceden a llevar la carta a Hawái... y al cabo de varias semanas, las mismas hadas traen una carta de respuesta... Pero, por supuesto, ¡ya no puedo contarles nada más de la historia de Arni y su búsqueda del amor! pues no quiero echarle a perder su propia lectura. Si quieren saber qué sucede tienen que conseguir el libro y leerlo. Les aseguro que les va a encantar, está escrito con un delicioso sentido del humor y con una imaginación desbordante.

Con esa misma maravillosa imaginación está escrito el segundo cuento de este libro, «Cuando dos brujas de cuento hacen brujerías». El relato es estupendo porque todo sucede dentro de un libro de cuentos de hadas. Hay un cuento de una bruja mala, llamada Muerdeuñas, y más adelante hay otro de una bruja buena, llamada Belinda. Y cuando nadie lee el libro, como en un teatro después de una representación, los personajes descansan, duermen o van a un café que está ubicado en la página 33.

Un día, mientras Belinda pasea por el prado de la página 51, un silfo, que llega montado en un dragón enano, le avisa que Muerdeuñas no está en su cuento ni en ninguna otra parte del libro. De inmediato, todos los personajes van a buscar a la bruja mala, pues si no está en su cuento quiere decir que algo malo trama. La verdad, es un cuento genial. En realidad, los tres cuentos del libro son una maravilla (del tercero no les digo nada para que ustedes lo descubran), así que mi recomendación es que no se lo pierdan por nada. Además, van a disfrutar mucho las excelentes ilustraciones del artista mexicano Damián Ortega.

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Cuando los giganres aman y otros cuentos. Folke Tagetthoff. Traducción de María Ofelia Arruti. Ilustraciones de Damián Ortega. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento. Clasificación: "Para los que leen bien". 1a. ed. en alemán, 1989; 1a. ed. en español, 1992; 2a. ed., 1995; 12a reimpresión, 2018. 104 págs.




jueves, 23 de enero de 2020

La ovejita negra, de Elizabeth Shaw





La ovejita negra
de Elizabeth Shaw

Jesús Guerra


La ovejita negra nos cuenta la historia de un pastor que mientras cuidaba sus ovejas en las montañas se pasaba el tiempo tejiendo. Tejía calcetas, bufandas, cobijas y suéteres de pura lana, y esos productos los llevaba a vender al mercado del pueblo. El pastor no tenía que preocuparse mucho de cuidar a sus ovejas, sólo de vigilarlas un poco, pues tenía un perro muy inteligente y un tanto obsesivo llamado Polo, que era el encargado de ir a traer a las ovejas que se iban muy lejos, y al final de la jornada, de reunirlas para que entraran al corral.

El pastor tenía puras ovejas blancas, menos una. Y esta oveja negra, como se la pasaba pensando que quería ser como las demás, era medio distraída y no obedecía a Polo, por lo menos no de la manera en que Polo quería, con exactitud y rapidez. Polo sentía que el problema con la oveja negra era que pensaba demasiado y ahí el único que tenía que pensar era él, reflexionaba Polo, que era un verdadero tirano.

Un día, de repente, sin anunciarse demasiado, se desató una tormenta en las montañas, con mucho viento, lluvia y hasta nieve. Tanto el pastor como Polo corrieron para refugiarse en la cabaña, y las ovejas se quedaron donde estaban. Polo y el pastor pensaban que no habría problema con ellas, pero sí había pues las ovejas, aunque estaban cubiertas de lana, se estaban mojando, tenían frío y no sabían qué hacer. Y la única oveja que pensaba, o la que pensaba más y mejor, era la ovejita negra, que de pronto se convirtió en líder... pero ya no les puedo contar nada más. Si quieren saber qué sucedió con estas ovejas, con el pastor y con Polo tienen que leer este librito delicioso.

La ovejita negra es una obra breve porque está escrita «para los que están aprendiendo a leer», es muy simpática y tiene unas estupendas y divertidísimas ilustraciones de la propia autora, Elizabeth Shaw, quien nació en Irlanda, estudió en la Escuela de Arte de Chelsea y destacó como una talentosa caricaturista. Escribió e ilustró libros para niños y jóvenes. Murió en Alemania en 1992.

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La ovejita negra. Elizabeth Shaw. Traducción de Cecilia Olivares Mansuy. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento. Clasificado «Para los que están aprendiendo a leer». 1a. ed. en inglés 1985; 1a. ed. en español 1992; 19a. reimpresión 2019. 56 págs. Se puede conseguir en edición electrónica.





miércoles, 8 de enero de 2020

Cuentos ecológicos, de Saúl Schkolnik





Cuentos ecológicos
de Saúl Schkolnik

Jesús Guerra

Cuentos ecológicos es un libro clasificado «Para los que empiezan a leer». Su autor es el chileno Saúl Schkolnik, autor que lamentablemente ya falleció, hace poco más de dos años, en octubre de 2017, a los 88 años de edad. El volumen es bastante breve y contiene cuatro pequeños relatos, que son: «Yo como, tú comes, él come», «¿Y si no fuera un cuento?», «El congreso de los sabios tontos» y «Por qué no se puede cazar un dodo».

En el primer cuento, los personajes son una flor amarilla, una mariposa, una libélula, dos sapos, una culebra y una lechuza. Cada uno de estos seres vivos es alimento de otro de ellos… El relato, entonces, nos muestra, por decirlo así, un círculo alimentario, un círculo ecológico, y es una buena manera de que los niños aprendan cómo cada elemento de la naturaleza tiene un lugar y una función, aunque cada uno, como en esta narración, se sienta el centro del universo.

El segundo relato, llamado «¿Y si no fuera un cuento?», nos relata la historia de dos pescadores, Arsenio y Pedro, que viven en una isla junto con sus familias. Cuando ayudan a un cangrejo herido a llegar a la orilla del mar, éste les habla (lo cual ya de por sí asombra a los pescadores), y les dice que cuando quieran o necesiten algo, se lo digan al mar, él —el cangrejo— los escuchará, y hará lo posible por dárselos, siempre y cuando —les advierte— eso que piden se pueda hacer con materiales disponibles en la isla.

A los pocos días, Arsenio, que no pescó nada, le pide al cangrejo, hablándole al mar, que le dé algo de comer. Y de inmediato aparecen dos grandes pescados a sus pies. Cuando Pedro se entera, va y le pide, muy vivo, que le dé comida ya preparada para su familia. E igual, al segundo aparecen varios platillos listos para ser consumidos.

Entonces Arsenio le pide comida, y ropa y calzado para su familia. Y los obtiene de inmediato. Y Pedro no se quiere quedar atrás, y pide eso mismo y más… y así siguen los dos, pidiendo cada vez más y más, estableciendo una competencia imparable. No les cuento qué sigue, y menos su estupendo desenlace, para que lo disfruten por ustedes mismos. Pero no hay duda de que se trata de una narración que nos obliga a reflexionar.

El tercer cuento, que lleva por título «El congreso de los sabios tontos», es verdaderamente una delicia. Los animales del planeta deciden realizar un congreso, y cada especie manda a su representante sabio. Los personajes principales son el mono sabio, el elefante, la lechuza, la jirafa, el pájaro carpintero, la cabra, la cebra, el león, el tigre, el camello, el hipopótamo, el sapo y la tortuga. Claro que el resto de los animales del planeta están presentes en el congreso, y escuchan y votan.

Cada animal sabio que toma la palabra lo hace, según dice, para hacer propuestas para el bien común, para el bienestar de todos, pero en realidad cada propuesta es importante sólo para la especie que el animal que habla representa. La discusión es muy ingeniosa y divertida, pero a fin de cuentas bastante inútil, pues los demás animales siempre se oponen. Éste es uno de esos cuentos que vale la pena que los padres o los maestros de los niños comenten con ellos, para que los pequeños puedan sacar el máximo provecho.

Y el cuarto relato, que lleva el título «Por qué no se puede cazar un dodo», es una versión ficticia, pero muy iluminadora, de la extinción de los pájaros dodo, a causa de la actividad humana al invadir su hábitat, en el siglo XVII.

Los cuatro relatos tratan el tema de la ecología desde diferentes perspectivas, y además de ser muy interesantes —incluso para los adultos—, son muy claros en su enfoque y, por lo tanto, muy útiles para maestros y padres de familia que quieran (y creo que todos deberían de querer) instruir a sus hijos o alumnos en este tema tan importante en la actualidad. Un tema que es necesario que todos, sea la que sea nuestra edad, comprendamos, para que seamos conscientes del impacto que tienen nuestras acciones en el planeta.

Yo invito a los padres de familia, a que les compren este libro a sus hijos que están aprendiendo a leer (e incluso a niños un poco más grandes), que se los den a leer, o que se los lean ustedes, y que lo platiquen con ellos. Estos temas son de una importancia fundamental.

Invito también a los profesores de los tres primeros años de primaria, a que se los lean a sus alumnos, para que puedan discutir estos temas en clase. Sí, los niños pueden leer solos este libro, por supuesto, pero creo que es necesario que los padres de familia y los profesores los ayuden a entender la enorme importancia de este tema.

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Cuentos ecológicos. Saúl Schkolnik. Ilustraciones de Carmen Cardemil. Fondo de Cultura Económica, en su colección A la Orilla del Viento. Clasificación «Para los que empiezan a leer». 54 págs.

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