Diario de una planta
carnívora
de Luis Eduardo García
Jesús Guerra
Una planta carnívora
escribe, o cuenta o piensa, su diario desde que llega a su nueva casa, es decir
la casa de los tres humanos que la han llevado ahí en una maceta, y le han
puesto como nombre Marceline. Todavía no sabe si le gusta su nombre, pero podría
haber sido peor. Las entradas por día son breves, interesantes y en su mayoría
muy divertidas. Hay que reconocer que Marceline tiene un gran sentido del humor,
aunque a veces lo que nos hace reír es el punto de vista de la planta. Mientras
el humano grande, la humana mediana y la “humanita” van y vienen, realizan sus
tareas cotidianas, se alimentan, platican y bailan, Marceline los observa todo
el tiempo, y su visión de esos extraños seres nos permite reflexionar o reírnos
a carcajadas, o las dos cosas.
Marceline no está sola en su
repisa pues tiene de vecina a una biznaga llamada Lola, y se pasan el día
platicando. Se llevan muy bien ya que comparten muchas opiniones. Un día, una
humana amiga de la humana de la casa llegó de visita y se pasó toda la tarde
platicando de mil temas distintos, pero el que más llamó la atención de
Marceline la aterrorizó: la humana contó que ella tuvo también una planta
carnívora pero que las cucarachas se la comieron. Desde entonces, Marceline
incluso tiene pesadillas con cucarachas. Y es que Marceline también duerme y
sueña, y algunos de esos sueños son tan estrafalarios y surrealistas que nos
hacen reír.
El miedo que les tiene
Marceline a las cucarachas aumenta cuando observa la reacción desmesurada de
los tres humanos a la presencia de uno de esos bichos horrendos durante la
noche, en la cocina. Si así gritan y corren los humanos, que son grandes, ¿qué
le espera a Marceline que es pequeña y está inmóvil en su maceta?
La visión de la vida de la
planta carnívora es, por supuesto, diferente a la nuestra, y su comprensión de
los humanos es limitada, por eso sus opiniones, a veces críticas, a veces
burlonas, a veces curiosas, y a veces hasta tiernas, son tan interesantes, reveladoras
y divertidas para nosotros.
Diario de una planta
carnívora es un libro delicioso, y las ilustraciones son
espectaculares. De verdad, mi recomendación es que consigan y lean esta obra,
clasificada “Para los que empiezan a leer”, tan pronto como puedan, o sea, ¡ya!
En serio.
Luis Eduardo García es
un autor mexicano. Ha publicado en diversas editoriales de Argentina, España,
Chile, Perú, Bolivia y México. Su obra ha sido merecedora del Premio Nacional
de Poesía Joven Elías Nandino 2012, el Premio Nacional de Literatura Gilberto
Owen 2015, y el Premio Hispanoamericano de Poesía para la Infancia 2017, entre
otros.
Israel Barrón es
un artista, docente e ilustrador mexicano. Estudió pintura en la Facultad de
Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana e hizo una residencia artística
en Prokuplje, Serbia. Cuenta con numerosas exposiciones nacionales e
internacionales, y ha colaborado en escenografías e ilustrado libros, carteles,
revistas, suplementos culturales, ediciones electrónicas y portadas de discos.
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Diario de una planta
carnívora. Luis Eduardo García. Ilustraciones de
Israel Barrón. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento,
clasificado “Para lo que empiezan a leer”. 1a. ed. 2024. 64 págs.
de Luis Eduardo García
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