La dama de la selva
de Antonio Ramos Revillas
Jesús Guerra
Manuel es un chavo que vive en un pueblo llamado El Colmenar, donde
todos los pobladores son descendientes de los africanos que trajeron a América
los españoles en la época de la Colonia. Vive con su papá, Francisco; con su
madrastra, Cleotilde; con su medio hermano, Rumi, que aún es un bebé, y con su
abuelo, Luis Fernando, quien en su tiempo fue corredor de maratones y llegó
incluso a competir en Nueva York. Su abuelo, a quien apodaban la Pantera de la
Selva, le da lecciones a Manuel para que aprenda a correr como se debe, y es
quien le habla de las leyendas de la selva y de sus ancestros africanos, en
particular de la Dama de la Selva, una diosa que mantiene el equilibrio de la
naturaleza en el entorno en el que viven, y de los Púcari, unos seres sobrenaturales
que se encargan de castigar a los niños malcriados y a los niños perdidos.
La excelente relación con su abuelo ayuda mucho a Manuel, pues la
relación de éste con su madrastra es bastante mala. Quizá porque a Manuel
todavía le duele mucho la muerte de su madre, quizá porque Cleotilde no ha
sabido ganarse su cariño. Una tarde se pelean Manuel y Cleotilde, y el joven,
calzado con los nuevos tenis que le acaba de regalar su abuelo, se sale de la
casa enfurecido y corre por el pueblo. Corre y corre, primero sin saber qué
hacer, luego con la idea de llegar hasta donde trabaja su papá, cerca de ahí,
pero en plena selva, para decirle lo que acaba de suceder.
Manuel conoce el camino y en un momento dado, cuando toma conciencia
de que ya va a oscurecer, decide cortar camino. Luego empieza a llover. De
repente, Manuel se da cuenta de que ya no sabe en dónde se encuentra, que no
tiene la menor idea de cómo regresar, que ya es de noche y la lluvia cae con
tremenda fuerza. Manuel, entonces, se sube a un árbol para no mojarse tanto, y
para estar a salvo de los animales (aunque en el árbol tiene que cuidarse de
las serpientes). Se queda dormido a ratos, aunque tiene miedo y está muy
incómodo entre las ramas, cuando, de pronto, ve que una joven más o menos de su
edad lo llama desde una lancha que está en la laguna (aunque Manuel no recuerda
que ahí hubiera una laguna). Manuel desciende del árbol y va al encuentro de la
chica, y ésta le dice que su abuelo —el abuelo de ella— le pidió que viniera a
ayudarlo, pues los Púcari ya andan tras él.
Así es como empieza esta emocionante y peligrosa aventura que Manuel
jamás imaginó vivir, en una selva que no es la suya, una aventura que le abrirá
los ojos respecto al mundo, sus ancestros, su cultura, su familia, su propia
vida y sus sentimientos.
Antonio Ramos Revillas nació en Monterrey, Nuevo León, en 1977; ha
ganado un montón de premios, ha publicado libros de relatos para adultos y
algunas novelas para niños y jóvenes, como Los cazadores de pájaros, Reptiles
bajo mi cama e Ixel.
Esta edición cuenta con unas estupendas ilustraciones de Zuzanna
Celej, pintora, grabadora e ilustradora nacida en Polonia, aunque desde niña
vive en España.
La dama de la selva es
una muy recomendable novela para jóvenes, muy bien escrita, sumamente
interesante y emocionante, que nos cuenta una historia que no transita por los
mismos caminos de muchas otras, y nos muestra un mundo poco explorado en la
literatura infantil y juvenil de nuestro país.
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La dama de la selva. Antonio Ramos Revillas. Ilustraciones de
Zuzanna Celej. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento
(1a. ed., 2017). 196 págs.
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