viernes, 3 de enero de 2014

Los muertos sin descanso, de Deborah Noyes




[Literatura Juvenil]

Los muertos sin descanso
Varios Autores
Deborah Noyes (compiladora)

Jesús Guerra

La colección El Lado Oscuro de la editorial Océano Travesía publica libros de terror de muy buena calidad para lectores jóvenes, por ejemplo el libro de cuentos Los muertos sin descanso, compilado por Deborah Noyes, el cual está compuesto por diez relatos francamente interesantes de diez autores de lengua inglesa: Kelly Link, Chris Wooding, Annette Curtis Klause, Marcus Sedwick, Herbie Brennan, Libba Bray, M.T. Anderson, Holly Black, Nancy Etchemendy, y de la propia compiladora, Deborah Noyes. Algunos de ellos son más conocidos que otros en nuestro idioma debido a que ya se han publicado obras suyas.

Si con estos datos no he logrado picar su curiosidad para que consigan y lean este libro que les recomiendo, permítanme comentarles brevemente los cuentos que contiene Los muertos sin descanso: en «La tumba equivocada», de Kelly Link, el joven Miles Sperry es poeta, o por lo menos se cree poeta. Su novia es Bethany Baldwin. Cuando ella muere en un accidente automovilístico, Miles, en un arranque de romanticismo, deposita los poemas que le escribió a Bethany en el ataúd durante el funeral para que la entierren con ellos. Al principio Miles no puede creer que Bethany haya muerto, pero pasado un año, aunque aún la extraña, las cosas son diferentes; de hecho Miles quiere recuperar sus poemas, porque por supuesto, los textos que dejó en el ataúd estaban escritos a mano y Miles no tenía copias. Miles es un adolescente no sólo romántico sino insensato, así que se le ocurre desenterrar el ataúd de su novia. Eso sí, Miles es persistente. Compra una pala, una cuerda, una lámpara, baterías, un mapa del cementerio y otros implementos necesarios para su labor, luego de investigar en Internet cómo llevarla a cabo, y una noche va al panteón para desenterrar a su novia. Luego de una escena bastante espeluznante en la que logra su propósito, se da cuenta que la chica a la que desentierra no es Bethany, pero eso no es lo peor: la muerta le habla y le dice que se la lleve con él o se quede ahí con ella. Y este cuento apenas comienza. No sólo el argumento es impredecible, sino que los diálogos son buenísimos, el narrador es espléndido y el tema es extraordinario. La verdad es que se trata de un cuento bellísimo. Hacía mucho que un relato no me sorprendía y o me gustaba tanto.

«La casa y el relicario», de Chris Wooding, toma algunas de las situaciones más conocidas de los cuentos de terror y les da un giro interesante. El narrador es el personaje principal, un joven de 18 años del Londres de fines del siglo XIX, en tiempos de Jack el Destripador. Este joven está comprometido, casi por una especie de obligación familiar, con una chica llamada Lizabeth. Y está bien, él está conforme con eso pues de hecho la ama, lo que no le gusta es que el matrimonio tenga que ser ya. Él quiere disfrutar de su juventud, y eso, por su propio gusto y también por la influencia de su amigo Henry, quiere decir, salir con otras mujeres. Aunque se siente un poco culpable por engañar a Lizabeth, sigue haciéndolo muy contento. Una tarde, su novia le dice algo que a él le da mala espina. Ella le dice: «Puedes irte de aventuras. No puedes evitarlo. Pero esa época va a pasar y volverás a mí. Aunque no lo sepas, eres mío». Y le regaló un relicario en el interior del cual se encontraba una foto de ella. El tema es aterrador en sí mismo, y tanto las situaciones como los ambientes están bien manejados y son muy eficaces.

«Razones para besar vampiros», de Annette Curtis Klause. Es muy posible que existan diversas razones para besar vampiros, por lo pronto la joven narradora y personaje central de este relato tiene una muy importante. El cuento es interesante, ágil, muy bien ambientado en un mundo similar al de la serie de novelas de Charlaine Harris, adaptado a la televisión con el título «True Blood», en el cual la gente tiene conocimiento de la existencia de los vampiros, y de una u otra manera convive con ellos, y éstos tienen sus propios centros nocturnos a los que pueden asistir humanos a realizar una serie de actividades muy variadas con estas criaturas de la noche.
 

Edición en inglés


«Un corazón ajeno», de Marcus Sedwick. Este escritor, Marcus Sedwick, es muy conocido en el mundo literario de lengua inglesa para lectores jóvenes, ha publicado un buen número de novelas para niños, para jóvenes y para adultos. En este relato, «Un corazón ajeno», toma como inspiración el cuento «El corazón delator» de Edgar Allan Poe, pero nos entrega una historia muy diferente. El texto es intrigante, inteligente y ágil, y nos cuenta la historia de una joven estudiante de letras que está haciendo su tesis sobre la literatura de Allan Poe; a la chica le hacen un transplante de corazón, y poco a poco toma conciencia de que algo sucede con ella pues siente que su nuevo corazón, un corazón ajeno, parece estar tomando control de su vida.

«Los nigromantes», de Herbie Brennan, aunque es un cuento ambientado en el género del terror es en realidad una obra de humor... humor negro, por supuesto. Es un texto divertido y muy inteligente, acerca de dos hermanos gemelos que logran traer de regreso a su abuelo desde el mundo de los muertos, con la intención de que les diga en dónde dejó todo su dinero... pero las consecuencias de sus actos son del todo imprevisibles. Muy divertido.

En «Fuerzas invisibles», de Deborah Noyes, se nos narran acontecimientos relacionados con las casas embrujadas. Objetos que vuelan o se quedan suspendidos en el aire, ropas que se disponen de tal manera que crean muñecos, para terror de la familia que habita la residencia en cuestión, una familia formada por los padres y varios hijos. Sin embargo, el relato va más allá, puesto que experimenta con un narrador infantil desequilibrado, lo cual pone de cabeza el relato mismo. Muy interesante y aterrador.

«Cosas malas», de Libba Bray, relata la trágica noche de un grupo de adolescentes de un pueblo estadounidense que deciden ir al bosque, de noche, a buscar a un supuesto grupo de adoradores del diablo. «El trabajo del muchacho gris», de M.T. Anderson, es un extrañísimo cuento que se desarrolla en los tiempos de la guerra de independencia de los Estados Unidos, en el contexto de una familia que carga con la culpa de que el jefe de la familia era un desertor del ejército independentista, todo esto mezclado con elementos sobrenaturales.

«Los envenenadores», de Holly Black, es un relato relacionado con los cuentos de hadas, pero transformado a una versión oscura. Muy interesante y extraño. «Miel en la herida», de Nancy Etchemendy, es un relato tremendamente efectivo, narrado desde la perspectiva de una niña en un pueblo de los Estados Unidos en el año de 1925. La historia es una tragedia familiar, algo doloroso pero común: la muerte de un niño luego de un accidente, debido a una infección, en un tiempo en el que los antibióticos aún no se descubrían. Pero tiene una vuelta de tuerca sobrenatural que convierte este relato en algo realmente aterrador. Es un texto que bien podría funcionar como un homenaje a Edgar Allan Poe. Un texto espeluznante, inmerso en una atmósfera muy vívida.

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Los muertos sin descanso. Deborah Noyes (compiladora). Océano Travesía. Colección El Lado Oscuro. 2009. 180 págs.



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