Erik Vogler en Muerte en el balneario
(Serie Erik Vogler 2)
Beatriz Osés
Jesús Guerra
Erik Vogler en Muere en el balneario es el segundo título de la serie de Erik Vogler,
una saga compuesta hasta el momento por siete historias independientes pero
relacionadas por la memoria de los personajes y de los lectores. Si te interesa
leer la reseña del primer libro, y saber algo acerca del personaje central, de
la autora y conocer todos los títulos que componen la serie, te recomiendo que
hagas clic aquí.
Estas historias se caracterizan, entre otras cosas, por mezclar lo
policiaco con lo sobrenatural, y esto a su vez con el humor. Erick Vogler es un
adolescente sangrón, maniático y obsesivo con las marcas caras de ropa y con la
limpieza. Además, es miedoso, neurótico y tiene una capacidad increíble para
meterse en problemas. Para acabarla de amolar (lo cual funciona muy bien en las
historias) sus dos compañeros de aventuras son su abuela, Berta Vogler, que es
todo lo contrario a él, y un adolescente que es vecino de su abuela, Albert
Zimmer, también muy diferente a Erik, y ninguno de los dos soporta a Erik y
Erik no soporta a ninguno de los dos, pero el destino parece estar interesado
en juntarlos una y otra vez.
Las aventuras de la primera novela de esta serie dejaron a Erik medio
traumado, al grado de que su abuela, que como ya mencioné no lo soporta, decide
invitarlo a un balneario elegantísimo en Italia, a orillas del lago Como,
debido a que un antiguo compañero de universidad de Berta es ahora el director
del lugar; se encuentran y la invita, y ella, suponemos, pide que le permita
extender la invitación a un vecino y a su nieto.
Erik en un principio se niega a ir, simplemente porque la perspectiva
de pasar una semana junto a su abuela le parece insoportable, pero la elegancia
del lugar (que él investiga en Internet), llamado balneario Celeste Aida, y el
hecho de que sea «uno de los centros más lujosos y elitistas de Italia» y la
promesa de un sinfín de «tratamientos hidrotermales de vanguardia, masajes
tailandeses, helioterapia, termas romanas, saunas finlandesas, duchas
escocesas, baño turco y parafangos» lo convencen. (Por si tienen dudas, los parafangos
parecen ser unas terapias de lodo. Un lodo especial, pero lodo al fin.)
Así que Erik encuentra un par de días después a su abuela en el
aeropuerto de Bremen. No se dirigen la palabra durante todo el vuelo. Llegan a
Milán y ahí, para felicidad de Erik, los espera un chofer con automóvil de lujo
para conducirlos hasta el exclusivísimo balneario. Al llegar al elegantísimo
hotel, la recepcionista les entrega las tarjetas electrónicas que son las
llaves de sus respectivas suites, y les dice que su invitado los espera en la
terraza Modigliani. ¿Invitado? ¡Claro! Erik no lo sabía, pero su abuela invitó
también a Albert Zimmer. Erik está a punto de salir corriendo hacia el
aeropuerto. Pero luego se tranquiliza. Total, lo único que hará, además de
hablar lo menos posible con ellos dos, será tomar terapias y comer los
deliciosos platillos del menú del hotel. ¡Qué equivocado está Erik! ¡Y qué
equivocada está Berta!, quien cree que pasará una semana de tranquilidad en un
lugar de ensueño.
No puedo platicarles mucho, sólo puedo decirles que, en una de esas
terapias, Erik presencia la muerte (probable asesinato) de una anciana
(posiblemente millonaria), que lo lleva a realizar un escándalo en la recepción
del hotel, porque nadie le cree, y cuando van el director del lugar, Albert,
Berta y varios huéspedes morbosos del Celeste Aída a comprobar lo que
dice Erik, no encuentran cadáver alguno. Así que ahora, además de todo lo demás
que piensa su abuela de él, resulta que Erik es un mentiroso o está medio
loco... Si quieres saber lo que sucede después, que es mucho y es
interesantísimo, tiene mucho suspenso y es, además, sumamente divertido, tienes
que conseguir y leer esta estupenda novela de Beatriz Osés.
La verdad es que a mí esta segunda novela de la serie de Erik Vogler
me ha gustado muchísimo, y me parece más sólida, más compleja y emocionante que
la primera, la cual ya de por sí me había sorprendido mucho, así que se las
recomiendo muchísimo, y espero que el resto de la serie sea por lo menos del
mismo nivel de esta obra.
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Erik Vogler en Muerte en el balneario. Beatriz Osés. Ilustraciones de Iban
Barrenetxea. Edebé. 160 págs.
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