miércoles, 22 de abril de 2020

El hombre que fue un mapa, de Ignacio Padilla





El hombre que fue un mapa
de Ignacio Padilla

Jesús Guerra

El hombre que fue un mapa, de Ignacio Padilla (1968-2016), debe de ser uno de los cuentos para niños (de unos 9 años en adelante) más interesantes que se han escrito en México. Su argumento, compuesto en realidad por varias historias entrelazadas, es complejo (pero no complicado), inteligente y muy divertido. Sus historias están hechas con los materiales de la aventura, a la que con enorme placer nos sumamos los lectores.

La historia comienza en la antigüedad, «En tiempos del Gran Microbio Peritoneo, Emperador de Todos los Guapos del Mundo», con un personaje llamado Hipotálamo de Quimera, el cual obtuvo, en circunstancias muy particulares, un «regalo de los Dioses», el cual quiso entregárselo al sabio Arquímedes, pero éste lo despreció, acto con el que, sin saberlo, puso en marcha una serie de eventos que tendrían repercusiones hasta nuestros días.

Cuando ya Hipotálamo estaba muerto, pero debido a él, los habitantes del pueblo de Quimera construyeron un enorme y complejísimo laberinto que, como todas las grandes construcciones de esa época, desapareció en algún momento y su historia se olvidó, pero no del todo pues se transformó en leyenda, la cual se fragmentó y se ramificó a lo largo del tiempo. Algunas de esas leyendas se deben a un personaje de vida azarosa llamado Bramagán Vorax.

Muchos años después, en la Edad Media, los monjes de un monasterio compilaron todas las leyendas relacionadas con el laberinto de Quimera, pero con el paso de los siglos esta información también cayó en el olvido. Sin embargo, en nuestro tiempo, un académico de Nueva Zelanda y una profesora de Islandia unen sus vidas y sus conocimientos para buscar las ruinas de Quimera.

Yo sé que, contado así, a saltos, la historia no parece tener mucho sentido, pero créanme que sí lo tiene, sin embargo, si les contara más les echaría a perder la lectura de este formidable cuento. Al leerlo entenderán, entre otras cosas, el proceso de formación de las leyendas, y se van a divertir muchísimo. Vale la pena que consulten las palabras que no conocen, incluidos los nombres de los personajes y de los lugares mencionados.

Ignacio Padilla escribió también Los papeles del dragón típico (1991), Las tormentas del mar embotellado (1997), Por un tornillo (2009) y Todos los osos son zurdos (2010).

Las ilustraciones son de Rafael Barajas, mejor conocido como el Fisgón, y son, como de costumbre, espléndidas.

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El hombre que fue un mapa. Ignacio Padilla. Ilustraciones de Rafael Barajas, el Fisgón. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento. Clasificado «Para los grandes lectores». 88 págs.




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