lunes, 13 de octubre de 2014

Tristania, de Andrés Acosta




[Literatura Juvenil]

Tristania
de Andrés Acosta

Jesús Guerra

El Morby y el Sick son hermanos. El Morby es gordo y el Sick es flaquísimo. Su papá está en su mundo y su mamá no está con ellos, así que estos jóvenes además de estudiar se la pasan viendo películas de terror, oyendo rock (especialmente de Rob Zombie) y jugando juegos de rol. Y saben bastante de lo que les gusta. Una noche ven que en el ruinoso y gigantesco cine del barrio (uno de los pocos cines antiguos que aún permanecen de pie, aunque en un estado lamentable) van a pasar la cinta Rojo oscuro (yo la conozco como Rojo profundo, pero bueno, es lo mismo y es la misma, así que ellos van a ver Rojo oscuro) del director italiano de culto, Dario Argento (llamada en italiano Profondo rosso) y por supuesto se lanzan a la función. La disfrutan como locos y al terminar el Morby corre al baño porque ya no aguantaba después de tomarse dos litros de refresco.

Estando en el baño, a uno de los hermanos se le ocurre que deberían de quedarse escondidos ahí para ver si es cierto lo que dicen los rumores, que a medianoche el dueño del cine, de quien todo el mundo dice que es un tipo loco, proyecta películas de crímenes auténticos, con él —el dueño—, como único espectador. Pero los descubre una chava, la misma que ya en la función de Rojo oscuro había golpeado y sacado del cine a un espectador irrespetuoso que se reía en las escenas más sangrientas en las que todos los demás estaban aterrorizados. La chava resulta ser la hija del dueño del cine y se llama Tristania. Ya que se conocen, Tristania los invita a que se queden a ver la función de medianoche, que en efecto se proyecta todas las noches cuando ya no hay espectadores en la sala, como un ritual extraño del padre de la chica, pero no se trata de películas snuff sino de una obra rarísima, prohibida en el mundo, supersangrienta.

Tristania les explica el motivo por el que su padre proyecta esa película, y de hecho el motivo por el que proyecta puras películas gore, en donde la sangre corre por hectolitros y salpica hasta el lente de la cámara: su padre era el mejor creador de sangre artificial para películas de terror y trabajó con los mejores directores de cine de horror del mundo, incluido Dario Argento en Profondo rosso, hasta que tuvo un problema y tuvo que huir de Europa y terminó ahí, como dueño de ese enorme cine de quinta, rememorando sus años en la industria cinematográfica internacional.

Los dos hermanos están encantados con todo lo que Tristania les cuenta, y con la película extrañísima que acaban de ver, y además al Sick le gusta la chava y piensa que está viviendo la mejor noche de su vida. Entonces Tristania les dice que los va a llevar al laboratorio de su padre, pues él continúa experimentando para lograr la sangre cinematográfica más realista posible, pero antes los hace prometer que no le hablarán de eso a nadie. Luego los lleva por unas escaleras larguísimas hasta una especie de sótano profundo que los hermanos ni se imaginaban que existiera debajo del enorme cine, y ahí comienza la pesadilla del Sick y del Morby, porque éste rompe por accidente uno de los envases de vidrio en donde está la sangre experimental del padre de Tristania, y ella, enfurecida, los corre del lugar y los dos hermanos se pierden en la oscuridad y les comienzan a suceder cosas realmente extrañas y aterradoras, tanto que es como si estuvieran viviendo su propia película de terror y el Sick ya no sabe si es la mejor o la peor noche de su vida.

Pero esto no se los voy a contar, porque de verdad tienen que leer esta estupenda novela, llena de sorpresas, juguetona y terrorífica. En serio, tienen que conseguirla y leerla de inmediato. Les prometo que se van a «divertir horrores» con este libro del mexicano Andrés Acosta (nacido en 1964 en Chilpancingo, Guerrero), y les van a encantar las ilustraciones del ecuatoriano Marco Chamorro. Además y como cereza del pastel, el diseño del libro es delicioso. Da gusto tener en las manos este libro, por el papel, por el diseño de la portada y de los interiores, es un placer ver el libro, por su tipografía (¿ya dije que la portada es padrísima?)... todo está bien en este volumen de Ediciones El Naranjo. Así que, créanme, consíganlo y disfrútenlo.

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Tristania. Andrés Acosta. Ilustraciones de Marco Chamorro. Ediciones El Naranjo. Colección Ecos de Tinta. México. Mayo de 2014. 200 págs.

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