Cuentos ecológicos
de Saúl Schkolnik
Jesús Guerra
Cuentos ecológicos es un libro clasificado «Para los que
empiezan a leer». Su autor es el chileno Saúl Schkolnik, autor que
lamentablemente ya falleció, hace poco más de dos años, en octubre de 2017, a
los 88 años de edad. El volumen es bastante breve y contiene cuatro pequeños
relatos, que son: «Yo como, tú comes, él come», «¿Y si no fuera un cuento?»,
«El congreso de los sabios tontos» y «Por qué no se puede cazar un dodo».
En el primer cuento, los personajes son una flor amarilla,
una mariposa, una libélula, dos sapos, una culebra y una lechuza. Cada uno de
estos seres vivos es alimento de otro de ellos… El relato, entonces, nos
muestra, por decirlo así, un círculo alimentario, un círculo ecológico, y es
una buena manera de que los niños aprendan cómo cada elemento de la naturaleza
tiene un lugar y una función, aunque cada uno, como en esta narración, se
sienta el centro del universo.
El segundo relato, llamado «¿Y si no fuera un cuento?»,
nos relata la historia de dos pescadores, Arsenio y Pedro, que viven en una
isla junto con sus familias. Cuando ayudan a un cangrejo herido a llegar a la
orilla del mar, éste les habla (lo cual ya de por sí asombra a los pescadores),
y les dice que cuando quieran o necesiten algo, se lo digan al mar, él —el
cangrejo— los escuchará, y hará lo posible por dárselos, siempre y cuando —les
advierte— eso que piden se pueda hacer con materiales disponibles en la isla.
A los pocos días, Arsenio, que no pescó nada, le pide al
cangrejo, hablándole al mar, que le dé algo de comer. Y de inmediato aparecen
dos grandes pescados a sus pies. Cuando Pedro se entera, va y le pide, muy
vivo, que le dé comida ya preparada para su familia. E igual, al segundo aparecen
varios platillos listos para ser consumidos.
Entonces Arsenio le pide comida, y ropa y calzado para su
familia. Y los obtiene de inmediato. Y Pedro no se quiere quedar atrás, y pide
eso mismo y más… y así siguen los dos, pidiendo cada vez más y más,
estableciendo una competencia imparable. No les cuento qué sigue, y menos su
estupendo desenlace, para que lo disfruten por ustedes mismos. Pero no hay duda
de que se trata de una narración que nos obliga a reflexionar.
El tercer cuento, que lleva por título «El congreso de los
sabios tontos», es verdaderamente una delicia. Los animales del planeta deciden
realizar un congreso, y cada especie manda a su representante sabio. Los
personajes principales son el mono sabio, el elefante, la lechuza, la jirafa,
el pájaro carpintero, la cabra, la cebra, el león, el tigre, el camello, el
hipopótamo, el sapo y la tortuga. Claro que el resto de los animales del
planeta están presentes en el congreso, y escuchan y votan.
Cada animal sabio que toma la palabra lo hace, según dice,
para hacer propuestas para el bien común, para el bienestar de todos, pero en
realidad cada propuesta es importante sólo para la especie que el animal que
habla representa. La discusión es muy ingeniosa y divertida, pero a fin de
cuentas bastante inútil, pues los demás animales siempre se oponen. Éste es uno
de esos cuentos que vale la pena que los padres o los maestros de los niños
comenten con ellos, para que los pequeños puedan sacar el máximo provecho.
Y el cuarto relato, que lleva el título «Por qué no se
puede cazar un dodo», es una versión ficticia, pero muy iluminadora, de la
extinción de los pájaros dodo, a causa de la actividad humana al invadir su
hábitat, en el siglo XVII.
Los cuatro relatos tratan el tema de la ecología desde diferentes
perspectivas, y además de ser muy interesantes —incluso para los adultos—, son
muy claros en su enfoque y, por lo tanto, muy útiles para maestros y padres de
familia que quieran (y creo que todos deberían de querer) instruir a sus hijos
o alumnos en este tema tan importante en la actualidad. Un tema que es
necesario que todos, sea la que sea nuestra edad, comprendamos, para que seamos
conscientes del impacto que tienen nuestras acciones en el planeta.
Yo invito a los padres de familia, a que les compren este
libro a sus hijos que están aprendiendo a leer (e incluso a niños un poco más
grandes), que se los den a leer, o que se los lean ustedes, y que lo platiquen
con ellos. Estos temas son de una importancia fundamental.
Invito también a los profesores de los tres primeros años
de primaria, a que se los lean a sus alumnos, para que puedan discutir estos
temas en clase. Sí, los niños pueden leer solos este libro, por supuesto, pero
creo que es necesario que los padres de familia y los profesores los ayuden a
entender la enorme importancia de este tema.
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Cuentos ecológicos. Saúl Schkolnik. Ilustraciones de
Carmen Cardemil. Fondo de Cultura Económica, en su colección A la Orilla del
Viento. Clasificación «Para los que empiezan a leer». 54 págs.
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