El último dragón
de Jaquelina Romero
Ilustraciones de Laura Aguerrebehere
Jesús Guerra
Incluso en Suecia, que fue la tierra de los vikingos, ya nadie cree en la existencia de dragones, pero este librito de Jaquelina Romero nos cuenta una historia inesperada. Precisamente en una fría isla de Suecia llamada Björkö está el pueblo de Birka, y ahí, en una tienda de regalos y de curiosidades para turistas, Hugo vio una cesta llena de lo que un cartel decía que eran huevos de dragón, que en realidad eran piedras. A Hugo le encantaron y los quería todos, pero su papá le dijo que sólo le compraría tres, y Hugo seleccionó dos muy pesados y uno muy liviano.
Al llegar a su casa, Hugo colocó esos supuestos huevos de dragón junto al calentador de su recámara. En la noche, cuando todos estaban dormidos, no sólo en la casa de Hugo sino en todo el pueblo, el huevo más liviano se rompió y salió de ahí nada más y nada menos que un pequeño dragón, verde y con los ojos colorados.
El dragoncito no tardó en darse cuenta de que ese monstruo que estaba acostado (o sea, Hugo) no era igual a él, así que luego de pasear por la recámara de Hugo, el dragón decidió salir a buscar a alguien parecido a él, a pesar de la oscuridad, el silencio y el frío. Pero no encontró a nadie (mucho menos a otro dragón) y regresó a la habitación de Hugo. Y regresó resfriado.
En la mañana, al despertar, Hugo vio al dragón, se asustó muchísimo y se escondió debajo de la cama. El dragón, que ya había crecido bastante, se asomó para saludarlo y estornudó, quemándole un poco el pelo a Hugo, quien, sin embargo, de inmediato se dio cuenta de que el dragón no quería hacerle daño. Un rato después, luego de dejar dormido al dragón en su cama, Hugo bajó a desayunar. Pensaba que tendría que averiguar dónde vivían los dragones para poder llevar al suyo al lugar que le correspondía. Pero cuando le preguntó a su papá en dónde vivían los dragones, él le contestó que los dragones no existen.
Hugo se dio cuenta de que estaba en problemas, y, en su cuaderno, se puso a escribir algunos posibles planes de acción.
¿Tú qué harías si tuvieras un dragón en tu recámara? ¿Quieres saber lo que hizo Hugo para llevar al dragón a un lugar seguro? Tendrás que leer este divertido cuento, el cual podrás encontrar en casi todas las bibliotecas públicas de Coahuila y de México.
Este librito es para los que empiezan a leer, pertenece a la serie Primeros Lectores, de la colección Biblioteca Centenaria de la SEP. El cuento es breve y está lleno de ilustraciones a todo color que cubren toda la página, y en algunos casos las dos páginas, y son muy divertidas.
Jaquelina Romero, la autora del cuento, nació en Argentina, aunque ahora vive en República Dominicana. Es diseñadora gráfica, escritora y ha sido también editora. Entre sus libros se encuentran: Cómo cuidar a un unicornio; Soy Pablo Penalti, futbolista, y ¡Shhh! como la lechuza, entre otros.
Laura Aguerrebehere, la ilustradora, nació en Argentina en 1982. Estudió en la Facultad de Bellas Artes, de Buenos Aires. Diseña escenografías para películas y hace también lo que más le gusta: ilustrar libros para niños.
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El último dragón. Jaquelina Romero. Ilustraciones de Laura Aguerrebehere. SEP / Quipu / Axolotl Libros (1a. ed. 2021). Biblioteca SEP Centenaria. Serie Primeros Lectores. 36 págs.
de Jaquelina Romero
Ilustraciones de Laura Aguerrebehere
Jesús Guerra
Incluso en Suecia, que fue la tierra de los vikingos, ya nadie cree en la existencia de dragones, pero este librito de Jaquelina Romero nos cuenta una historia inesperada. Precisamente en una fría isla de Suecia llamada Björkö está el pueblo de Birka, y ahí, en una tienda de regalos y de curiosidades para turistas, Hugo vio una cesta llena de lo que un cartel decía que eran huevos de dragón, que en realidad eran piedras. A Hugo le encantaron y los quería todos, pero su papá le dijo que sólo le compraría tres, y Hugo seleccionó dos muy pesados y uno muy liviano.
Al llegar a su casa, Hugo colocó esos supuestos huevos de dragón junto al calentador de su recámara. En la noche, cuando todos estaban dormidos, no sólo en la casa de Hugo sino en todo el pueblo, el huevo más liviano se rompió y salió de ahí nada más y nada menos que un pequeño dragón, verde y con los ojos colorados.
El dragoncito no tardó en darse cuenta de que ese monstruo que estaba acostado (o sea, Hugo) no era igual a él, así que luego de pasear por la recámara de Hugo, el dragón decidió salir a buscar a alguien parecido a él, a pesar de la oscuridad, el silencio y el frío. Pero no encontró a nadie (mucho menos a otro dragón) y regresó a la habitación de Hugo. Y regresó resfriado.
En la mañana, al despertar, Hugo vio al dragón, se asustó muchísimo y se escondió debajo de la cama. El dragón, que ya había crecido bastante, se asomó para saludarlo y estornudó, quemándole un poco el pelo a Hugo, quien, sin embargo, de inmediato se dio cuenta de que el dragón no quería hacerle daño. Un rato después, luego de dejar dormido al dragón en su cama, Hugo bajó a desayunar. Pensaba que tendría que averiguar dónde vivían los dragones para poder llevar al suyo al lugar que le correspondía. Pero cuando le preguntó a su papá en dónde vivían los dragones, él le contestó que los dragones no existen.
Hugo se dio cuenta de que estaba en problemas, y, en su cuaderno, se puso a escribir algunos posibles planes de acción.
¿Tú qué harías si tuvieras un dragón en tu recámara? ¿Quieres saber lo que hizo Hugo para llevar al dragón a un lugar seguro? Tendrás que leer este divertido cuento, el cual podrás encontrar en casi todas las bibliotecas públicas de Coahuila y de México.
Este librito es para los que empiezan a leer, pertenece a la serie Primeros Lectores, de la colección Biblioteca Centenaria de la SEP. El cuento es breve y está lleno de ilustraciones a todo color que cubren toda la página, y en algunos casos las dos páginas, y son muy divertidas.
Jaquelina Romero, la autora del cuento, nació en Argentina, aunque ahora vive en República Dominicana. Es diseñadora gráfica, escritora y ha sido también editora. Entre sus libros se encuentran: Cómo cuidar a un unicornio; Soy Pablo Penalti, futbolista, y ¡Shhh! como la lechuza, entre otros.
Laura Aguerrebehere, la ilustradora, nació en Argentina en 1982. Estudió en la Facultad de Bellas Artes, de Buenos Aires. Diseña escenografías para películas y hace también lo que más le gusta: ilustrar libros para niños.
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El último dragón. Jaquelina Romero. Ilustraciones de Laura Aguerrebehere. SEP / Quipu / Axolotl Libros (1a. ed. 2021). Biblioteca SEP Centenaria. Serie Primeros Lectores. 36 págs.
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