[Literatura Infantil]
El planeta de los
ratonejos
de Renata Schiavo Campo
Jesús Guerra
Resulta que en otra
parte de nuestra galaxia, el señor qu'JK y su esposa, i-Ti, compraron un
pequeño planeta porque estaba en oferta. El pequeño planeta se llamaba Chqu. Yo
sé que son difíciles de pronunciar estos nombres, pero así se llamaban. Si
ustedes se preguntan para qué podrían querer un planeta qu'JK y su esposa, la
respuesta es muy sencilla: querían cambiarse allá y sembrar pelotitas de crramps.
Al vendedor le preguntaron qué había en Chqu y se enteraron de que había
plantas pero no había animales de ningún tipo. Y como a los nuevos dueños del
planeta se les antojaba que hubiera algunos animales, algunos que comieran
hierbas y fueran tranquilos, y otros que se comieran a los herbívoros para
mantener el equilibrio ecológico, los encargaron a un departamento llamado
Sociedad para la Construcción y Comercio de Animales, que daba servicio a
muchos planetas de la galaxia.
En la oficina de construcción
de animales, el Gran Constructor no estaba, pues se encontraba en un planeta en
el que realizaba un proyecto, así que el pedido se lo pasaron a su aprendiz,
llamado Apollinax, el cual se dio cuenta que se trataba de un proyecto pequeño
y sencillo. Apollinax les propuso a los compradores unos animales llamados
ratonejos, y les dijo que «eran más pequeños que un ratoncito, con orejas
larguísimas de conejo, el pelo azul con puntitos rosados y un copete en lugar
de cola», además les informó que sólo comían
«hierbas
silvestres, no arruinarán los muebles, y tendrán un carácter apacible y
cariñoso». Y como depredadores de los ratonejos, les propuso a unos gatos. A
los nuevos dueños de Chqu las dos especies de animales les parecieron muy
simpáticas, y aceptaron las sugerencias.
Edición italiana |
Cuando el señor qu'JK y
su esposa, i-Ti llegaron a su nuevo planeta comenzaron a entender porqué estaba
en oferta cuando lo adquirieron: estaba descompuesto el aparato que produce la brisa, así que encontraron
unas condiciones raras: cada 20 minutos hacía mucho viento por unos cuantos
momentos y luego se calmaba. ¡Cada 20 minutos! Esta característica de Chqu
hacía imposible sembrar las pelotitas de crramps. ¿Qué iban a hacer? Por
fortuna el señor qu'JK encontró que había una planta cuyos frutos eran unos
pastelillos que resultaron muy buenos, aunque podían mejorar, cosa que logró el
poco tiempo el señor qu'JK. Después de hacer varios injertos, los pastelillos
que daban estas plantas eran simplemente deliciosos.
Los verdaderos problemas
de los nuevos dueños de Chqu comenzaron cuando llegó su pedido de ratonejos.
Resultó que a éstos también les gustaron los pastelillos y ya no comieron
hierbas. Para colmo de males, el efecto del viento en sus grandes orejas los
hacía volar, y los gatos, cuya misión era atrapar a los ratonejos, no podían
cazarlos, porque los gatos no vuelan. Los problemas aumentaron cuando el señor
qu'JK le pidió a Apollinax que arreglara las cosas, y el joven aprendiz de
constructor de animales, por su inexperiencia, complicó las cosas al crear
versiones de gatos cada vez más extrañas, hasta que la situación en Chqu se
volvió un caos.
¿Quieres saber qué
sucede después y qué tipos de animales inventó Apollinax? Muy sencillo:
consigue este libro maravilloso y divertidísimo y lee la historia hasta el
final.
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El planeta de los
ratonejos. Renata Schiavo Campo. Traducción de Fabio Morábito.
Ilustraciones de Vicent Marco. Fondo de Cultura Económica. Colección A la
Orilla del Viento. Clasificación: Para los que leen bien. 3a reimpresión de la
2a edición: 2006. México. 64 págs.
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Este libro se puede leer
en las bibliotecas públicas de Coahuila.
Aquí puedes consultar las direcciones y teléfonos de las bibliotecas públicas de tu localidad: Directorio de bibliotecas públicas de Coahuila.
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