miércoles, 27 de febrero de 2013

Bonícula, de Deborah y James Howe




[Literatura Infantil]


Bonícula
de Deborah y James Howe

Jesús Guerra

La familia Monroe está compuesta por el padre, la madre, dos hijos: Toby, de ocho años, y Pete, de diez, y por dos mascotas: Chester, el gato, y Harold, el perro. Y quien escribió la historia es... Harold. Él jura que es absolutamente cierta, aunque los nombres han sido cambiados, ya se sabe, claro, para proteger a los inocentes.

Todo era normal en esta familia, con excepción de que Harold y Chester se llevan muy bien, y quizá con excepción, también, de que Harold sabe escribir, y Chester se pasa las noches leyendo la biblioteca familiar.

Edición norteamericana de Scholastic


Así que, teniendo en cuenta lo anterior, todo era normal en la familia, hasta la extraña noche en que los Monroe salieron al cine a ver una película de Drácula, y regresaron a la casa con un conejito blanco y negro, que uno de los niños «se encontró» en el cine (es decir, se sentó encima de la caja en donde estaba el conejito, acompañado de una nota en un lenguaje que la familia no reconoció pero Chester sí: un dialecto de Transilvania).

Debido a que se encontraron al nuevo miembro de la familia en una función de Drácula, terminaron los Monroe por ponerle de nombre «Bonícula» (hay que saber, para entender esto, que en inglés, a los conejos, particularmente a los conejos jóvenes, se les dice, 'bunny', que se pronuncia 'bony'). Y este nombre, por extraño que suene, es mejor que «Fofoy» que es el que la señora Monroe siempre proponía para las mascotas nuevas.

Hasta aquí todo va bien, sin embargo, Chester, que no veía con muy buenos ojos al conejo, empezó a advertir algunos comportamientos raros del recién llegado. Se la pasaba dormido todo el día y estaba despierto de noche; Chester notaba también que el sospechoso conejo tenía unos colmillos puntiagudos y tenía una mirada sobrenatural... Además, Chester se dio cuenta que Bonícula podía salirse de su jaula (¿cómo lo hacía?) e iba hasta el refrigerador. Y en las mañanas aparecían vegetales «blancos» en la cocina, vegetales a los que parecían haberles extraído todo el jugo, perfectamente secos. Los Monroe también estaban desconcertados pero como nunca entendieron los mensajes que desesperadamente trataba de comunicarles Chester, simplemente decidieron cambiar de tienda para comprar sus verduras.

Otra edición en inglés


Chester, por su parte, ya tenía una teoría muy clara en su cabeza, gracias a que ya había leído un libro que dice todo lo que se quiere saber acerca de los vampiros pero se teme preguntar.

¿No tienes curiosidad de saber qué sigue? Lo único que tienes que hacer es conseguir este libro y leerlo de inmediato. Te aseguro que te va a encantar. Se trata de una comedia de terror divertidísima, que tiene un par de escenas de antología, y los diálogos entre Chester y Harold son maravillosos. No puedes perderte este libro, de verdad. Además, hay que hacer notar que la traducción al español, de David Huerta, es excelente.

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Bonícula. Una historia de misterio conejil. Deborah y James Howe. Traducción de David Huerta. Ilustraciones de Francisco Nava Bouchaín. (1a edición en inglés, 1979.) Fondo de Cultura Económica. Colección A la Orilla del Viento. Clasificación: Para los que leen bien. 1a edición en español, 1992. 2a edición, 1994. 13a reimpresión, 2012. 94 págs.

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Se puede conseguir este libro en:


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