Pesadilla a 20 mil pies
y otros relatos insólitos y terroríficos
de Richard Matheson
Jesús Guerra
Hay un escritor norteamericano de novelas, cuentos y
guiones, fantásticos, de ciencia-ficción y de terror, cuya obra me parece
fundamental para los lectores amantes de estos géneros. Obviamente lo pueden
leer personas adultas, pero me parece que los jóvenes que gustan de estos
géneros deben de conocer su obra. Se trata de Richard Matheson. Así firmaba sus
libros. Su nombre completo era Richard Burton Matheson. Nació el 20 de febrero
de 1926, en Nueva Jersey, y murió en California el 23 de junio de 2013.
Ya he escrito un poco de él en este blog, porque comenté
un cuento suyo («El vestido de seda blanca») aparecido en una antología de
vampiros, y también en el blog Lecturas donde reseñé una novela suya de terror
llamada La casa infernal. La obra de Matheson es muy conocida y
apreciada, y hay muchas personas que de seguro han visto películas o programas
de televisión basados en sus cuentos y novelas, o incluso escritos directamente
por él para el cine y la televisión, aunque no sepan que lo que vieron es una
obra de este autor. Por ejemplo, él es el autor de la novela Soy leyenda,
que se ha adaptado varias veces al cine, la más reciente versión fílmica es de
2007, con Will Smith en el papel protagónico, bajo la dirección de Francis
Lawrence. Aunque esta versión, por apegarse a ciertas tendencias fílmicas
actuales, en realidad no capta de verdad la esencia de la novela.
Escribió además muchos capítulos de la famosísima serie de
televisión La dimensión desconocida (en inglés The Twilight Zone), serie
creada por Rod Serling que pasó de 1959 a 1964; tuvo una nueva época de 1985 a
1989, y otra más en los años 2002 y 2003. Además, hay una conocida película de
1983 llamada La dimensión desconocida: la película, que adaptó cuatro
capítulos de la serie televisiva original, entre ellos uno de Richard Matheson.
La película fue muy famosa no sólo por el tema, y porque celebraba la serie
clásica, sino también porque contó con interpretaciones de actores muy
conocidos en ese momento, y cada cuento fue dirigido por un realizador
diferente: los cuatro muy famosos: John Landis, Joe Dante, George Miller y
Steven Spielberg.
No todo mundo sabe, tampoco, que la primera película
dirigida por Steven Spielberg, una película para televisión hecha en 1971,
llamada en inglés Duel, es decir «Duelo», pero que en México se llamó Reto
a muerte, cuando esta cinta fue extendida y exhibida en cines fuera de los
Estados Unidos tres años después, es decir en 1974, está basada en un cuento de
este autor, y el guion fue escrito también por él. Todo esto que he apuntado es
para mostrarles que mucha gente ha estado en contacto por lo menos con un
fragmento de la obra de Richard Matheson, aun sin saberlo.
Portada en la colección Gótica |
Bueno, pues hay una estupenda antología de cuentos de
terror de este escritor llamada Pesadilla a 20,000 pies y otros relatos insólitos
y terroríficos que Matheson dedicó a Stephen King. King, a su vez, escribió
el prólogo a la edición conmemorativa de esta antología, publicada después de
la muerte del autor. En ese prólogo de Stephen King apuntó lo siguiente acerca
de la obra de Richard Matheson:
«Cuando pensabas que se tenía que acabar, cuando tus
nervios ya no podían seguir soportándolo, entonces era cuando Matheson encendía
el turbo y pasaba a la máxima potencia.»
A continuación apunto los títulos de los relatos que se
encuentran reunidos en volumen:
* Pesadilla a 20,000 pies
* Vestido de seda blanca
* Hijo de sangre
* A través de los canales
* Guerra de brujas
* Una casa enloquecida
* El número de la desaparición
* Legión de conspiradores
* Llamada a larga distancia
* La casa Slaughter
* Paja húmeda
* El baile de los muertos
* Los hijos de Noah
* El hombre de las fiestas
* Viejos territorios
* El distribuidor
* Grillos
* Primer aniversario
* El semblante de Julie
* Presa
Edición en inglés |
Es precisamente el relato que da título a la antología,
«Pesadilla a 20 mil pies», el que fue adaptado a la serie original de La
dimensión desconocida y luego a la película de principios de 1983. Quizás
algunos de ustedes, los seguidores más empedernidos de estos géneros literarios
y cinematográficos lo recuerden.
El relato, publicado en el año de 1962, está protagonizado
por Arthur Jeffrey Wilson, un hombre al que le da miedo volar. Es un hombre de
negocios y se dirige a Los Ángeles. Hubiera preferido realizar el viaje por tren,
pero era urgente que llegara a su destino. Antes de subir al avión se toma un
par de pastillas para no marearse. Ya en su asiento, se abrocha el cinturón de
seguridad y espera el martirio del despegue. Pero volar realmente lo pone mal.
Una azafata, al verle la cara, se acerca a ver si se encuentra bien. A Wilson,
por supuesto, le da pena lo que puedan pensar de él y finge que todo está bien.
Pero si el solo hecho de volar lo pone mal, las cosas empeoran cuando, casi por
error, Wilson mira por la ventanilla del avión, que da a una de las alas del
aparato. Primero sólo ve el ala, las nubes y oscuridad. Pero en un momento dado
cree ver una figura que se arrastra por el ala. Piensa en la posibilidad de que
se trate de un animal, un perro o un gato, que por accidente se hubiera quedado
atorado de alguna manera sobre el ala del avión. De pronto se da cuenta de que
se trata de un hombre. Un hombre que se arrastra por el ala del avión, en pleno
vuelo.
Aparta la mirada. Sabe que eso no tiene sentido. Cierra los
ojos. Pero la idea de que un hombre, por accidente, se encuentre en la parte
externa del avión lo hace mirar de nuevo. Y lo ve otra vez. Entonces toca el
timbre para llamar a la azafata. Y cuando la mujer llega a su asiento, Wilson,
consciente de que lo que dice suena a locura, le dice que afuera hay un hombre.
La mujer mira por la ventanilla, y Wilson mira también, pero afuera no hay
nadie.
Wilson se disculpa, pero se da cuenta de lo que la azafata
debe de ver en él, a un hombre que ha perdido la razón, y eso lo aterroriza
también. La pesadilla de Wilson empeora cuando vuelve a ver a la figura y se da
cuenta que no es, en realidad, un ser humano. Es un ser extraño, de rasgos
monstruosos, que se mueve en perfecto equilibrio sobre el ala del avión. La
mirada fascinada y aterrada de Wilson lo sigue y de pronto ve que ese ser
intenta quitar algunas de las placas metálicas del ala del avión, y luego mete
la mano al ala, como intentando descomponer el motor...
Edición de la editorial Gigamesh, aunque no sé si contenga los mismos relatos |
Ya no puedo contarles más de este relato clásico de
Richard Matheson. Insisto, quienes hayan visto las adaptaciones de este relato,
en la serie o en la película, seguramente lo recuerdan. Hasta Los Simpson
han sacado su parodia de ese capítulo de la serie de televisión. Lo que yo
puedo hacer es recomendarles que lo lean.
Esta antología de 20 deliciosos relatos de Richard
Matheson, de extensiones y registros muy variados, nos muestran la imaginación
y la capacidad técnica de este influyente autor. Uno de los cuentos, por
ejemplo, que me encanta y me llama mucho la atención por su estilo, se llama
«Guerra de brujas», el cual, por fortuna, no trata de lo que uno se imagina al
leer ese título. Es un cuento escrito en el año 1951. Su estilo es
extremadamente sintético, casi como si se tratara de un guion de cine, pero sin
las partes técnicas. Todas las palabras evocan imágenes, así que el cuento
estalla en nuestra cabeza, como si lo viéramos ya convertido en película.
Créanme, se trata de una antología estupenda de la obra de
un importantísimo y muy influyente autor. Mi recomendación: consigan el libro y
léanlo de inmediato. Lo van a disfrutar mucho.
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Pesadilla a 20.000 pies y otros
relatos insólitos y terroríficos. Richard Matheson. Traducción de Santiago García. Valdemar, tanto
en su colección de lujo, Gótica, en la cual tiene 320 páginas, como en su
colección de bolsillo, El Club Diógenes, en la cual tiene 408 páginas.
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En Lecturas:
La casa infernal, de Richard Matheson
En Tan-Tan:
Cuento «El vestido de seda blanca», de Richard
Matheson
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