[Literatura juvenil]
De repente en lo profundo del bosque
de Amos Oz
Jesús Guerra
En un pueblo, del que no sabemos más que se encuentra en
los linderos de un bosque, y está rodeado de montañas, bordeado por un río, y
que parece ser el fin del mundo, sucede una cosa extrañísima —y los habitantes
del pueblo aunque se niegan a hablar de ello o fingen que no sucede nada, lo
llaman «la maldición» del pueblo—: no hay animales. Ni uno solo. Ni siquiera la
termita que se comía los muebles de uno de los personajes y que éste ha
terminado por extrañar.
Para los niños del pueblo el asunto es normal, no conocen
a los animales, y no le prestarían mayor atención si no fuera porque algunos de
los adultos, contra la corriente, aún los mencionan. Incluso, una de las
maestras del pueblo les enseña a los niños los sonidos de los animales:
mugidos, maullidos, ladridos... pero los niños ven a la maestra como si fuera
una loca. Hay otros personajes que recuerdan a los animales y aunque no los
mencionen realizan acciones que los colocan en esa misma zona de casi locura:
una mujer echa migajas de pan bajo los árboles y en el río, a pesar de la
ausencia total de pájaros y peces; otro personaje le silba a su perro, aunque
éste hace años que desapareció. Y hay otros síntomas inquietantes que ustedes,
lectores, podrán descubrir por su cuenta.
Uno de los niños de esta historia, Nimi, de quien todos se
burlan, desaparece una noche en el bosque, y días después, al regresar, no
pronuncia una sola palabra: sólo relincha como los caballos. La gente le da el
apodo de Nimi el potro, y dicen de él que adquirió la «relinchitis». Sí, es muy
peligroso ir al bosque. De hecho, es muy peligrosa la noche, porque su
oscuridad de alguna manera trae al bosque al pueblo. Así que todos, al ponerse
el sol, se encierran en sus casas. Los del pueblo tienen sus leyendas, sus
explicaciones para ese comportamiento...
Pero el asunto es confuso para los niños del pueblo:
¿existieron o no los animales? ¿Por qué todos los adultos se empeñan en negar
su existencia, a pesar de que algunos de ellos los mencionan, como la maestra
que les enseña el sonido que hacían los animales, o como el ex pescador
convertido en campesino, que talla figuras de animales en madera? Así que dos
niños: Maya, una niña valerosa, y Mati, su amigo, menos valiente pero fiel,
deciden emprender una aventura para encontrar respuestas. Ya para empezar se
trata de dos seres que tienen sus propias ideas, pero si a esto agregamos que
una tarde, mientras jugaban en el río, encontraron un pececillo minúsculo y
dorado que se les escabulló con rapidez, y con la misma rapidez les hizo
entrever otra realidad, entenderemos el motivo para su escape al bosque.
Y, en efecto, en el bosque encontraron las respuestas que
buscaban, aunque indiscutiblemente esas respuestas les provocaron más
preguntas... como a todos, por otra parte.
Amoz Os, el autor, es un escritor israelí que ha publicado
muchos libros y muchos artículos periodísticos, y ha ganado algunos premios
literarios de importancia mundial. Con este cuento largo, o quizá novela corta,
de fácil lectura pero no muy fácil interpretación, Amos Oz nos obliga a los
lectores a plantearnos preguntas propias y a intentar darles respuesta. ¿Es una
historia sobre la culpa o sobre la venganza; sobre la crueldad o sobre el
miedo; sobre el valor individual o sobre la vergüenza de la sociedad; sobre el
conformismo o sobre la libertad; sobre la realidad o sobre los mitos; sobre
todo lo anterior o sobre algo completamente diferente? Ustedes decidan. Lean
este interesantísimo libro de Amos Oz y realicen su propia interpretación.
. . . . . . . . . . . . . . .
De repente en lo profundo del bosque. Amos Oz. Traducción de Raquel
García Lozano. Ediciones Siruela / Fondo de Cultura Económica. Colección A Través
del Espejo. 1a. edición: 2006. 120 págs.
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