[Libros Infantiles]
La excepción de la regla
de Vivian Mansour
Jesús Guerra
El cuento para niños que
comento es de la escritora mexicana Vivian Mansour, autora de la que ya he
comentado y recomendado aquí mismo otros dos libros: El enmascarado de lata
y La mala del cuento (esos comentarios los pueden leer aquí y aquí),
ambos estupendos, divertidos e inteligentes. El libro de hoy lleva por título La
excepción de la regla, el cual me ha gustado muchísimo.
Leonardo, un estudiante
de quinto de primaria, es el personaje central y es él quien narra la historia.
Leo tiene un gran problema pues es víctima de bullying por parte de
cuatro compañeros de su salón, uno de los cuales, para colmo de males, es su
propio primo.
Transcribo las líneas
iniciales del cuento, para que vean cómo plantea el problema el personaje:
—El pez más grande se
come al más chico. La fuerza siempre vencerá al más débil y vulnerable. La
sobrevivencia y hasta la perfección evolutiva dependen de eso.
La maestra exponía esta
teoría apoyada por unas imágenes de peces proyectadas en el pizarrón. Lo decía
con mucha convicción. No sabía que en su propio salón se libraban batallas
donde los peces grandes se estaban comiendo al más chico: yo.
Y luego el personaje se
hace la siguiente pregunta: «¿La evolución de la especie humana del salón de
quinto B dependía de que yo me dejara devorar?»
Leo describe así a sus
victimarios:
* «Andrés, el Tiburón
Blanco. Es alto, pecoso y de ojos verdes. Su mayor atributo es que es muy hábil
en su trato con los mayores».
* «Después está
Wenceslao, alias Wen, otro pez de buen tamaño. [...] Su mayor virtud es que es
un excelente estudiante y eso es un escudo protector contra maestros y padres».
* El tercero es «Octavio,
Pez Globo. Grande, gordo y fuerte».
* Y por el último, el
peor de todos, «José Luis, la Anguila Eléctrica. Elástico y hábil como
mantarraya. Ni tan inteligente ni tan tonto, pero capaz de hacer daño con los
chispazos de su lengua. ¿Por qué me lastimaban más sus burlas que las de los
otros tiburones? Porque además de todo se trataba de mi primo».
A Leo le robaban sus
lonches del recreo, lo ponían a hacer todo en los trabajos en equipo, lo
excluían de los partidos de futbol, y cuando lo dejaban jugar lo hacían para
burlarse de él. Le decían cosas que lo herían. Así, Leo no se la pasaba nada
bien en quinto de primaria.
Los maestros de la
escuela no se daban cuenta del acoso al pobre Leo por parte de la galería de
villanos que acabamos de citar, entre otras cosas porque no les cabía en la
cabeza que uno de los mejores estudiantes y uno de los más corteses con ellos,
los profesores, pudieran estarle haciendo la vida de cuadritos a uno de los
jóvenes del salón. Para colmo, la propia madre de Leo no se daba cuenta del
estado de la relación entre su hijo y el hijo de su hermana, porque para ella
era lógico que por ser primos tenían a fuerza que llevarse bien y que
protegerse uno al otro.
Leo se sentía tan solo
que no se conformaba con inventarse amigos imaginarios, como Benito, sino que
hasta le escribía correos electrónicos. Y por supuesto, recibía respuesta. Esta
era la manera en la que Leo manejaba su soledad y el resto de sus problemas
escolares. Lo bueno era que Leo era buen estudiante, y sobre todo, era un
muchacho inteligente. Sólo le faltaba una guía para encontrar las soluciones a
sus problemas... Y esa guía estaba en él mismo, como lo demuestran algunos de
los correos que Benito imaginario le mandaba a Leo, dándole claves para actuar.
Debido a una
circunstancia que no les voy a platicar, un buen día Leo consiguió que se
aliara con él ni más ni menos que Ivonne, la niña bonita que le gustaba a todos
los muchachos de quinto, incluido el primo de Leo. Pero por supuesto, para
sorpresa de Leo y de los lectores, Ivonne no es sólo una niña bonita, sino que
es inteligente y tiene muchos conocimientos insospechados y muy útiles
habilidades.
Ivonne y Leo lograron
idear, diseñar y llevar a cabo un plan sumamente ingenioso que terminó por
poner a todo el mundo en su lugar.
Hasta aquí el comentario
de hoy. Les sugiero que consigan este cuento y lo lean de inmediato, porque lo
van a gozar, y además van a aprender algunas cosas. Esta recomendación, por
supuesto, no es sólo para los niños, sino también para los papás de los niños y
para los maestros de escuelas primarias y secundarias.
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La excepción de la regla. Vivian Mansour.
Ilustraciones de Patricio Ortiz. Fondo de Cultura Económica, colección A la
Orilla del Viento. Clasificación: "Para los que leen bien". 76 págs.
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Aquí puedes leer los
comentarios de El enmascarado de lata y de La mala del cuento.
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