Los zapatos de fierro
de Emilio Carballido
Jesús Guerra
Los zapatos de fierro es
un cuento tradicional, aunque no sé de dónde provenga, ni lo sabía tampoco el
autor, Emilio Carballido (dramaturgo y narrador, 1925-2008), quien escribió en
el breve prólogo del libro que este cuento se lo contaba a su abuela su nana,
que a su vez lo había escuchado de niña, así que el autor calcula que el cuento
debe de ser anterior a Miguel Hidalgo. «Oí el cuento toda mi infancia, con otro
tesoro de relatos que sabía decir mi abuela espléndidamente. [...] Si todos los
fui encontrando impresos años más tarde, o me los regaló ella misma en libros,
para que los leyera, éste de los zapatos no apareció nunca. [...] Y lo escribí.
[...] Como es de rigor, he puesto detalles de mi cosecha. Y he conservado la
atmósfera jarocha, de río Papaloapan, con que sus narradores lo ambientaron».
Los zapatos de fierro nos
cuenta la historia de María, la menor de tres hermanas de una familia muy
pobre. Mientras que el padre trabajaba en el campo, la madre cocinaba, y las
hermanas eran las encargadas de lavar la ropa en el río. Un día iba la mayor a
lavar un bulto de ropa, al día siguiente le tocaba a la de en medio, y al día
siguiente a la menor, y al siguiente día volvían a empezar. Hasta que una vez
le pasó una cosa muy extraña a la mayor: se dio cuenta que una lechuguilla que
iba flotando en el río no seguía la corriente, como todas las demás cosas que
arrastraban las aguas. Esta lechuguilla bajaba por la corriente y luego subía
en contra, se acercaba a la orilla y luego se iba hasta el centro del río. La
muchacha intentó agarrarla, pero terminó tirando la ropa al agua.
En la noche, la muchacha se lo platicó a sus hermanas y éstas pensaron
que eso no era posible. Pero al día siguiente le sucedió lo mismo a la hermana
de en medio y ésta perdió toda la ropa, con el consiguiente enojo de su mamá.
Cuando llegó el turno de la menor, ésta hizo como que no veía la lechuguilla y
primero lavó toda la ropa, luego, todavía haciéndose la disimulada, de un
manotazo atrapó las hierbas y las aventó al suelo, y la planta se convirtió en
un príncipe, joven y guapo.
Como sucede en todos los cuentos tradicionales, el príncipe, al verse
libre del hechizo, le propuso matrimonio a María, la cual aceptó. Sin embargo,
el príncipe le dijo que, aunque ella había roto el hechizo, él debía obedecer
ciertas reglas del encantamiento y, de no hacerlo, se volvería a convertir en
planta. Y la primera regla era que ella no podría despedirse de su familia.
Tendrían que irse de inmediato para que la familia de María creyera que ella se
había ahogado. Esto, por supuesto, tendrá algunas consecuencias que, a su vez,
tendrán otras más... Este cuento apenas empieza, pero ya no les puedo platicar
nada más para no echarles a perder las sorpresas que irán encontrando en la
lectura, que son muchas y muy interesantes.
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Los zapatos de fierro. Emilio Carballido. Ilustraciones de Carmen
Cardemil. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento (1a. ed.
en Editorial Grijalbo, 1983; 1a. ed. en el FCE, 1998; 12a reimp. 2019). 88
págs. Existe edición electrónica.
Compré este libro para mí hija de siete años y es un deleite leerlo y releerlo.
ResponderEliminarSí, es un libro estupendo y Carballido era un gran escritor. Saludos.
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