La noche de los trasgos
de Alicia Molina
Jesús Guerra
Camila —la misma Camila de los libros El agujero negro y
de El zurcidor del tiempo—, ahora de unos 10 años, tiene una compañera
de escuela llamada Oriana, que la intriga de verdad: casi nadie la ve, es
decir, casi no la notan. Si levanta la mano en clase para contestar una
pregunta, la maestra ni se entera. Y el resto de los compañeros de clase casi
no se dan cuenta de la presencia de Oriana. En realidad, se trata de una chica
muy gris (aunque Camila dice que en realidad es como anaranjada pero muy
pálida), pero Camila se da cuenta, ya que es muy perceptiva, de que hay algo
más. No se trata solamente de que Oriana sea tímida y solitaria, sino que
parece que Oriana siempre está asustada, o que carga con el terror a cuestas, pero
¿terror a qué o por qué? Y esto, claro, le da mucha pena —en el sentido de dolor
no de vergüenza— a Camila.
Un día, la maestra dice que el periódico mural de la siguiente semana
le toca realizarlo a... —y la maestra tiene que buscar en sus apuntes— a
Oriana, y luego pregunta quién se ofrece de voluntario para hacer ese trabajo
con Oriana. La única que levanta la mano es Camila, sí, por pena —en los dos
sentidos— por Oriana, y además porque tiene mucha curiosidad de platicar con
esa chica para averiguar qué le sucede.
Así, Camila y Oriana se ponen de acuerdo para verse en la tarde para
comenzar su investigación del tema que decidieron presentar en el periódico
mural: «Duendes y trasgos». (Los que ya conocen a Camila, porque leyeron los
otros dos libros en donde es la protagonista, saben que con ella viven cinco
duendes: Verde, Rayas, Púrpura, Azul y Rojo.) Camila, lógicamente, les pide
ayuda a sus amigos duendes para su trabajo, pero el único que se anima es Verde
(los otros cuatro se excusan porque, dicen, tienen otras cosas qué hacer).
Verde, entonces, se va escondido en la mochila de Camila para acompañarla a la
biblioteca, y lo hace sobre todo por curiosidad pues quiere saber qué es lo que
dicen de ellos en los libros.
Camila y Oriana trabajan varias horas, y cuando cierran la biblioteca,
Camila se va con su compañera hasta la casa de ésta, la cual no está más que a
unas cinco cuadras de su propia casa. Al entrar, le llama la atención lo súper
limpia que está la casa de Oriana, quien vive con su tía Palmira, la cual, le
dice Oriana, siempre está frente a su computadora. Pero a Camila lo que le
llama la atención no es sólo el exceso de limpieza, sino que la casa da la impresión
de que está vacía, como si no viviera nadie ahí, pues nada, nada, nada está
fuera de su lugar. No son muebles lo que faltan, pero en las paredes no hay
cuadros, y sobre las mesas no hay adornos de ningún tipo. No se ven revistas o
periódicos sobre ningún sofá o mesa... esto pone nerviosa a Camila.
Cuando, un rato después, Camila llega a su casa, Verde —quien la ha
acompañado toda la tarde— le dice a su amiga que no vuelva a ir a la casa de
Oriana pues está llena de trasgos. Pero ¿los trasgos y los duendes no son lo
mismo?, le pregunta Camila. Y Verde, con paciencia, le habla de las enormes
diferencias que hay entre ambos y que podemos sintetizar así: los trasgos son
seres perversos.
Verde le platica a Camila cómo fueron creados los trasgos y lo que
éstos son capaces de hacer, lo cual es muy malo: se alimentan de los recuerdos
de las personas. Ése es el motivo de que Oriana sea una persona casi
transparente, que nadie nota, y que viva siempre con miedo. Pero los trasgos no
se limitan a eso, realizan otras cosas terribles, y Oriana ya comienza a
mostrar los síntomas de todo eso, lo que quiere decir, aunque Oriana no lo
sabe, es que ella es ya un caso desesperado. Así que Camila, compañera y nueva
amiga de Oriana, se ve en la necesidad de intervenir para intentar arreglar las
cosas, aunque, por supuesto, se trata de un asunto sumamente peligroso.
Si quieren saber lo que sucede, pues esta aventura de Camila apenas
empieza, tienen que conseguir este libro súper entretenido, divertido, tierno,
mágico, interesante y misterioso, y leerlo hasta la última página. A mí, la
verdad, me gustó muchísimo, y una de las cosas que más me gusta es que, aunque
no es un libro muy extenso, es una verdadera novela para niños y jóvenes (de
los 9 años en adelante, más o menos). ¿Y qué es lo que hace que este libro sea
una novela breve en lugar de un cuento largo? Su visión panorámica. No sólo nos
cuenta la historia central —la de Camila, Oriana y los trasgos—, aunque
obviamente es la más importante, sino que nos muestra todo el contexto de estos
personajes: los papás de Camila, la abuela de Camila, la prima de Camila
(Marcela), los papás de Marcela, la tía de Oriana, lo que sucede en la escuela,
una fiesta de cumpleaños, y muchas otras cosas más. Es decir, aunque sea de manera
más o menos breve, nos muestra cómo cada personaje tiene sus propios problemas
y su propia vida.
La noche de los trasgos es
un libro muy, muy recomendable. No se lo pierdan.
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La noche de los trasgos. Alicia Molina. Ilustraciones de Ana Ochoa.
Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento. Clasificado: Para
los que leen bien. (1a ed. 2006; 7a reimpresión 2017.) 136 págs.
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Donde podría conseguir el libro? Lo he estado buscando por mucho tiempo
ResponderEliminarYo lo encontré en una librería a 65 pesos mexicanos
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