martes, 18 de febrero de 2020

Erik Vogler y el secreto de Albert Zimmer, de Beatriz Osés





Erik Vogler y el secreto de Albert Zimmer
(Serie Erik Vogler, volumen 6)
de Beatriz Osés

Jesús Guerra

El sexto volumen de la serie de Erik Vogler (Erik Vogler y el secreto de Albert Zimmer) empieza minutos después del momento en que termina el quinto (Erik Vogler sin corazón), en el mismo lugar, una cafetería muy elegante de Bremen donde Erik toma un agua mineral sin gas y lee una revista de paleontología. Está solo, pues envió a su chofer a realizar un mandado (que recordarán quienes ya leyeron el tomo cinco) y entonces ve con horror que entra al local Albert Zimmer, el abominable (y misterioso) adolescente que es vecino de su abuela, Berta Vogler, a quien ésta adora.

En la novela anterior, Erik descubre que Albert y Berta comparten un secreto, y el curioso de Erik, que los detesta a ambos, tiene que saber de qué se trata. Sigue a Albert a un cementerio, ve que éste se acerca a un par de tumbas y se va. Erik se acerca también y toma nota de los nombres que se encuentran en las sepulturas. Después, Albert se da cuenta que Erik tienen esos nombres apuntados en su agenda, pero la discusión entre ambos acerca de ese asunto queda pendiente. Por eso, ahora, Albert entra al café, para enfrentar a Erik y enterarse de qué tanto ha investigado acerca de esas personas que tan importantes parecen ser para Albert (aunque aún no sabemos el motivo). Como de costumbre, la discusión entre ambos es sumamente divertida. Una vez terminada, Erik quiere marcharse, pero Albert le dice que él, Albert, lo tiene que acompañar hasta su departamento por instrucciones de la abuela de Erik, pues ella está preocupada de que algo le pueda pasar, debido a que, aunque Erik logró descubrir al asesino del bisturí, el caso aún no está cerrado por la policía pues todavía hay cómplices del asesino que no han logrado atrapar.

Albert y Erik, sin hablarse, toman un taxi y llegan al edificio en donde está el lujoso departamento de los Vogler. Y ahí nos damos cuenta de que, en efecto, hay alguien escondido que está vigilando a Erik, y sus intenciones no son nada buenas. Erik, por supuesto, no cree estar en peligro, y supone que la supuesta preocupación de Berta es un truco para mantenerlo vigilado. Pero a la mañana siguiente que Erik va a su cita con su terapeuta, sufre un atentado en el elevador del edificio de su cita, intento de asesinato interrumpido milagrosamente por otra paciente. Entonces sí, el joven investigador, ataque de nervios de por medio, entiende que su vida está en peligro. La policía de inmediato pone a dos agentes como guardaespaldas de Erik, que deben seguirlo a todas partes.

Tanto Albert como Berta opinan que lo mejor sería que Erik saliera de Bremen por un tiempo, hasta que la policía logre cerrar el caso del asesino del bisturí. Por eso, para celebrar el cumpleaños número 16 de Erik, los padres de Albert invitan a los Vogler a pasar un fin de semana en una casa elegantísima y modernísima que tienen en un pueblito holandés, a sólo hora y media de Bremen. A Erik la idea le parece repulsiva, pero sabe que no tiene alternativa. Por supuesto, Erik sigue bajo vigilancia constante por parte de sus guardaespaldas, pero también de quienes quieren acabar con él.

Así, lo que Erik supone que será un cumpleaños aburridísimo y deleznable, y Frank y Berta Vogler ven como un fin de semana relajado y encantador, termina por convertirse en una pesadilla. Por supuesto, para nosotros los lectores, esta misteriosa y oscura pesadilla es enormemente entretenida, tanto que no podemos soltar el libro hasta llegar al sorprendente final, el cual deja todo listo para la siguiente aventura. 

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Erik Vogler y el secreto de Albert Zimmer (volumen seis de la serie de Erik Vogler). Beatriz Osés. Edebé. 206 págs.

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