El deseo de
Tomás
de Berta Hiriart
Jesús Guerra
Quien narra el
relato es Anita, la hermana mayor de Tomás; ambos viven con sus papás en un departamento,
y algunas cosas empiezan a cambiar cuando las vecinas del departamento del piso
inferior se cambiar para irse a recorrer el mundo. Ese departamento, entonces,
es ocupado por la academia de danza Rudolf Nureyev. Por supuesto, la mamá de
Anita la inscribe de inmediato para que tome clases y a Anita si bien no la
vuelven loca por lo menos la entretienen.
Desde que está
la academia en su edificio, el departamento de Anita y Tomás se llena de música
durante las mañanas y las tardes, y también de las voces de las maestras de
danza dándoles instrucciones y motivación a sus alumnos. Anita se da cuenta que
Tomás y Carlitos, el mejor amigo de su hermano, a veces espían las clases de
danza, y luego en su departamento juegan burlonamente a tomar las posiciones de
ballet e imitan a las maestras.
Ni a la mamá ni
al papá de Anita y Tomás les molesta la música ni las voces que vienen de la
academia de danza, de hecho, al papá le caen muy bien tanto los maestros como
las alumnas, pues la mayoría pasan por su tienda de comestibles, La Sirena,
para comprarle algunas cosas y le parecen todos muy amables. En cambio, al
abuelo, es decir al papá del papá de Anita y Tomás, esas personas y la academia
en sí le caen bastante mal, aunque la verdad, el abuelo siempre parece estar
malhumorado.
Anita y Tomás
quieren mucho a su abuelo, por supuesto, pero no les hace mucha gracias que siempre
que va a merendar, lleva algunas películas caseras viejas (de ésas de colores
desvaídos, sin sonido, que duraban tres minutos, en las que normalmente se veía
a las personas saludando a la cámara), y ellos las tienen que ver también, a
pesar de que ya les aburren. Pero al abuelo parecen divertirlo mucho.
Precisamente en
una de esas películas ven, una tarde, una escena clave, en la que aparece su
papá cuando tenía unos 10 años, la misma de Tomás, y su abuelo, que les permite
comenzar a entender a su papá desde una perspectiva diferente.
Una de esas
tardes, el motivo de la merienda es el cumpleaños número diez de Tomás, y
después de que le cantan las mañanitas, prenden las velas del pastel y le dicen
a Tomás que pida un deseo. Y cuando le piden que lo diga en voz alta, todos se
quedan sorprendidos... Por supuesto, ya no les puedo contar nada más. Les
aconsejo que lo lean pues estoy seguro de que les va a gustar muchísimo. A mí
me gusta porque a pesar de ser muy breve es muy eficaz, es decir que en pocas
páginas nos cuenta de manera estupenda una historia que nos permite darnos
cuenta de que detrás de cada historia hay otra que hace más amplia y profunda a
la primera. Las ilustraciones, de Guadalupe Sánchez, son buenísimas.
Berta Hiriart nació en la Ciudad de México. Escribe y dirige
obras dramáticas, inventa relatos, incursiona en el ensayo y coordina talleres
de escritura creativa. Ha publicado numerosos títulos, dirigidos a niños y
jóvenes, o que abordan, para los adultos, asuntos relacionados con la infancia.
Ha recibido diversos premios y algunos de sus libros han sido premiados y
traducidos al inglés, al italiano, el alemán y el polaco. En El Naranjo ha
publicado La Bienvenida, El Deseo de Tomás, ¿Jugamos al
Teatro?, Primavera y Cachorros.
Guadalupe
Sánchez nació en Córdoba, Veracruz,
en 1955. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad
Veracruzana y Diseño Gráfico en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, de la
unam. Cursó animación con Ishu Patel, en 1996, y en 1999 estudió con David
Brockurst en el Taller Experimental Dirección de Arte. Ha ganado varios premios
en cine, video y animación.
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El deseo de
Tomás. Berta Hiriart.
Ilustraciones de Guadalupe Sánchez Sosa. Ediciones El Naranjo, colección Mar de
Cuentos (clasificación: Para lectores que empiezan. 1a. ed., 2004; 2a. ed.,
2010). 40 págs. También se consigue en edición electrónica.
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