El fantasma de Canterville
y otros cuentos
de Oscar Wilde
Jesús Guerra
En esta ocasión quiero
recomendarles cuatro cuentos del escritor británico Oscar Wilde (1854-1900): “El
fantasma de Canterville”, “El príncipe feliz”, “El gigante egoísta” y “El
ruiseñor y la rosa”. El primero es para todas las edades, pero es más popular
entre los jóvenes, los otros tres están considerados cuentos infantiles porque
pertenecen a lo que a grandes rasgos podemos llamar cuentos de hadas. Sin
embargo, como todos los buenos cuentos, tienen la característica de que pueden
ser leídos a cualquier edad, o releídos en diferentes etapas de la vida, y
siempre nos dirán algo nuevo.
Oscar Wilde escribió una
novela, famosísima: El retrato de Dorian Gray, y también cuentos, obras
de teatro, ensayos, poemas, conferencias y artículos.
Hago la aclaración, de una
vez, de que, como la obra de este autor, muerto ya hace 125 años, es del
dominio público, tiene muchísimas ediciones tanto impresas como digitales, e
incluso gran parte de sus obras se pueden encontrar en Internet para ser leídas
en línea o para descargar. Así que busquen estos cuatro cuentos, para empezar,
y disfrútenlos. En cuanto a los eBooks, hay algunos baratísimos. Algunas
ediciones incluyen estos cuatro cuentos que les recomiendo, otras son de un
solo cuento, otras tienen alguno o algunos de estos relatos y otros distintos,
así que verifiquen el contenido. Yo, por mi parte, las versiones que he leído
son las clásicas en español, traducidas por Julio Gómez de la Serna, y
publicadas en las Obras Completas de Oscar Wilde, en un sólo volumen,
por la Editorial Aguilar.
y otros cuentos
de Oscar Wilde
El título original es The Happy Prince, y fue publicado en 1888 en el libro The Happy Prince and Other Tales, o sea El príncipe feliz y otros cuentos. Los personajes de este relato son muy interesantes por varios motivos, entre otros porque son una golondrina y la estatua del Príncipe Feliz. La muy bonita escultura se encuentra sobre un pedestal en una plaza pública, está recubierta de oro y tiene piedras preciosas en los ojos y en la empuñadura de la espada. La estatua representa, precisamente, a un príncipe de la ciudad que vivió muy feliz, siempre protegido detrás de los muros del castillo. Podemos suponer que murió joven pues inocentemente vivió y murió creyendo que toda la gente vivía tan felizmente como él. Pero ahora que su estatua está en la plaza pública, y que de alguna manera maravillosa contiene, por decirlo así, el alma del príncipe, se da cuenta de que mucha gente tiene vidas tristes, llenas de preocupaciones y pobreza. Así que la estatua del Príncipe Feliz realmente contiene un príncipe triste.
Este relato, cuyo título original es The Selfish Giant, formó parte de los cuentos publicados en el libro El Príncipe Feliz en 1888. Es otro clásico que muchísimos niños, jóvenes y adultos, hemos leído y disfrutado. El gigante egoísta es otra obra que forma parte del género de cuentos de hadas, y que tiene evidentes enseñanzas morales.
Este cuento, cuyo título en inglés es The Nightingale and the Rose, pertenece también a la edición de 1888 de El príncipe feliz, y pertenece igualmente al género de los cuentos de hadas. También tiene enseñanzas morales y una marcada crítica social, aunque quizá de los tres que hemos visto hasta ahora sea el que tiene una interpretación más compleja. Nada que no puedan resolver analizando el cuento, releyéndolo, o comentándolo con amigos y maestros. Esto es importante porque se trata de un cuento que nos hace reflexionar. Además, es un relato de una gran belleza.
El título original de este cuento es The Canterville Ghost, y fue publicado primero en una revista, en 1887, y posteriormente como parte de un volumen de relatos publicado en 1891 llamado Lord Arthur Savile's Crime and Other Stories, es decir El crimen de lord Arthur Saville y otras historias. Este cuento no es específicamente para niños, aunque lo pueden leer y los va a divertir y a sorprender, lo que sucede es que quizá, aunque comprendan el argumento, no entenderán todas las sutilezas de la narración hasta que estén más grandes y tengan más estudios. La comprensión de este relato va a cambiar si lo leen de niños, de jóvenes y de adultos, pero siempre lo van a disfrutar, aunque de diferente manera o por distintos motivos.
* Hasta el último aliento, de Anthony McGowan
* Kanghuru, de Sandra Siemens
* Diario de una planta carnívora, de Luis Eduardo García
* El misterioso asesinato del doctor Thallomius, de Nicki Thornton
* La copa de plomo y oro, de Cornelia Funke
* La carta, la bruja y el anillo, de John Bellairs
* Marte y las princesas voladoras, de María Baranda
* El fantasma de la casa del lago, de Ana Romero
* Erik Vogler: la venganza, de Beatriz Osés
* El misterio de Raspberry Hill, de Eva Frantz





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