domingo, 30 de noviembre de 2025

Erizo, de Sandra Siemens

 



Erizo
de Sandra Siemens
 
Jesús Guerra
 
He leído y recomendado aquí dos libros infantiles de la escritora argentina Sandra Siemens, Kanghuru y el libro de cuentos El bandido de los mares (las ligas están al final de esta reseña), los cuales me dejaron gratamente sorprendido por su enorme calidad y porque son lecturas sabrosísimas. Así que decidí leer una novela de la misma autora, pero ahora para jóvenes, y me encontré con Erizo (un libro para lectores de 12 años en adelante), el cual, y eso ya no es una sorpresa con Sandra Siemens, me ha vuelto a dejar asombrado y feliz. Y mi reacción al finalizar el libro fue la misma que con Kanghuru y El bandido de los mares, tan pronto leí la última página, regresé a la primera y me puse a leerlo de nuevo.
 
La narradora de la historia es Lara, una jovencita de 12 años que vive en un pueblo de la Argentina con sus papás, Isabel y Juan, con su hermano, Dante, y su abuela, Dorita. Pero resulta que la abuela tuvo, años atrás, un ACV (un accidente cerebrovascular) que la dejó con un brazo y una pierna paralizados, y con problemas para hablar, y aunque en un principio tuvo rehabilitación y llegó a expresarse bien de nuevo, con el tiempo simplemente dejó de hablar, no se trataba de que no pudiera hacerlo, según les explicó un médico en su momento, sino más bien que no sentía el deseo de hacerlo, como si la señora simplemente se hubiera ido marchitando. Así que, para Lara, que casi toda su vida la había visto en esa condición, su abuela era prácticamente un mueble. En las mañanas ayudaba a su madre a levantarla, arreglarla, sentarla en su silla de ruedas y colocarla junto a la ventana, y por las noches ayudaba a acostar a la abuela, una persona de su familia que prácticamente no existía, aunque había que atenderla.
 
Un día, Dante enfermó de algo que le producía fiebre y problemas para respirar, y sus papás lo llevaron al hospital, y de ahí lo trasladaron en ambulancia a un hospital de la ciudad, así que sus papás tuvieron que irse también, y dejaron a Lara al cuidado de su abuela. En teoría esto duraría sólo un par de días. Y como Lara no podría sola con los cuidados de su abuela, le pidieron a Rosa, la vecina, que ayudara a Lara a acostar y levantar a la abuela, y que les llevara de comer.
 
El primer día que Lara estuvo sola con su abuela sucedió algo (que no les voy a revelar) que tuvo un efecto sorprendente: la abuela empezó a hablar de nuevo, pero en otro idioma que Lara no entendía (después se enteró de que era francés). Lara estaba aturdida, y cuando llegó Rosa en la noche para acostar a la abuela, ésta dejó de hablar. Más tarde, Lara se dio cuenta de que su abuela estaba inquieta y le llamó al médico (su papá le había dejado el número de teléfono en la puerta del refrigerador por si se requería) y al llegar el doctor resultó ser doctora, June, una mujer haitiana, que llegó a la casa acompañada de su hija, Maureen.
 
A lo largo de los siguientes días (pues Dante seguía enfermo y los padres de Lara tardaban más de lo esperado en regresar), Lara y Maureen se hicieron amigas, aunque al inicio la relación fue complicada, y como Maureen habla francés (recuerden que es de Haití), ella platicó con la abuela de Lara. Por medio de estas conversaciones y gracias a unas antiguas cartas de su abuela que encontró Lara, las dos jóvenes empezaron a descubrir aspectos interesantísimos de la vida de la abuela en su juventud (esto es fascinante, entre otras cosas, porque, claro, a la mayoría de los niños y los jóvenes no se les ocurre preguntarse cómo fueron sus padres y el resto de sus familiares mayores cuando eran jóvenes), y esto a su vez le permitió a Lara descubrir acontecimientos de la historia de su familia sucedidos antes de que ella naciera. Pero esta novela nos cuenta, también, el descubrimiento de Lara de algunas partes de la historia de Haití y de su cultura, del racismo de algunas personas del pueblo, y de lo que facilita o complica las relaciones familiares y de amistad.
 
Erizo toca temas importantes y entreteje varias historias con delicadeza y maestría, y el resultado es una novelita divertidísima, pero con elementos dramáticos, nostálgicos y emocionales cuya lectura, además de hacernos reflexionar, nos proporciona un enorme placer. Definitivamente, Sandra Siemens es una autora de un gran talento a la que hay que leer.
 
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Erizo. Sandra Siemens. AZ Editora. Buenos Aires, 1a. ed. impresa: agosto de 2024; 1a. ed. digital: septiembre de 2024. 82 págs.
 
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viernes, 14 de noviembre de 2025

El bandido de los mares, de Sandra Siemens

 



El bandido de los mares
de Sandra Siemens
 
Jesús Guerra
 
Quienes hayan leído mi comentario de Kanghuru, de Sandra Siemens (la liga está al final de esta reseña), se habrán dado cuenta de que es un libro que me encantó, me voló la cabeza o me dejó tonto, como quieran expresarlo, tanto por la historia que cuenta como por el estilo de la autora. El libro es inteligente, tierno, nostálgico y divertido, entre otras cosas. Así que me he dado a la tarea de conseguir más obras de esta extraordinaria escritora argentina, y hoy les comento su libro El bandido de los mares, publicado por primera vez en 1993, el cual está compuesto por cuatro cuentos que, para no variar, me han encantado también: “El bandido de los mares”, “La señora”, “G & G” y “Una nariz congestionada”, y confirman que mi descubrimiento (algo tardío, obviamente) de la obra de esta narradora, y espero que también de ustedes, ha sido un acontecimiento muy afortunado.
 
El bandido de los mares
Los hermanos Sofía y Lucas ven una película de piratas llamada precisamente El bandido de los mares, pero no se ponen de acuerdo en su interpretación de lo que ven, para Sofía es, sobre todo, una historia de amor, y para Lucas una de aventuras. Lucas opina que Sofía nunca le entiende a las películas y se sale a jugar al patio, mientras Sofía se pone a verla por quinta vez. Hay una frase, dicha en la película por el pirata Sir Thomas a “una señorita española de vestido verde que había salido de Cádiz para llegar a La Habana pero no había llegado”, que desencadena el acontecimiento central de la historia.
 
Mientras Sofía ve la película su ojo derecho se va hinchando hasta ponerse como un huevo, va al baño a mirarse en el espejo y lo que ve la deja asombrada, y a nosotros también.
 
Se trata de un cuento muy eficaz, y por supuesto divertidísimo. Además, entre otros temas, trata de uno particularmente interesante, el hecho de que cada lector de libros, o espectador de cine, o testigo de la realidad, interpreta de manera personal lo que lee, escucha y ve.
 
La señora
El narrador de este cuento es el hermano mayor, y dice que su hermano menor siempre ha sido un estúpido. La madre lo defiende diciendo que está chiquito, pero el mayor no está tan seguro, piensa que cuando su hermano crezca dirá estupideces mayores. Dice que cuando a su hermanito se le mete una idea en la cabeza, es muy terco, y que eso sucedió con el incidente de “la señora”. Explica que la señora era la reproducción de un cuadro famoso que tenía su mamá en su oficina de la casa. Era el retrato de una mujer horrible (la descripción del cuadro es una maravilla), firmado por un tal Picasso. Y sí, esa mujer era horrible, pero de ahí a creer todo lo que su hermanito decía de la señora, había un trecho muy largo...
 
La primera vez que su hermanito acusó a la señora de ser culpable de algo fue el día que desaparecieron las milanesas. Ese día su mamá tenía que salir y les avisó que había dejado milanesas en el refri. Cuando el papá, muy contento, porque le encantan las milanesas, fue a sacarlas del refrigerador, encontró que sólo había un pedazo de milanesa, y además mordido. En ese momento el hermanito lo soltó por primera vez: "¡Fue la señora!" Y para demostrarlo, condujo a su hermano y a su papá hasta la oficina de la mamá para que vieran que en el cuadro de la señora había migajas... A partir de aquí todo empeoró, pues para el hermanito la culpable de todo era siempre la señora... hasta que incluso el hermano mayor, aterrorizado, se convenció.
 
Está claro que ya no les puedo contar nada más, pero les aseguro que es un cuento delicioso, interesantísimo, misterioso, con elementos de terror, muy inteligente y muy divertido, pues lo que más sobresale, además de los momentos de pánico, es el estupendo sentido del humor. Es una maravilla, otra maravilla de esta autora estupenda. La imaginación es el elemento clave, y la de la autora está desbocada.
 
G & G
O sea, G y G, que representan las iniciales de los nombres Gustavo y Germán, que son gemelos idénticos. Y siempre hacen lo mismo. Cuando hablan, se quitan uno al otro las palabras de la boca. Pero hay una diferencia: Gustavo sabe soñar y Germán no. Cada día de la semana, Gustavo lo dedica a un tipo de sueños. Germán sólo duerme, y le tiene envidia. Pero un día Gustavo se da cuenta de que está ocurriendo algo extraño, pues al parecer Germán le está robando sus sueños.
 
Otra muestra de literatura fantástica con el sello de la autora. Además de imaginativo y sorprendente, este cuento es bello, emocionante y poético.
 
Una nariz congestionada
El Sr. Grannapia es un hombre grande, en todos los sentidos, desde sus ideas hasta su nariz. Es inmenso. Una mañana sube a su gran auto, con chofer, y parte a su oficina. Por su parte, el Sr. Zito es un hombre pequeñito. Todo él y a su alrededor, incluida su casa, su esposa, sus hijos y su carro son pequeños. Esa mañana salen en su auto para ir de vacaciones. Por cosas del destino, en un semáforo del centro de la ciudad, quedan uno al lado del otro, el carrazo del Sr. Grannapia y el carrito del Sr. Zito. Y al otro lado del auto enorme, una camioneta cargada de gallinas. Y en este momento sucede lo increíble...
 
Todos los calificativos que les quieran dar a los tres cuentos anteriores, hay que aplicárselos a este cuento, y agregarle el de surrealista. Es un cuento de una imaginación desatada que nos ayuda a liberar la nuestra. Divertidísimo.
 
El libro está acompañado de unas ilustraciones fabulosas de Virginia Piñón, artista argentina nacida en Buenos Aires en 1966.
 
La autora, Sandra Siemens, nació en 1965 en un pequeño pueblo de Argentina llamado Wheelwright. Ha escrito una buena cantidad de libros y ha ganado un gran número de premios argentinos e internacionales. Hay que buscar los libros de esta narradora excepcional y leerlos tan pronto nos sea posible. A veces no están disponibles sus libros en versiones impresas, pero se pueden conseguir en ediciones digitales. ¡Recomendabilísimo!
 
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El bandido de los mares. Sandra Siemens. Ilustraciones de Virginia Piñón. 1a. ed. 1993. Sudamericana, 1a. ed., Buenos Aires, 2013. Ed. en formato digital, Pan Flauta eBook, 2013 (Random House Mondadori). 65 páginas.
 
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