
Erizo
de Sandra Siemens
Jesús Guerra
He leído y recomendado aquí
dos libros infantiles de la escritora argentina Sandra Siemens, Kanghuru
y el libro de cuentos El bandido de los mares (las ligas están al final
de esta reseña), los cuales me dejaron gratamente sorprendido por su enorme
calidad y porque son lecturas sabrosísimas. Así que decidí leer una novela de
la misma autora, pero ahora para jóvenes, y me encontré con Erizo (un
libro para lectores de 12 años en adelante), el cual, y eso ya no es una
sorpresa con Sandra Siemens, me ha vuelto a dejar asombrado y feliz. Y mi
reacción al finalizar el libro fue la misma que con Kanghuru y El
bandido de los mares, tan pronto leí la última página, regresé a la primera
y me puse a leerlo de nuevo.
La narradora de la historia
es Lara, una jovencita de 12 años que vive en un pueblo de la Argentina con sus
papás, Isabel y Juan, con su hermano, Dante, y su abuela, Dorita. Pero resulta
que la abuela tuvo, años atrás, un ACV (un accidente cerebrovascular) que la
dejó con un brazo y una pierna paralizados, y con problemas para hablar, y
aunque en un principio tuvo rehabilitación y llegó a expresarse bien de nuevo,
con el tiempo simplemente dejó de hablar, no se trataba de que no pudiera
hacerlo, según les explicó un médico en su momento, sino más bien que no sentía
el deseo de hacerlo, como si la señora simplemente se hubiera ido marchitando.
Así que, para Lara, que casi toda su vida la había visto en esa condición, su
abuela era prácticamente un mueble. En las mañanas ayudaba a su madre a
levantarla, arreglarla, sentarla en su silla de ruedas y colocarla junto a la
ventana, y por las noches ayudaba a acostar a la abuela, una persona de su
familia que prácticamente no existía, aunque había que atenderla.
Un día, Dante enfermó de
algo que le producía fiebre y problemas para respirar, y sus papás lo llevaron
al hospital, y de ahí lo trasladaron en ambulancia a un hospital de la ciudad,
así que sus papás tuvieron que irse también, y dejaron a Lara al cuidado de su
abuela. En teoría esto duraría sólo un par de días. Y como Lara no podría sola
con los cuidados de su abuela, le pidieron a Rosa, la vecina, que ayudara a
Lara a acostar y levantar a la abuela, y que les llevara de comer.
El primer día que Lara estuvo
sola con su abuela sucedió algo (que no les voy a revelar) que tuvo un efecto
sorprendente: la abuela empezó a hablar de nuevo, pero en otro idioma que Lara
no entendía (después se enteró de que era francés). Lara estaba aturdida, y
cuando llegó Rosa en la noche para acostar a la abuela, ésta dejó de hablar.
Más tarde, Lara se dio cuenta de que su abuela estaba inquieta y le llamó al
médico (su papá le había dejado el número de teléfono en la puerta del
refrigerador por si se requería) y al llegar el doctor resultó ser doctora,
June, una mujer haitiana, que llegó a la casa acompañada de su hija, Maureen.
A lo largo de los siguientes
días (pues Dante seguía enfermo y los padres de Lara tardaban más de lo
esperado en regresar), Lara y Maureen se hicieron amigas, aunque al inicio la
relación fue complicada, y como Maureen habla francés (recuerden que es de Haití),
ella platicó con la abuela de Lara. Por medio de estas conversaciones y gracias
a unas antiguas cartas de su abuela que encontró Lara, las dos jóvenes
empezaron a descubrir aspectos interesantísimos de la vida de la abuela en su
juventud (esto es fascinante, entre otras cosas, porque, claro, a la mayoría de
los niños y los jóvenes no se les ocurre preguntarse cómo fueron sus padres y
el resto de sus familiares mayores cuando eran jóvenes), y esto a su vez le
permitió a Lara descubrir acontecimientos de la historia de su familia
sucedidos antes de que ella naciera. Pero esta novela nos cuenta, también, el
descubrimiento de Lara de algunas partes de la historia de Haití y de su
cultura, del racismo de algunas personas del pueblo, y de lo que facilita o
complica las relaciones familiares y de amistad.
Erizo
toca temas importantes y entreteje varias historias con delicadeza y maestría,
y el resultado es una novelita divertidísima, pero con elementos dramáticos,
nostálgicos y emocionales cuya lectura, además de hacernos reflexionar, nos
proporciona un enorme placer. Definitivamente, Sandra Siemens es una autora de
un gran talento a la que hay que leer.
. . . . . . . . . . . . . . .
Erizo.
Sandra Siemens. AZ Editora. Buenos Aires, 1a. ed. impresa: agosto de
2024; 1a. ed. digital: septiembre de 2024. 82 págs.
. . . . .
Te puede interesar:
* Kanghuru, de Sandra
Siemens
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de Sandra Siemens
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* Erik Vogler: la venganza, de Beatriz Osés
* El misterio de Raspberry Hill, de Eva Frantz

El bandido de los mares
de Sandra Siemens
Jesús Guerra
Quienes hayan leído mi
comentario de Kanghuru, de Sandra Siemens (la liga está al final de esta
reseña), se habrán dado cuenta de que es un libro que me encantó, me voló la
cabeza o me dejó tonto, como quieran expresarlo, tanto por la historia que
cuenta como por el estilo de la autora. El libro es inteligente, tierno,
nostálgico y divertido, entre otras cosas. Así que me he dado a la tarea de
conseguir más obras de esta extraordinaria escritora argentina, y hoy les
comento su libro El bandido de los mares, publicado por primera vez en
1993, el cual está compuesto por cuatro cuentos que, para no variar, me han
encantado también: “El bandido de los mares”, “La señora”, “G & G” y “Una
nariz congestionada”, y confirman que mi descubrimiento (algo tardío,
obviamente) de la obra de esta narradora, y espero que también de ustedes, ha
sido un acontecimiento muy afortunado.
El bandido de los mares
Los hermanos Sofía y Lucas
ven una película de piratas llamada precisamente El bandido de los mares,
pero no se ponen de acuerdo en su interpretación de lo que ven, para Sofía es,
sobre todo, una historia de amor, y para Lucas una de aventuras. Lucas opina
que Sofía nunca le entiende a las películas y se sale a jugar al patio,
mientras Sofía se pone a verla por quinta vez. Hay una frase, dicha en la
película por el pirata Sir Thomas a “una señorita española de vestido verde que
había salido de Cádiz para llegar a La Habana pero no había llegado”, que
desencadena el acontecimiento central de la historia.
Mientras Sofía ve la
película su ojo derecho se va hinchando hasta ponerse como un huevo, va al baño
a mirarse en el espejo y lo que ve la deja asombrada, y a nosotros también.
Se trata de un cuento muy
eficaz, y por supuesto divertidísimo. Además, entre otros temas, trata de uno
particularmente interesante, el hecho de que cada lector de libros, o
espectador de cine, o testigo de la realidad, interpreta de manera personal lo
que lee, escucha y ve.
La señora
El narrador de este cuento
es el hermano mayor, y dice que su hermano menor siempre ha sido un estúpido.
La madre lo defiende diciendo que está chiquito, pero el mayor no está tan
seguro, piensa que cuando su hermano crezca dirá estupideces mayores. Dice que
cuando a su hermanito se le mete una idea en la cabeza, es muy terco, y que eso
sucedió con el incidente de “la señora”. Explica que la señora era la
reproducción de un cuadro famoso que tenía su mamá en su oficina de la casa.
Era el retrato de una mujer horrible (la descripción del cuadro es una
maravilla), firmado por un tal Picasso. Y sí, esa mujer era horrible, pero de
ahí a creer todo lo que su hermanito decía de la señora, había un trecho muy
largo...
La primera vez que su
hermanito acusó a la señora de ser culpable de algo fue el día que
desaparecieron las milanesas. Ese día su mamá tenía que salir y les avisó que
había dejado milanesas en el refri. Cuando el papá, muy contento, porque le
encantan las milanesas, fue a sacarlas del refrigerador, encontró que sólo
había un pedazo de milanesa, y además mordido. En ese momento el hermanito lo
soltó por primera vez: "¡Fue la señora!" Y para demostrarlo, condujo
a su hermano y a su papá hasta la oficina de la mamá para que vieran que en el
cuadro de la señora había migajas... A partir de aquí todo empeoró, pues para el
hermanito la culpable de todo era siempre la señora... hasta que incluso el
hermano mayor, aterrorizado, se convenció.
Está claro que ya no les
puedo contar nada más, pero les aseguro que es un cuento delicioso,
interesantísimo, misterioso, con elementos de terror, muy inteligente y muy
divertido, pues lo que más sobresale, además de los momentos de pánico, es el
estupendo sentido del humor. Es una maravilla, otra maravilla de esta autora
estupenda. La imaginación es el elemento clave, y la de la autora está
desbocada.
G & G
O sea, G y G, que representan
las iniciales de los nombres Gustavo y Germán, que son gemelos idénticos. Y
siempre hacen lo mismo. Cuando hablan, se quitan uno al otro las palabras de la
boca. Pero hay una diferencia: Gustavo sabe soñar y Germán no. Cada día de la
semana, Gustavo lo dedica a un tipo de sueños. Germán sólo duerme, y le tiene
envidia. Pero un día Gustavo se da cuenta de que está ocurriendo algo extraño,
pues al parecer Germán le está robando sus sueños.
Otra muestra de literatura
fantástica con el sello de la autora. Además de imaginativo y sorprendente,
este cuento es bello, emocionante y poético.
Una nariz congestionada
El Sr. Grannapia es un
hombre grande, en todos los sentidos, desde sus ideas hasta su nariz. Es
inmenso. Una mañana sube a su gran auto, con chofer, y parte a su oficina. Por
su parte, el Sr. Zito es un hombre pequeñito. Todo él y a su alrededor,
incluida su casa, su esposa, sus hijos y su carro son pequeños. Esa mañana
salen en su auto para ir de vacaciones. Por cosas del destino, en un semáforo
del centro de la ciudad, quedan uno al lado del otro, el carrazo del Sr.
Grannapia y el carrito del Sr. Zito. Y al otro lado del auto enorme, una
camioneta cargada de gallinas. Y en este momento sucede lo increíble...
Todos los calificativos que
les quieran dar a los tres cuentos anteriores, hay que aplicárselos a este
cuento, y agregarle el de surrealista. Es un cuento de una imaginación desatada
que nos ayuda a liberar la nuestra. Divertidísimo.
El libro está acompañado de
unas ilustraciones fabulosas de Virginia Piñón, artista argentina nacida en
Buenos Aires en 1966.
La autora, Sandra Siemens,
nació en 1965 en un pequeño pueblo de Argentina llamado Wheelwright. Ha escrito
una buena cantidad de libros y ha ganado un gran número de premios argentinos e
internacionales. Hay que buscar los libros de esta narradora excepcional y
leerlos tan pronto nos sea posible. A veces no están disponibles sus libros en
versiones impresas, pero se pueden conseguir en ediciones digitales. ¡Recomendabilísimo!
. . . . . . . . . . . . . .
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El bandido de los mares.
Sandra Siemens. Ilustraciones de Virginia Piñón. 1a. ed. 1993. Sudamericana,
1a. ed., Buenos Aires, 2013. Ed. en formato digital, Pan Flauta eBook, 2013
(Random House Mondadori). 65 páginas.
. . . . .
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