Vampiras 01
Clarimonda y
Carmilla
Jesús Guerra
Quiero
recomendarles un libro a todos los amantes de la literatura de terror, y
particularmente para los amanes de los cuentos de vampiros. No importa la edad
que tengan, no importa si prefieren los vampiros clásicos o los contemporáneos,
este libro que les voy a comentar contiene 16 cuentos que les mostrará un
panorama muy amplio de lo que se ha escrito en este género, pero además con una
perspectiva muy específica, no trata de vampiros sino, en realidad, de
vampiras. Dieciséis cuentos de vampiras, y un prólogo muy esclarecedor, que nos
permiten entender algunos aspectos clave de la literatura de terror.
El libro en
cuestión se llama precisamente Vampiras. Antología de relatos sobre mujeres
vampiro, y fue publicado en mayo de 1999, aunque por supuesto tiene varias
ediciones posteriores. Es de la editorial Valdemar, y forma parte de las
excelentes colecciones Gótica (en pasta dura) y El Club Diógenes (de bolsillo).
De los 16
cuentos antologados, tres son del siglo XIX, y 13 del siglo XX. El más antiguo
es de 1836 y el más nuevo es de 1979, ya que la edición norteamericana original
de este libro apareció en 1987, pero en nuestro idioma, lo repito, el libro fue
publicado por primera vez hasta 1999. Los cuentos se encuentran ordenados en
este volumen de manera cronológica, lo cual es interesante porque nos permite
experimentar la evolución de los relatos de vampiras a lo largo de
aproximadamente siglo y medio.
Voy a
comentar brevemente cada uno de los relatos, y comienzo, lógicamente por el
primero:
1.
«Clarimonda, la muerta enamorada». Este relato es un clásico, publicado en 1836
en la revista Chronique de Paris. Su autor es el francés Théophile
Gautier, nacido en 1811 y fallecido en 1872; Gautier fue periodista, fotógrafo,
crítico de arte, crítico literario, poeta, dramaturgo y narrador. Como dato
curioso vale la pena apuntar que es a él a quien Charles Beaudelaire dedicó su
famoso libro Las flores del mal. Y precisamente Beaudelaire escribió que
este relato es la obra maestra de Gautier.
«Clarimonda»
es narrado en primera persona por el personaje central, un sacerdote llamado
Romualdo, cuando ya es un hombre de 66 años, y se lo relata a un sacerdote
joven a manera de ejemplo moral. Lo que narra le sucedió a Romualdo cuando él
era un muchacho por demás inocente, ajeno al mundo real por haber pasado toda su
vida en escuelas religiosas de donde pasó al seminario, pero el día de su
ordenación ve en la iglesia a una mujer de una belleza que lo trastorna. Le
parece tan bella que piensa que debe de ser un ángel o un demonio. Y la mujer
lo mira también, pero él no puede hacer nada, está en la ceremonia de su
ordenación. Pasado el momento importante de la ceremonia, cuando ya Romualdo es
un sacerdote, la mujer se le acerca, le susurra al oído la pregunta «¿Qué has
hecho?» y le entrega una nota, que sólo dice el nombre de ella y el nombre del
palacio en el que vive. Pero Romulado ni siquiera sabe en dónde queda ese
palacio pues se ha pasado la vida encerrado.
El pobre
sacerdote vive días y noches infernales, torturado por la tentación de esa
mujer y luego por la culpa que esa tentación le causa. Finalmente lo mandan a
una parroquia pequeña en un pueblo distante, en donde el trabajo y la rutina lo
tranquilizan aunque nunca olvida del todo a la mujer de la que se enamoró a
primera vista. Hasta que una noche llega un hombre, vestido de manera sumamente
elegante, el cual le pide que lo acompañe pues su esposa, una mujer de la
aristocracia, requería de sus servicios espirituales pues estaba a punto de
morir. Romualdo, por supuesto, se va a caballo, acompañando al sujeto, hasta
llegar a un castillo que no sabía que existiera en esa zona, y al llegar se da
cuenta que la mujer es Clarimonda...
Ya no puedo
contar nada más de este relato estupendo, pero sí puedo decirles que
«Clarimonda» es sumamente interesante por varios motivos. En primer lugar, hay
un elemento alucinatorio muy bien logrado que nos hace preguntarnos si esta
experiencia no será producto de la imaginación enardecida del sacerdote, aunque
al mismo tiempo, según su propio relato, hay indicios que demuestran que todo
fue real.
En segundo
lugar, la lucha interior del sacerdote está muy bien tratada, y esto dispara
nuestras reflexiones en distintas direcciones. Y en tercer lugar, por mencionar
sólo estos tres aspectos del cuento, la naturaleza de Clarimonda es ambigua, y
esto le da mucho más profundidad a esta espléndida historia, mucho más que si
Clarimonda fuese una simple villana.
Joseph Sheridan Le Fanu |
2. El segundo
relato es «Carmilla», del inglés Joseph Sheridan Le Fanu, publicado en 1871,
según unas fuentes, o en 1872, según otras; es un cuento largo o una novela
corta, según se vea. «Carmilla» lo comenté y lo recomendé ya (en una entrada de
septiembre de este año), a propósito de una nueva edición del Fondo de Cultura
Económica de esta obra. Baste decir que es una historia clásica y espléndida,
que ha sido sumamente influyente, tanto en la literatura como en el cine. Es un
cuento que influyó en Bram Stoker, el autor de Drácula, la novela de
vampiros más conocida de la literatura, de fines del siglo XIX para acá.
«Carmilla» es el texto más extenso de los 16 relatos que componen este libro, y
es, obviamente, una obra que todo lector de terror que se respete debe leer.
Continuaré
comentando los estupendos relatos de esta extraordinaria antología.
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Vampiras.
Antología de relatos sobre mujeres vampiro. Editorial
Valdemar. Colecciones Gótica y El Club de Diógenes. 532 págs.
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