domingo, 30 de noviembre de 2025

Erizo, de Sandra Siemens

 



Erizo
de Sandra Siemens
 
Jesús Guerra
 
He leído y recomendado aquí dos libros infantiles de la escritora argentina Sandra Siemens, Kanghuru y el libro de cuentos El bandido de los mares (las ligas están al final de esta reseña), los cuales me dejaron gratamente sorprendido por su enorme calidad y porque son lecturas sabrosísimas. Así que decidí leer una novela de la misma autora, pero ahora para jóvenes, y me encontré con Erizo (un libro para lectores de 12 años en adelante), el cual, y eso ya no es una sorpresa con Sandra Siemens, me ha vuelto a dejar asombrado y feliz. Y mi reacción al finalizar el libro fue la misma que con Kanghuru y El bandido de los mares, tan pronto leí la última página, regresé a la primera y me puse a leerlo de nuevo.
 
La narradora de la historia es Lara, una jovencita de 12 años que vive en un pueblo de la Argentina con sus papás, Isabel y Juan, con su hermano, Dante, y su abuela, Dorita. Pero resulta que la abuela tuvo, años atrás, un ACV (un accidente cerebrovascular) que la dejó con un brazo y una pierna paralizados, y con problemas para hablar, y aunque en un principio tuvo rehabilitación y llegó a expresarse bien de nuevo, con el tiempo simplemente dejó de hablar, no se trataba de que no pudiera hacerlo, según les explicó un médico en su momento, sino más bien que no sentía el deseo de hacerlo, como si la señora simplemente se hubiera ido marchitando. Así que, para Lara, que casi toda su vida la había visto en esa condición, su abuela era prácticamente un mueble. En las mañanas ayudaba a su madre a levantarla, arreglarla, sentarla en su silla de ruedas y colocarla junto a la ventana, y por las noches ayudaba a acostar a la abuela, una persona de su familia que prácticamente no existía, aunque había que atenderla.
 
Un día, Dante enfermó de algo que le producía fiebre y problemas para respirar, y sus papás lo llevaron al hospital, y de ahí lo trasladaron en ambulancia a un hospital de la ciudad, así que sus papás tuvieron que irse también, y dejaron a Lara al cuidado de su abuela. En teoría esto duraría sólo un par de días. Y como Lara no podría sola con los cuidados de su abuela, le pidieron a Rosa, la vecina, que ayudara a Lara a acostar y levantar a la abuela, y que les llevara de comer.
 
El primer día que Lara estuvo sola con su abuela sucedió algo (que no les voy a revelar) que tuvo un efecto sorprendente: la abuela empezó a hablar de nuevo, pero en otro idioma que Lara no entendía (después se enteró de que era francés). Lara estaba aturdida, y cuando llegó Rosa en la noche para acostar a la abuela, ésta dejó de hablar. Más tarde, Lara se dio cuenta de que su abuela estaba inquieta y le llamó al médico (su papá le había dejado el número de teléfono en la puerta del refrigerador por si se requería) y al llegar el doctor resultó ser doctora, June, una mujer haitiana, que llegó a la casa acompañada de su hija, Maureen.
 
A lo largo de los siguientes días (pues Dante seguía enfermo y los padres de Lara tardaban más de lo esperado en regresar), Lara y Maureen se hicieron amigas, aunque al inicio la relación fue complicada, y como Maureen habla francés (recuerden que es de Haití), ella platicó con la abuela de Lara. Por medio de estas conversaciones y gracias a unas antiguas cartas de su abuela que encontró Lara, las dos jóvenes empezaron a descubrir aspectos interesantísimos de la vida de la abuela en su juventud (esto es fascinante, entre otras cosas, porque, claro, a la mayoría de los niños y los jóvenes no se les ocurre preguntarse cómo fueron sus padres y el resto de sus familiares mayores cuando eran jóvenes), y esto a su vez le permitió a Lara descubrir acontecimientos de la historia de su familia sucedidos antes de que ella naciera. Pero esta novela nos cuenta, también, el descubrimiento de Lara de algunas partes de la historia de Haití y de su cultura, del racismo de algunas personas del pueblo, y de lo que facilita o complica las relaciones familiares y de amistad.
 
Erizo toca temas importantes y entreteje varias historias con delicadeza y maestría, y el resultado es una novelita divertidísima, pero con elementos dramáticos, nostálgicos y emocionales cuya lectura, además de hacernos reflexionar, nos proporciona un enorme placer. Definitivamente, Sandra Siemens es una autora de un gran talento a la que hay que leer.
 
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Erizo. Sandra Siemens. AZ Editora. Buenos Aires, 1a. ed. impresa: agosto de 2024; 1a. ed. digital: septiembre de 2024. 82 págs.
 
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viernes, 14 de noviembre de 2025

El bandido de los mares, de Sandra Siemens

 



El bandido de los mares
de Sandra Siemens
 
Jesús Guerra
 
Quienes hayan leído mi comentario de Kanghuru, de Sandra Siemens (la liga está al final de esta reseña), se habrán dado cuenta de que es un libro que me encantó, me voló la cabeza o me dejó tonto, como quieran expresarlo, tanto por la historia que cuenta como por el estilo de la autora. El libro es inteligente, tierno, nostálgico y divertido, entre otras cosas. Así que me he dado a la tarea de conseguir más obras de esta extraordinaria escritora argentina, y hoy les comento su libro El bandido de los mares, publicado por primera vez en 1993, el cual está compuesto por cuatro cuentos que, para no variar, me han encantado también: “El bandido de los mares”, “La señora”, “G & G” y “Una nariz congestionada”, y confirman que mi descubrimiento (algo tardío, obviamente) de la obra de esta narradora, y espero que también de ustedes, ha sido un acontecimiento muy afortunado.
 
El bandido de los mares
Los hermanos Sofía y Lucas ven una película de piratas llamada precisamente El bandido de los mares, pero no se ponen de acuerdo en su interpretación de lo que ven, para Sofía es, sobre todo, una historia de amor, y para Lucas una de aventuras. Lucas opina que Sofía nunca le entiende a las películas y se sale a jugar al patio, mientras Sofía se pone a verla por quinta vez. Hay una frase, dicha en la película por el pirata Sir Thomas a “una señorita española de vestido verde que había salido de Cádiz para llegar a La Habana pero no había llegado”, que desencadena el acontecimiento central de la historia.
 
Mientras Sofía ve la película su ojo derecho se va hinchando hasta ponerse como un huevo, va al baño a mirarse en el espejo y lo que ve la deja asombrada, y a nosotros también.
 
Se trata de un cuento muy eficaz, y por supuesto divertidísimo. Además, entre otros temas, trata de uno particularmente interesante, el hecho de que cada lector de libros, o espectador de cine, o testigo de la realidad, interpreta de manera personal lo que lee, escucha y ve.
 
La señora
El narrador de este cuento es el hermano mayor, y dice que su hermano menor siempre ha sido un estúpido. La madre lo defiende diciendo que está chiquito, pero el mayor no está tan seguro, piensa que cuando su hermano crezca dirá estupideces mayores. Dice que cuando a su hermanito se le mete una idea en la cabeza, es muy terco, y que eso sucedió con el incidente de “la señora”. Explica que la señora era la reproducción de un cuadro famoso que tenía su mamá en su oficina de la casa. Era el retrato de una mujer horrible (la descripción del cuadro es una maravilla), firmado por un tal Picasso. Y sí, esa mujer era horrible, pero de ahí a creer todo lo que su hermanito decía de la señora, había un trecho muy largo...
 
La primera vez que su hermanito acusó a la señora de ser culpable de algo fue el día que desaparecieron las milanesas. Ese día su mamá tenía que salir y les avisó que había dejado milanesas en el refri. Cuando el papá, muy contento, porque le encantan las milanesas, fue a sacarlas del refrigerador, encontró que sólo había un pedazo de milanesa, y además mordido. En ese momento el hermanito lo soltó por primera vez: "¡Fue la señora!" Y para demostrarlo, condujo a su hermano y a su papá hasta la oficina de la mamá para que vieran que en el cuadro de la señora había migajas... A partir de aquí todo empeoró, pues para el hermanito la culpable de todo era siempre la señora... hasta que incluso el hermano mayor, aterrorizado, se convenció.
 
Está claro que ya no les puedo contar nada más, pero les aseguro que es un cuento delicioso, interesantísimo, misterioso, con elementos de terror, muy inteligente y muy divertido, pues lo que más sobresale, además de los momentos de pánico, es el estupendo sentido del humor. Es una maravilla, otra maravilla de esta autora estupenda. La imaginación es el elemento clave, y la de la autora está desbocada.
 
G & G
O sea, G y G, que representan las iniciales de los nombres Gustavo y Germán, que son gemelos idénticos. Y siempre hacen lo mismo. Cuando hablan, se quitan uno al otro las palabras de la boca. Pero hay una diferencia: Gustavo sabe soñar y Germán no. Cada día de la semana, Gustavo lo dedica a un tipo de sueños. Germán sólo duerme, y le tiene envidia. Pero un día Gustavo se da cuenta de que está ocurriendo algo extraño, pues al parecer Germán le está robando sus sueños.
 
Otra muestra de literatura fantástica con el sello de la autora. Además de imaginativo y sorprendente, este cuento es bello, emocionante y poético.
 
Una nariz congestionada
El Sr. Grannapia es un hombre grande, en todos los sentidos, desde sus ideas hasta su nariz. Es inmenso. Una mañana sube a su gran auto, con chofer, y parte a su oficina. Por su parte, el Sr. Zito es un hombre pequeñito. Todo él y a su alrededor, incluida su casa, su esposa, sus hijos y su carro son pequeños. Esa mañana salen en su auto para ir de vacaciones. Por cosas del destino, en un semáforo del centro de la ciudad, quedan uno al lado del otro, el carrazo del Sr. Grannapia y el carrito del Sr. Zito. Y al otro lado del auto enorme, una camioneta cargada de gallinas. Y en este momento sucede lo increíble...
 
Todos los calificativos que les quieran dar a los tres cuentos anteriores, hay que aplicárselos a este cuento, y agregarle el de surrealista. Es un cuento de una imaginación desatada que nos ayuda a liberar la nuestra. Divertidísimo.
 
El libro está acompañado de unas ilustraciones fabulosas de Virginia Piñón, artista argentina nacida en Buenos Aires en 1966.
 
La autora, Sandra Siemens, nació en 1965 en un pequeño pueblo de Argentina llamado Wheelwright. Ha escrito una buena cantidad de libros y ha ganado un gran número de premios argentinos e internacionales. Hay que buscar los libros de esta narradora excepcional y leerlos tan pronto nos sea posible. A veces no están disponibles sus libros en versiones impresas, pero se pueden conseguir en ediciones digitales. ¡Recomendabilísimo!
 
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El bandido de los mares. Sandra Siemens. Ilustraciones de Virginia Piñón. 1a. ed. 1993. Sudamericana, 1a. ed., Buenos Aires, 2013. Ed. en formato digital, Pan Flauta eBook, 2013 (Random House Mondadori). 65 páginas.
 
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jueves, 30 de octubre de 2025

El fantasma de Canterville y otros cuentos, de Oscar Wilde

 



El fantasma de Canterville
y otros cuentos
de Oscar Wilde
 
Jesús Guerra
 
En esta ocasión quiero recomendarles cuatro cuentos del escritor británico Oscar Wilde (1854-1900): “El fantasma de Canterville”, “El príncipe feliz”, “El gigante egoísta” y “El ruiseñor y la rosa”. El primero es para todas las edades, pero es más popular entre los jóvenes, los otros tres están considerados cuentos infantiles porque pertenecen a lo que a grandes rasgos podemos llamar cuentos de hadas. Sin embargo, como todos los buenos cuentos, tienen la característica de que pueden ser leídos a cualquier edad, o releídos en diferentes etapas de la vida, y siempre nos dirán algo nuevo.
 
Oscar Wilde escribió una novela, famosísima: El retrato de Dorian Gray, y también cuentos, obras de teatro, ensayos, poemas, conferencias y artículos. 
 
Hago la aclaración, de una vez, de que, como la obra de este autor, muerto ya hace 125 años, es del dominio público, tiene muchísimas ediciones tanto impresas como digitales, e incluso gran parte de sus obras se pueden encontrar en Internet para ser leídas en línea o para descargar. Así que busquen estos cuatro cuentos, para empezar, y disfrútenlos. En cuanto a los eBooks, hay algunos baratísimos. Algunas ediciones incluyen estos cuatro cuentos que les recomiendo, otras son de un solo cuento, otras tienen alguno o algunos de estos relatos y otros distintos, así que verifiquen el contenido. Yo, por mi parte, las versiones que he leído son las clásicas en español, traducidas por Julio Gómez de la Serna, y publicadas en las Obras Completas de Oscar Wilde, en un sólo volumen, por la Editorial Aguilar.

 



El príncipe feliz
El título original es The Happy Prince, y fue publicado en 1888 en el libro The Happy Prince and Other Tales, o sea El príncipe feliz y otros cuentos. Los personajes de este relato son muy interesantes por varios motivos, entre otros porque son una golondrina y la estatua del Príncipe Feliz. La muy bonita escultura se encuentra sobre un pedestal en una plaza pública, está recubierta de oro y tiene piedras preciosas en los ojos y en la empuñadura de la espada. La estatua representa, precisamente, a un príncipe de la ciudad que vivió muy feliz, siempre protegido detrás de los muros del castillo. Podemos suponer que murió joven pues inocentemente vivió y murió creyendo que toda la gente vivía tan felizmente como él. Pero ahora que su estatua está en la plaza pública, y que de alguna manera maravillosa contiene, por decirlo así, el alma del príncipe, se da cuenta de que mucha gente tiene vidas tristes, llenas de preocupaciones y pobreza. Así que la estatua del Príncipe Feliz realmente contiene un príncipe triste.
 
Por su parte, la golondrina se ha quedado atrás. Todas las demás ya iniciaron su viaje de emigración anual a Egipto, pues ya llega el invierno. Antes de emprender su viaje, la golondrina decide resguardarse durante la noche precisamente a los pies de la estatua del príncipe. Por motivos que no les voy a contar, la golondrina y la estatua empiezan a platicar y el príncipe le habla de todas las escenas que ve de la vida de muchas personas y le causan pesar. Entonces crea un plan para ayudar a la gente, para el cual la golondrina será una pieza fundamental.
 
Esta narración es lo que se conoce como un cuento moral, porque tiene enseñanzas muy claras, además de una visión panorámica y una crítica social. Es muy eficaz y sorprendentemente emotiva.

 



El gigante egoísta
Este relato, cuyo título original es The Selfish Giant, formó parte de los cuentos publicados en el libro El Príncipe Feliz en 1888. Es otro clásico que muchísimos niños, jóvenes y adultos, hemos leído y disfrutado. El gigante egoísta es otra obra que forma parte del género de cuentos de hadas, y que tiene evidentes enseñanzas morales.
 
Un gigante tiene un castillo con un gran y bellísimo jardín, pero el gigante ha estado ausente durante siete años. Los niños de la ciudad han adquirido la feliz costumbre de ir a jugar a ese lugar después de sus clases. Pero el gigante regresa y ve su jardín invadido por niños que suben a los árboles y corren entre las flores. El gigante corre a todos los niños pues ese es su jardín y no quiere compartirlo con nadie. Incluso construye un muro altísimo y pone un letrero de “Prohibida la entrada”.
 
Llega el otoño y luego el invierno. El frío, la nieve, el hielo y el viento del norte se instalan en el lugar, encantados de la vida. Cuando llega la primavera no entra al jardín. El gigante se sorprende que el invierno dure tanto tiempo. En un momento dado, por supuesto, el gigante recibirá su lección y luego una doble recompensa... pero para que entiendan de qué hablo, tendrán que leer esta bellísima narración.

 



El ruiseñor y la rosa
Este cuento, cuyo título en inglés es The Nightingale and the Rose, pertenece también a la edición de 1888 de El príncipe feliz, y pertenece igualmente al género de los cuentos de hadas. También tiene enseñanzas morales y una marcada crítica social, aunque quizá de los tres que hemos visto hasta ahora sea el que tiene una interpretación más compleja. Nada que no puedan resolver analizando el cuento, releyéndolo, o comentándolo con amigos y maestros. Esto es importante porque se trata de un cuento que nos hace reflexionar. Además, es un relato de una gran belleza.
 
Por casualidad, un ruiseñor escucha a un joven estudiante lamentarse de su mala suerte, pues la muchacha que le gusta le ha dicho que, en la próxima gran fiesta, bailará con él si le regala una rosa roja. Pero el jardín del joven no tiene rosas rojas en ese momento y está desesperado. El ruiseñor, otra de las aves generosas de estos relatos, decide ayudar desinteresadamente al muchacho, aunque esa ayuda le saldrá al ruiseñor extremadamente cara. Los acontecimientos siguientes son algo desconcertantes para los lectores, pero, por lo mismo, muy iluminadores. Es en realidad una narración interesantísima que contrasta puntos de vista respecto al amor, a la belleza, al materialismo, y por extensión, también al arte y a la vida.
 
Hay que tener en cuenta de que estos cuentos fueron escritos a fines del siglo XIX, en un momento en el que el mundo entraba en una nueva fase de la historia, y la sociedad estaba perdiendo valores esenciales. Ahora, casi siglo y medio después, estamos de lleno en esa fase, por eso es tan importante leer estas obras y reflexionar acerca de su contenido.

 



El fantasma de Canterville
El título original de este cuento es The Canterville Ghost, y fue publicado primero en una revista, en 1887, y posteriormente como parte de un volumen de relatos publicado en 1891 llamado Lord Arthur Savile's Crime and Other Stories, es decir El crimen de lord Arthur Saville y otras historias. Este cuento no es específicamente para niños, aunque lo pueden leer y los va a divertir y a sorprender, lo que sucede es que quizá, aunque comprendan el argumento, no entenderán todas las sutilezas de la narración hasta que estén más grandes y tengan más estudios. La comprensión de este relato va a cambiar si lo leen de niños, de jóvenes y de adultos, pero siempre lo van a disfrutar, aunque de diferente manera o por distintos motivos.
 
Es, por supuesto, un cuento de fantasmas, aunque su tono, o más bien sus tonos, sorprenden. Mezcla el ambiente del terror con el humor, y es, ante todo, una crítica social dirigida por igual a los estadounidenses y a los ingleses, aunque por distintas razones.
 
El cuento inicia cuando el norteamericano millonario Hiram B. Otis le compra al muy inglés lord Canterville la mansión llamada Canterville Chase. El vendedor le aclara al comprador que la mansión tiene un fantasma que ha aterrorizado a su familia durante 300 años. Y le cuenta de los parientes que han enfermado, muerto o enloquecido por haber pasado unos días en la mansión. El pragmático estadounidense le dice que le encanta la idea de comprar la casa con todo y fantasma. Y luego empieza la pesadilla, pero para el fantasma. Es un cuento que muestra el fino sentido del humor de Oscar Wilde, sin embargo, luego el tono se transforma en dramático. Es otro relato clásico de Wilde, con lectores en todo el mundo que lo adoran (al cuento y al autor).
 
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miércoles, 15 de octubre de 2025

Sarah de Córdoba, de Rolande Causse

 



Sarah de Córdoba
de Rolande Causse
 
Jesús Guerra
 
Esta historia se desarrolla en el siglo XII (en plena Edad Media; recordemos que este período histórico inicia en el siglo V con la caída del Imperio Romano de Occidente y termina mil años después, en el siglo XV, con la invención de la imprenta, la caída de Constantinopla y el descubrimiento de América). Sarah fue convocada por su padre, Salomón, un sabio judío de la ciudad de Córdoba (en lo que hoy es España), quien le dijo que la tradición señalaba que el mayor de los hijos varones debería ser discípulo y ayudante de su padre, pero en su caso no tenía hijos, sólo hijas (Sarah, Judith y Lea), y como ella era la mayor, y además muy inteligente, ella tendía que asumir su papel de discípula. Y esto era urgente pues él se estaba quedando ciego. Él, como uno de los sabios de la ciudad, se dedicaba a la traducción de manuscritos (lo que hoy llamaríamos libros, pero en esa época eran en realidad rollos de papiro y de pergamino), pues Salomón dominaba el hebreo, el árabe y el griego, y se dedicaba también a la enseñanza.
 
Córdoba era una ciudad de paz y de conocimiento, y tenía una gran biblioteca. En la ciudad convivían, se respetaban y se ayudaban unos a otros cristianos, musulmanes y judíos. Había iglesias, mezquitas y sinagogas, y todos respetaban al dios de los demás. Sin embargo, aún en un ambiente que suena tan libre y respetuoso, en ninguna de las tres comunidades (todas regidas fuertemente por su religión) se permitía la educación de las mujeres, mucho menos su entrada a la universidad o a la biblioteca. Así que el plan de Salomón implicaba que su hija Sarah se disfrazara de hombre y se hiciera pasar por un sobrino suyo al que llamaría Samuel.
 
Y así lo hicieron, a pesar de las dudas y los temores de Sarah, que no estaba segura de que lograría engañar a los extraños, o si sabría comportarse como hombre, o incluso estar a la altura de las enseñanzas de su padre. Pero, de hecho, Salomón ya le había enseñado a leer y escribir en árabe, que era la lengua dominante en la ciudad, cosas que el resto de las mujeres no sabía hacer.
 
Sarah, en su versión Samuel, conducía todas las mañanas a su padre a la biblioteca de la ciudad, leía en voz alta los manuscritos que su padre le pedía, y escribía lo que éste le dictaba. Además, Salomón la instruía en griego y en hebreo, y también en poesía y plantas medicinales. Sarah-Samuel se estaba convirtiendo en toda una académica. Por supuesto, un día se le acercó a Salomón un joven musulmán llamado Ahmed, que le pidió ser su discípulo pues conocía su obra, lo respetaba y quería que él lo instruyera. Salomón le dijo que sí, tan pronto como terminara con la traducción de una obra en la que trabajaba. El problema era que Sarah sintió una inmediata atracción por Ahmed, y algo muy confuso, pues sintió que Ahmed también sentía atracción por ella. Pronto se hicieron amigos, y Sarah sintió la confianza de contarle la verdad. Ambos estaban felices y enamorados, pero ¿cómo le diría cada uno a su familia que estaba enamorado de una persona de otra religión? Y entonces se enteraron del verdadero problema que enfrentarían, no sólo ellos sino toda la ciudad: los almohades, una dinastía bereber y movimiento fundamentalista islámico que estaba conquistando el sur de lo que hoy es España, se acercaba a la ciudad. La solución de aquellos que podían hacerlo fue huir de Córdoba. Y mientras que Ahmed y su familia se fueron a Sevilla, Sarah y su familia se dirigieron a Málaga, con la intención de viajar luego a Alejandría. Casi no se mencionan fechas específicas en este relato, pero algunas sí: cuando Sarah y su familia abordaron en Málaga el barco que los conduciría a Alejandría era el 18 de septiembre de 1148. ¿Y cuál es el destino de los enamorados? Para saber qué sucede con ellos, y con los habitantes de la pacífica ciudad pluriétnica y pluricultural, tendrás que leer esta interesantísima novela, Sarah de Córdoba.
 
Esta historia me ha gustado muchísimo, por su argumento, pero sobre todo por su ubicación histórica y geográfica. No es el relato tradicional medieval de castillos y caballeros, sino una historia de personas más o menos comunes, dedicadas al conocimiento, pero no pertenecientes a la aristocracia, en el contexto cultural de las poblaciones musulmanas y judías del sur de lo que hoy es España, hace casi nueve siglos. Un tiempo en el que viajar era una aventura peligrosísima, y enfermar de cualquier cosa era un riesgo mortal. Nos descubre toda una época y una manera de vivir, y lo hace con un lenguaje poético, muy centrado en los pensamientos y los sentimientos de su personaje central: Sarah. Muy recomendable para jóvenes lectores de los 13 años en adelante. Pero también la disfrutarán mucho sus papás y sus maestros. Y mucho ojo con las ilustraciones, estupendas por lo detalladas que son.
 
Rolande Causse es una escritora y poeta francesa especializada en literatura infantil y juvenil. En sus novelas y poemas plantea temas tan fuertes como la guerra, el sufrimiento, la deportación, la ausencia y la discriminación. También escribe ensayos sobre literatura para jóvenes.
 
Andrés Sánchez de Tagle nació en México. Es pintor y grabador; sus ilustraciones por computadora han marcado una línea innovadora en el panorama de la ilustración en nuestro país.
 
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Sarah de Córdoba. Rolande Causse. Traducción de Pilar Ortiz Lovillo. Ilustraciones de Andrés Sánchez de Tagle. Fondo de Cultura Económica, colección A la Orilla del Viento. 1a. ed. en francés: 1997; 1a. ed. en español: 2003; octava reimpresión: 2022. Clasificada Para los Grandes Lectores. 134 págs.
 
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martes, 30 de septiembre de 2025

Y el árbol siguió creciendo, de Graciela Montes

 



Y el árbol siguió creciendo
de Graciela Montes
 
Jesús Guerra
 
En esta ocasión les comento y recomiendo otro libro de la escritora argentina Graciela Montes, autora de cuatro libritos de una misma serie que he comentado aquí recientemente: Emita y Emota en...¿Ahora quién me aupa?, La venganza de la trenza, La venganza en el mercado y La venganza contra el chistoso, que son estupendos y son, los cuatro, para niños que empiezan a leer, pero el libro de hoy es para niños y jóvenes lectores que ya leen bien, o que están en proceso de llegar a ese nivel. Se trata de Y el árbol siguió creciendo, un cuento en diez capítulos que se publicó originalmente en 1986 y ha tenido varias ediciones, la más reciente es de la editorial Alfaguara, de Argentina, en 2018 (así que es mucho más fácil de conseguir en versión digital).
 
El cuento trata del nacimiento casi milagroso de un árbol, desde que era apenas una hojita minúscula, que quien sabe cómo logró salir entre las pequeñas grietas del cemento de la Avenida 9 de Julio, casi esquina con la Avenida de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, la capital de Argentina. Y esta plantita insignificante que a lo mejor nadie notó en un principio, creció a una velocidad imposible. Un mes después, ya era un verdadero árbol. Pero, por supuesto, siguió creciendo. Entonces llegaron los Especialistas, un grupo de científicos que querían estudiarlo, pues ni siquiera sabían qué tipo de árbol era. Y poco después llegó la cuadrilla de mantenimiento municipal (a los que luego la gente llamó la Cuadrilla Caprichosa), presumiendo sus sierras eléctricas, con la intención de cortarlo, pero no pudieron, de momento, porque no tenían los permisos necesarios. Y, por supuesto, también llegó la gente de la televisión a reportar lo que estaba sucediendo.
 
Pero esto no es nada. Una tarde, cuando ya el árbol era un arbolón, llegaron siete familias que habían sido desalojadas de sus viviendas esa mañana, con la intención de instalarse en las ramas. Y luego llegó la prensa extranjera, mientras los de la Cuadrilla Caprichosa seguía rondando el árbol a la espera de sus permisos. Y esto, la verdad, todavía no es nada para lo que sucede después, pero ustedes tendrán que descubrirlo al leer este cuento doblemente fantástico, y digo doblemente porque este relato forma parte de un género literario así llamado, fantástico, pero además es fantástico porque realmente es una narración maravillosa y asombrosa, por su imaginación, por la calidad de la escritura, por sus estupendos personajes, a pesar de que ninguno es el principal (quizás el árbol y la gente en su conjunto son los personajes principales), y por las deliciosas situaciones que se van produciendo.
 
La autora, como ya señalé, es argentina, así que el libro, que sucede en Buenos Aires, está escrito en “argentino”, es decir, en el español que hablan en Argentina; no se sorprendan, entonces, de encontrar ciertas palabras que en México y en otros países de habla hispana no utilizamos, pero eso no es un problema, se pueden consultar muy rápidamente en Internet y asunto arreglado. Además, van a aprender algo nuevo. Por ejemplo, lo siguiente: en las primeras líneas del libro, la autora apunta una frase espectacular: “[…] las cosas más extraordinarias suceden en los días de morondanga”. Morondanga es, según el diccionario, algo inútil y de poco valor. Los días de morondanga son esos días que transcurren sin sorpresas, en los que hacemos lo de siempre, algo aburridos y rutinarios. Pero la autora dice que en esos días en que parece ser que no pasa nada, de repente pasan cosas extraordinarias. Además de eso, ¿no les parece una maravilla la palabra? Al leer esto, léanla en voz alta: mo-ron-dan-ga... Genial, ¿no? Bueno, cada quien sus gustos.
 
El asunto, en todo caso, es que les recomiendo muchísimo este libro. El argumento es estupendo, divertido e imaginativo, y la escritura es una delicia, además de que tiene algo así como un aura poética difícil de definir, pero que se siente. Me recordó dos cuentos, tal vez para lectores algo más grandes, de los 15 años en adelante más o menos, que pueden buscar y leer a ver qué les parecen: “La Torre Eiffel”, del escritor italiano Dino Buzzati, y “La autopista del sur”, del argentino Julio Cortázar.
 
Esta edición de Alfaguara tiene unas ilustraciones formidables del artista argentino Poly Bernatene. Al final del libro vienen unas palabras de la autora, en donde habla un poco de las ideas que están detrás de este cuento, y otras del ilustrador en las que explica su proceso creativo para ilustrar esta obra. Ambos textos, muy breves, nos ayudan en nuestra interpretación del relato.
 
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Y el árbol siguió creciendo. Graciela Montes. Ilustraciones de Poly Bernatene. Alfaguara (Argentina). 2018. 64 págs.
 
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lunes, 15 de septiembre de 2025

El que susurra en la oscuridad y El extraño, de H.P. Lovecraft

 



El que susurra en la oscuridad 
El extraño
de H.P. Lovecraft
 
Jesús Guerra
 
El que susurra en la oscuridad y El extraño son los otros dos relatos que componen el libro El horror de Dunwich, de Alianza Editorial. Los comentarios sobre dicha edición y sobre las otras dos narraciones del libro, El horror de Dunwich y El modelo de Pickman, los puedes leer aquí, y debajo de esta reseña se encuentran las ligas a otras obras de Lovecraft y libros relacionados. En esa reseña señalé, también, que, aunque el libro de Alianza es relativamente fácil de conseguir y a buen precio, la versión que yo leí de estas obras es la que se encuentra en la Narrativa completa de H.P. Lovecraft, publicada por la editorial Valdemar en su colección Gótica, en dos volúmenes. La traducción de estos relatos (los cuatro) en el libro de Alianza es de Aurelio Martínez Benito, y en los libros de Valdemar, los dos que hoy comento, son de Francisco Torres Oliver, y las notas, pues la edición de Valdemar es anotada, son de Molina Foix. Aclaro que menciono estas ediciones, y otras más, porque son las que tengo (o conozco), y porque contienen los cuatro relatos comentados en esta entrada y en la anterior (en algunos casos sólo alguno de ellos), pero hay muchas, muchísimas ediciones de las obras de HPL, tanto impresas como digitales (incluso algunas exclusivamente digitales), así que tienen para elegir.

 



El que susurra en la oscuridad (The Whisperer in Darkness), que también se publica en español como El susurrador en la oscuridad, o El que susurraba en la oscuridad, escrito entre el 24 de febrero y el 26 de septiembre de 1930, fue publicado por primera vez en agosto de 1931 en la revista Weird Tales, según señala Molina Foix en sus notas, y también que HPL cobró por este relato 350 dólares, “la mayor suma que conseguiría en toda su vida”. Además, agrega Molina Foix, esta narración contiene numerosos detalles autobiográficos. Hay una cierta polémica sobre si El que susurra en la oscuridad pertenece a los relatos centrales o a los periféricos de los Mitos de Cthulhu, esto, aunque es interesante y discutible, me parece en realidad un detalle menor.

 



El narrador, Albert N. Wilmarth, era un profesor de literatura en la Universidad Miskatonic, en Arkham, Massachusetts. Era un hombre al que le interesaban los misterios de la Tierra y el universo, pero era una persona racional que se apegaba a los hechos, a la ciencia. Por esas fechas, el 3 de noviembre de 1927, se produjeron unas terribles inundaciones en el estado de Vermont, y las noticias aparecieron en todos los diarios regionales y nacionales, y entre esas noticias se publicaron unas, algo misteriosas, de unas personas que decían haber visto, flotando en el río, unos cadáveres extraños. Pronto empezaron a surgir todo tipo de rumores, algunos de ellos relacionaban esas noticias con leyendas locales de Vermont, de la zona donde ahora se hablaba de esos cadáveres extraños, leyendas que decían que en esa área habitaba una raza ancestral no humana; y éstas se complementaban con otros rumores que afirmaban que se trataba de miembros de una raza extraterrestre que extraía materiales de algunas minas de las montañas de esa región.

 



Wilmarth, el narrador, tenía amigos que en algunas reuniones repetían esos rumores y a él le divertía contradecirlos, ya que en realidad no creía en nada de eso. Incluso participó en un debate en un periódico con un artículo en el que explicaba los motivos por los que él pensaba que la gente creía en esas leyendas y esos rumores. Días después, Wilmarth recibió una carta de un habitante de la zona donde sucedieron los misteriosos avistamientos, en Vermont, llamado Henry Wentworth Akeley, un hombre evidentemente culto, en la que le decía que entendía los motivos por los que Wilmarth no creía en lo que decían los rumores, pero que él (Akeley) tenía mucho que contarle y hasta mostrarle, pues tenía unas fotografías reveladoras.

 



Así comenzó la correspondencia entre ambos personajes. Ya con el permiso de Wilmarth, Akeley le envió, junto a otra carta, un paquete de evidencias: unas fotografías que mostraban unas huellas no humanas, que tampoco eran de algún animal conocido; la foto de una piedra negra grabada con unos jeroglíficos misteriosos, y una rarísima grabación de audio (en un rodillo de gramófono) que el propio Akeley había realizado en los bosques cercanos a su casa. Wilmarth, que también era un hombre culto, se interesó de inmediato en todo esto, además conocía el Necronomicón, pues la biblioteca de Miskatonic tenía un ejemplar (por cierto, el mismo que intentó robar uno de los personajes de El horror de Dunwich), y se dio cuenta de que podría haber relaciones entre estas evidencias y el libro misterioso. A partir de aquí las cartas de Akeley se volvieron más extrañas y alarmantes, hasta que el propio Wilmarth fue a Vermont a ver a Akeley para desentrañar los diversos misterios que se habían multiplicado, y lo que presenció lo cambió para siempre.

 



Esta entretenidísima novela corta tiene de todo: misterios, investigación, suspenso y aventuras, y todo envuelto en dos géneros que aquí se funden para nuestro placer: el terror y la ciencia-ficción. Si leen la edición de Valdemar, se encontrarán, además, con una buena cantidad de notas que nos dan muchísima información complementaria que iluminan nuestra lectura. Y como ya es costumbre en la obra de HPL, su estilo literario es fundamental. El que susurra en la oscuridad es una de las narraciones esenciales de esta obra tan influyente en el terror a lo largo de los últimos cien años. Los fans de HPL no se la pueden perder.

 



El extraño (The Outsider) es un cuento escrito “probablemente”, según las notas de Molina Foix, en el verano de 1921, y fue publicado por primera vez en abril de 1926, en (¿dónde más?) la revista Weird Tales. A veces es publicado en español con el título El intruso, como en el libro El intruso y otros cuentos fantásticos, de la editorial EDAF (un libro que no sé si se siga publicando y quizá sea difícil de conseguir, el mío es de la sexta edición, publicada en 2002), con traducción de Alberto Santos Castillo. También se encuentra (como El extraño) en la Antología de cuentos de terror de Alianza Editorial, con selección y traducción de Rafael Llopis. Las ediciones más antiguas estaban publicadas en tres tomos (se encuentra en el tercero, junto con otros dos cuentos de Lovecraft, Las ratas de las paredes y La ciudad sin nombre), las ediciones más recientes se publican en dos volúmenes, y está en el segundo. Como ya señalé al inicio, en el libro El horror de Dunwich de Alianza Editorial está traducido (según la página de internet de la editorial) por Aurelio Martínez Benito, y se encuentra en el volumen primero de la Narrativa completa de HPL, de Valdemar, con traducción de Francisco Torres Oliver.

 



No sabemos quién es el que narra la historia, en primera persona, ni siquiera qué es. Él tampoco lo sabe. Lo cierto es que ha habitado por años en un castillo ruinoso, oscuro y solitario. Alguien se ocupa de él, pero nunca lo ha visto, y no tiene memoria de haber escuchado una voz humana, ni la propia. Tiene a su disposición muchos libros antiguos y por ellos sabe cómo viven los demás. Afuera del castillo, unos árboles altísimos impiden el paso de la luz. Alguna vez intentó escapar, pero regresó del oscuro bosque por miedo. Ahora, por primera vez, ha decidido subir a una de las altas torres del castillo para ver la luz y el bosque, por alguna ventana. La ascensión es peligrosísima pues un tramo de la escalera está destrozado. No tiene idea de lo que encontrará en las alturas...



 

Este cuento es uno de los más estudiados, y tal vez de los más famosos de Lovecraft, a pesar de que a él mismo, años después de escribirlo, no le gustaba mucho, pues sentía que el lenguaje era ampuloso y se notaba demasiado la influencia de Edgar Allan Poe, según señala Molina Foix en una de las notas. Lo cierto es que son varias las obras anteriores que pudieron haber ejercido una influencia en este relato, en cuanto a su argumento y tema, entre ellos varios cuentos de Poe, uno de Oscar Wilde y el Frankenstein de Mary Shelley, y, a su vez, este cuento ha influido en autores posteriores. Es una narración misteriosa, interesantísima, muy eficaz, y es también un cuento bello, triste y hasta poético, calificativos algo extraños, lo sé, para un cuento de terror. Es un cuento con profundas implicaciones. Tampoco se lo deben perder.
 
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