jueves, 5 de enero de 2012

Harry Potter y la Piedra Filosofal, de J.K. Rowling





LIBRO 1:
Harry Potter
y la Piedra Filosofal
de J.K. Rowling

Jesús Guerra

En el primer libro de la serie, publicado en inglés en 1997 en Gran Bretaña (en Estados Unidos se publicó en 1998) y en español en 2000, se nos cuenta el origen de Harry Potter; la muerte de sus padres; cómo llega a la casa de sus tíos, los detestables Dursleys; cómo se entera el propio Harry que es un mago; su admisión en la escuela Hogwarts; su primer año de estudios y el primer intento de Lord Voldemort —el líder de los magos que usan la magia negra, llamados mortífagos (Death Eaters) en libros posteriores— por volver y recuperar su antiguo poder.

Edición inglesa

 El libro tiene una extensión un poco mayor a la que era considerada normal para colecciones infantiles y juveniles (309 páginas en la edición norteamericana de Scholastic, y 254 en la española de Salamandra, antes Emecé); es ágil, interesante, emocionante, divertido y, sobre todo, tiene la ventaja de ser novedoso, de mostrarnos, tanto a los lectores como al propio Harry, un mundo literalmente nuevo (a pesar de ser, en realidad, muy antiguo), un mundo paralelo al de los muggles (personas no mágicas, categoría a la que lamentablemente pertenecemos la mayor parte de los lectores, aunque seamos admiradores de los magos, hechiceros y brujas de Hogwarts) pero secreto.

Edición de Estados Unidos

No nos detendremos mucho en el comentario de esta primera obra de la serie, puesto que, por ser la introducción de la saga, se trata, sin duda, de la novela más leída de las siete de que consta la saga completa. Además, ya muchos hemos visto también la versión cinematográfica, que si bien deja algunos elementos fuera, en general es bastante fiel a la obra literaria.

Edición francesa

Me parece apropiado apuntar aquí un consejo, tanto para los niños como para los jóvenes y los adultos que sólo han visto la película: ¡lean el libro! La función de los filmes no es facilitarnos el trabajo y permitirnos «saltarnos» la lectura de los libros importantes, sino recrear para nuestro placer, en un medio audiovisual, una historia que hemos leído ya o que leeremos después. Cada medio de comunicación tiene sus ventajas y sus desventajas. Debemos ser capaces de apreciarlas. Las novelas de la serie de Harry Potter son fluidas, tienen un espléndido ritmo, son entretenidas e inteligentes. ¡Aprovechémoslas! Son unos libros maravillosos para que los niños entren al mundo de la lectura.


Les recuerdo, como una curiosidad (ya que fue algo muy comentado en los medios cuando se promocionaba la primera película de Harry Potter), que a este libro los editores norteamericanos le cambiaron el nombre, y la versión de la editorial estadounidense Scholastic se llama Harry Potter and the Sorcerer’s Stone (‘Harry Potter y la piedra del hechicero’) en lugar del título original: Harry Potter and the Philosopher’s Stone, que es, afortunadamente, el nombre que se tradujo al español.


Al parecer los editores de los Estados Unidos consideraron que la frase «piedra filosofal» podría quitarles las ganas de leer el libro a muchos niños, y que, en cambio, «piedra del hechicero» podría ser más atrayente. Sin embargo, la «piedra filosofal» tiene una tradición alquímica importantísima, y por lo tanto histórica y cultural, de la que carece el título estadounidense. Ese detalle les produjo varios dolores de cabeza a los productores de la película, cuando ya el personaje de Harry Potter era famoso en todo el mundo, pues se vieron obligados a ponerle al film el título del libro americano para los Estados Unidos y el original para Inglaterra y el resto del mundo, y por lo tanto a regrabar y hacer los cambios correspondientes en los diálogos de la cinta, cada vez que se decía el nombre de la piedra, para no frustrar a los niños ingleses ni a los norteamericanos. En fin, que fue una tontería mayúscula.


En Francia también le cambiaron el título a este primer tomo de la colección (publicado por la famosa editorial Gallimard), y le pusieron Harry Potter à l’école des sorciers, es decir: ‘Harry Potter en la escuela de brujos’. A partir del segundo volumen de la serie, las ediciones extranjeras han traducido, sin cambiar, los títulos originales.


Se los repito, chavos, lean los libros, no se queden sólo con las películas. Se van a dar cuenta que los libros contienen muchos, muchísimos, detalles más que las películas, muchas explicaciones, muchas escenas, muchas conversaciones que no pudieron incluir en las películas quienes las hicieron pues de haberlo hecho hubieran quedado larguisisísimas.

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Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K. Rowling. Editorial Salamandra. (Las primeras ediciones aparecieron aún bajo el sello de Emecé Editores.) Traducción Alicia Dellepiane. Ilustración de la portada Dolores Avendaño. 1ª Ed., Barcelona, 2000. 254 págs.

Edición alemana



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